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A relajarse en las termas de El Quicho

Cerca de Serrezuela, en Cruz del Eje, maravilla este manantial geotermal que contrasta con la aridez de la región.

Las termas de El Quicho son un oasis en medio de un desierto de guadales y cactus propio de los paisajes áridos del departamento de Cruz del Eje. Luego de desviarse por la ruta 38 y tras recorrer unos 25 kilómetros de tierra desde Serrezuela se llega a El Quicho, a escasos dos kilómetros del Camino de la Costa que enmarca las Salinas Grandes.

El manantial fue todo un descubrimiento: a fines de los ’80, unos obreros que hacían perforaciones para abastecer de agua potable a una escuelita rural se llevaron la sorpresa de que, a unos 212 metros de profundidad, brotaban aguas cristalinas meso termales.

Aunque ya pasaron algunas décadas desde ese momento, la infraestructura del lugar sigue siendo sencilla, con algunos asadores, un par de mesadas y una proveeduría para abastecerse de algo fresco.

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Un spa natural

Este piletón termal, donde se embalsa el agua caliente, recibe agua de un caño de tres pulgadas. Las aguas tienen sales y minerales y alcanzan los 40 grados de temperatura, por lo que se aconseja zambullirse no más de 30 minutos para obtener un baño reparador. ¿Cómo se mantiene la temperatura? Con una represa de piedras que la separa de la laguna de aguas frescas.

Además de su riqueza termal, los márgenes fangosos invitan a cubrir el cuerpo con lodo. Aunque sus propiedades curativas no están científicamente comprobadas, convierten al lugar en un improvisado spa natural que regala una experiencia desestresante.

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Se recomienda llevar repelente, ropa liviana e hidratación y comida si se pretende permanecer en la zona por varias horas.