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Una visita al cementerio de los trenes en Uyuni

Un recorrido por Uyuni, una localidad de Bolivia que sorprende con el salar más grande del mundo. (Foto: Mariángeles Samamé)
Un recorrido por Uyuni, una localidad de Bolivia que sorprende con el salar más grande del mundo. (Foto: Mariángeles Samamé)

Una visita imperdible muy cerca de la ciudad boliviana, y otras opciones en la zona, como la Laguna Hedionda que no hace honor al nombre.

¿Las máquinas que mueren nunca más vuelven a tener vida? No es verdad. En Uyuni, del departamento de Potosí boliviano, los viejos trenes que hace más de 100 años surcaban el Altiplano parecen esqueletos, nacidos de deshechos de hierro y óxido que fueron reconvertidos en una propuesta sorprendente.

Están vivos, sí, a pesar de que son aparentes restos inertes de locomotoras o ruedas o rieles utilizados desde 1890 para unir Bolivia y Argentina, La Paz y Villazón, llevando oro y plata y otros minerales. Aquellos viejos trenes tenían camarotes, coche comedor y todas las comodidades de la época, pero al iniciar la década de 1950, las reformas trajeron “nueva tecnología” dejando en desuso las locomotoras de vapor.

Un recorrido por Uyuni, una localidad de Bolivia que sorprende con el salar más grande del mundo. (Foto: Mariángeles Samamé)
Un recorrido por Uyuni, una localidad de Bolivia que sorprende con el salar más grande del mundo. (Foto: Mariángeles Samamé)

Las chatarras se han convertido en animales reales o fantásticos: jirafas, pegasos, dragones, y hasta “transformers” de hierro, enormes y sorprendentes. Todas las obras fueron realizadas por dos hermanos mecánicos que antes las tenían en su taller y luego las trasladaron junto al cementerio de trenes.

Un cementerio en el que hay vida, y al que se puede llegar en transporte público o una excursión breve, porque están a pocas cuadras del centro de la ciudad a 3.000 metros de altura.

Un recorrido por Uyuni, una localidad de Bolivia que sorprende con el salar más grande del mundo. (Foto: Mariángeles Samamé)
Un recorrido por Uyuni, una localidad de Bolivia que sorprende con el salar más grande del mundo. (Foto: Mariángeles Samamé)

Porque además de las esculturas están los viejos vagones y locomotoras, hermosos en su abandono, y algunos intervenidos con graffitis sencillos y modernos contrastados con otros que representan la cosmovisión andina. Sorprendente.

Un recorrido por Uyuni, una localidad de Bolivia que sorprende con el salar más grande del mundo. (Foto: Mariángeles Samamé)
Un recorrido por Uyuni, una localidad de Bolivia que sorprende con el salar más grande del mundo. (Foto: Mariángeles Samamé)

La Laguna Hedionda y otros encantos bolivianos

Un recorrido por Uyuni, una localidad de Bolivia que sorprende con el salar más grande del mundo. (Foto: Mariángeles Samamé)
Un recorrido por Uyuni, una localidad de Bolivia que sorprende con el salar más grande del mundo. (Foto: Mariángeles Samamé)

Bolivia tiene, además de su famoso Salar de Uyuni, un circuito de lagunas menores y mayores de gran atractivo. Pese a su nombre, la Laguna Hedionda es un punto para visitar, e incluso pernoctar en alojamientos ecológicos. Es el hábitat de flamencos parihuanas que han hecho su lugar en el Altiplano, y en invierno migran a Norteamérica. La Laguna Roja y la Laguna Verde completan el circuito.

Además, a casi 5.000 metros sobre el nivel del mar, en un área desértica digna de un escenario de película llamada Sol de Mañana -dentro de la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Abaroa- se puede vivir la experiencia de ver muy de cerca la actividad volcánica, fumarolas y géiseres con vapores que se aprovechan para energía geotérmica y cráteres con lava hirviendo.

Además de todas estas maravillas naturales, Bolivia tiene ciudades históricas como Sucre y Potosí, y las más modernas como La Paz, con su llamativa arquitectura sobre las laderas de las montañas donde se puede en pocas horas de visita disfrutar un paseo en teleférico y propuestas de gastronomía y hotelería de alto nivel.