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Un circuito de casas con historia que atrapa en Nono

Una capilla, antiguos almacenes de ramos generales y otros rincones típicos conservan la identidad del pueblo. El recorrido se puede hacer con guía o de forma autoguiada.

Nono es una de las localidades más antiguas y pintorescas de todo el Valle de Traslasierra. En esta época del año, es un buen plan complementar la visita al museo Rocsen, el descanso en sus balnearios y los paseos de trekking por sus senderos con una propuesta que incluye sus casas históricas.

Así, en las cercanías del casco céntrico se destaca una serie de edificios emblemáticos que continúa resguardando la identidad del lugar. Es un circuito que se puede disfrutar en cualquier momento, con guía o de manera autoguiada.

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Imperdibles

La capilla San Juan Bautista es uno de los hitos arquitectónicos más atractivos de Nono. Apenas uno ingresa a la localidad, y entre los árboles, su construcción de 1908 impera en la postal serrana.

Si la idea es seguir recorriendo sus callecitas, se suma al paseo histórico el hospedaje El Milagro. Con un patio interno y una gran vista hacia las Altas Cumbres, se trata del primer hospedaje de la zona, actual sitio de descanso y vivienda familiar.

También llama la atención una antigua pulpería, “de Gonzalo”, una de las pocas casas de adobe que aún se conservan en la zona. En esta posta de estilo toscano de 1887 se desarrollaba el canje de mercadería entre los lugareños que bajaban de las sierras y que paraban aquí para descansar.

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Más opciones

Al circuito se le agrega la Sub Comisaría. De estilo colonial original, se construyó en paralelo a la escuela primaria Domingo Faustino Sarmiento en 1925, otro emblema de la localidad que pertenece al Patrimonio Histórico Provincial.

Por último, es imprescindible pasar por la Vieja Esquina, una de las primeras casas edificadas en 1880; la residencia del artista Víctor Bustillos Aguilar y la despensa Blanco y Negro, como también el Hotel La Viña, que nació en 1920 como almacén de ramos generales y que, luego de 19 años, se habilitó como alojamiento. Hoy el almacén aún funciona y es un punto de encuentro para los lugareños.