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Paseá por Los Quebrachitos, una reserva ecológica y natural en Unquillo

Este entorno serrano protegido, ideal para recorrer a pie, permite adentrarse en la flora y fauna autóctona de las sierras cordobesas y conocer la emblemática capilla de Guido Buffo.

En las Sierras Chicas, a unos ocho kilómetros de Unquillo, se extienden las 5.000 hectáreas protegidas de la Reserva Municipal Quebrada de Los Quebrachitos.

Este espacio natural, que tiene como objetivo promover actividades de conservación, educación e investigación sobre los recursos naturales locales, comprende también las nacientes de los arroyos Cabana y las Ensenadas; afluentes del arroyo Unquillo. Este último, junto con el arroyo Río Ceballos, conforman el río Saldán, que luego se dirige al Suquía. El entorno es óptimo para realizar actividades como trekking y senderismo y para observar flora y fauna autóctonas.

Monte adentro aparece un valle serrano atravesado por numerosos arroyos y vertientes escondidas. De hecho, su carácter de reserva surge porque la zona cuenta con una porción representativa de bosque serrano. Allí subsiste una gran variedad de flora nativa: ejemplares centenarios de algarrobos, talas, espinillos, tuscas y quebrachos blancos. Caminando hacia el interior del bosque se observan molles, cocos y manzanos de campo, y bordeando los cauces de agua pueden hallarse sauces criollos, olmos, acacias y moras. Este paisaje forma un juego de colores y contrastes ideales para fotografiar.

El recorrido puede hacerse de manera autoguiada y no posee costo. Sin embargo, es necesario tomar ciertos recaudos, ya que la reserva también es hogar de pumas, gatos monteses, pequeños roedores y zorros grises, entre otros animales propios de la región. También es un punto único para avistar aves: entre las 60 especies que habitan la zona están los jotes, las águilas mora, los caranchos y los pájaros carpinteros. Otra opción para conocer la reserva es a través de una visita guiada y, si se va en grupos, hay que avisar en la oficina de Turismo de la localidad.

Para finalizar el recorrido, la Cascada de Los Chorrillos se convierte en la parada ideal para descansar bajo la sombra de algún árbol.

Un capullo blanco

En el interior de la reserva se encuentra la misteriosa y célebre capilla de Guido Buffo, que guarda una apasionante historia. Fue este artista y científico italiano quien la construyó en memoria de su mujer y su hija, que fallecieron de tuberculosis. Contigua a la capilla, construida en 1941 y cuya arquitectura general se basa en los capullos de la flor del cardo santo, está su casa museo.

Apenas uno ingresa a la reserva se ve la tranquera de acceso, hay un puente para cruzar el arroyito e inmediatamente aparece esta intrigante construcción. Los viernes, sábados y domingos puede realizarse una visita guiada en su interior. A su vez, los fines de semana es posible sumarse a las terapias holísticas que allí se desarrollan. Ambas actividades poseen un valor de ingreso mínimo.