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Los puentes colgantes a pedal en las Altas Cumbres

Esta aventura implica un recorrido de unos 60 kilómetros, en su mayoría en camino de ripio. (Gentileza: Sebastián Cúneo)
Esta aventura implica un recorrido de unos 60 kilómetros, en su mayoría en camino de ripio. (Gentileza: Sebastián Cúneo)

Por su geografía y altura sobre el nivel del mar, el camino de las Altas Cumbres es una verdadera experiencia para los amantes del mountain bike.

En esta oportunidad, la aventura propuesta implica un recorrido de unos 60 kilómetros, en su mayoría en camino de ripio, cuyo estado suele variar de “más o menos bueno” a “más o menos malo”, dependiendo de si estamos en la estación seca o lluviosa respectivamente, aunque para nuestros fines no repercute en mayores desafíos.

El desnivel positivo promedia los 3,4 grados, lo que se traduce en unos 900 metros de desnivel positivo total que doblado o subtitulado al criollo significa: algunas pendientes relativamente pronunciadas, pero dentro de un trayecto corto.

Vértigo, adrenalina y velocidad a la hora de hacer este recorrido. (Gentileza: Sebastián Cúneo)
Vértigo, adrenalina y velocidad a la hora de hacer este recorrido. (Gentileza: Sebastián Cúneo)

La buena noticia es que este camino se encuentra salpicado por los famosos puentes colgantes, cinco en total. Verdaderas obras de ingeniería en piedra, acero, hierro y madera, con más de 100 años de antigüedad. Cada uno de estos puentes colgantes es una invitación a hacer un alto en el camino para aprovechar de la cascada y su respectiva olla que pasa por debajo; apreciar las vistas que proponen hacia el valle de Punilla; disfrutar de la construcción y, por qué no, para la selfi que inmortalice la salida a rodar.

Desde lo más alto

Recomendamos realizar el recorrido comenzando en Copina, localidad que se encuentra sobre la ruta E 34 o camino de las Altas Cumbres y a tan sólo 70 kilómetros de Córdoba capital. El parador que toma el nombre de dicho paraje, que a su vez fuera el nombre de un jefe Comechingón de la zona, es el lugar perfecto para dejar estacionado nuestro vehículo. Asimismo, resulta un buen punto de regreso para un merecido refrigerio cuando volvamos de nuestra aventura.

Hay otro motivo para comenzar el recorrido desde Copina y es que haremos el camino dos veces: subiendo hacia El Cóndor primero y en bajada de regreso; detalle no menor ya que dejamos para la segunda mitad el menor esfuerzo físico, cuando las piernas – y el resto del cuerpo- empiezan a pensar más en el merecido sándwich de jamón.

A escasos dos mil metros del parador, tomaremos la vieja ruta 14 y andaremos por asfalto unos cuatro kilómetros que nos servirán para ir aclimatándonos. Giramos a la izquierda en la rotonda (caso contrario pondremos proa a Carlos Paz) y luego de, aproximadamente, 12 kilómetros bajaremos del asfalto al camino de ripio. Si bien este primer tramo ya sirve para llenar nuestras pupilas de paisajes, la aventura está recién por empezar.

De los cinco puentes que se divisan, sólo uno –el primero- no se puede cruzar y el camino pasa por el costado. (Gentileza: Sebastián Cúneo)
De los cinco puentes que se divisan, sólo uno –el primero- no se puede cruzar y el camino pasa por el costado. (Gentileza: Sebastián Cúneo)

Vale recordar que esta travesía comienza en los 1.500 metros sobre el nivel del mar y termina en los 2.200 metros, cuando arribamos al parador El Cóndor, en el paraje del mismo nombre. Y hablando de cóndores, no debería sorprendernos si en el trayecto nos cruzamos con algunos de estos ejemplares campeando los cielos de la zona, ya que nos encontramos a menos de una veintena de kilómetros del Parque Nacional Quebrada del Condorito, maravilla natural de Córdoba y hábitat del emplumado emblema de nuestras sierras.

De los cinco puentes que avistamos, sólo uno –el primero- no se puede cruzar y el camino pasa por el costado. En el resto nos podremos dar el gusto de sentir el traqueteo de las tablas bajo las ruedas de nuestras bicis.

Cada uno de estos puentes tiene lo suyo y cada curva del recorrido nos revela un escenario nuevo. Recuerde, usted está aquí para disfrutar y, a esta altura sobre el nivel del mar, lo mejor que puede hacer es dejar volar sus pies y su mente. Cielo, aire y paisaje sobran en estos lugares. Tómese el tiempo de archivarlos en su memoria (y en su celular también, claro).

Pasando los puentes, el camino no pierde encanto: los grandes macizos rocosos de la Pampa de Achala ponen todo en perspectiva, incluso nuestra propia pequeñez. El viejo hotel El Cóndor, unos metros antes de finalizar el recorrido “en subida”, es el testigo mudo de todos los viajeros que por aquí pasaron cuando ésta era la única vía de conexión entre los valles de Punilla y de Traslasierra.

Y no sólo viajeros... estamos en el mismo ripio donde hicieron historia corredores del Rally Mundial, de la talla de Jorge Recalde junto a Raies; Sainz; Biasion; Vatanen; Mäkinen y Kankkunen.

Hablando de vértigo, adrenalina y velocidad, es hora de desandar el camino. Ahora sí, todo en bajada… Alas para qué las quiero si tengo pies para pedalear.

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