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"Fotón", el cordobés que llevó las Sierras a la National Geographic

Su retrato del río subterráneo, que se puede explorar en La Cumbrecita, llegó a uno de los medios más reconocidos a nivel mundial. Orgulloso de las maravillas naturales de Córdoba, invita a conocerlas y salir del piloto automático. 

Tiene la sensibilidad para decirlo todo en una sola imagen. Imposible pasar por alto sus capturas, sin detenerse varios segundos. Gonzalo Granja vive en Alta Gracia, es fotógrafo, realizador audiovisual y su nombre ya resulta familiar en una de las revistas mundialmente más reconocidas: la National Geographic.

Primero, un instante mágico que retrató frente a las auroras boreales de Islandia fue elegido como la imagen del día del medio (en su versión en español). Ahora, le llegó el turno a una de sus capturas cordobesas y bajo tierra. Entre luces y sombras, la segunda foto compartida por la revista fue registrada en el río subterráneo sobre el arroyo Wildbach, que corre en las cercanías del Cerro Wank, a pocos kilómetros de La Cumbrecita.

"Es fácil ver lo increíble en lo ajeno. Pero descubrirlo en lo propio y que un medio como National Geography lo valore, es muy importante", dice Gonzalo con la emoción a flor piel, en diálogo con Voy de Viaje, mientras destaca el orgullo que siente por esos lugares que lo vieron crecer. Para él, viajar no es irse lejos, si no una cuestión de ponerse en movimiento. "En el mismo lugar donde vivimos hay espacios para vivir experiencias increíbles", asegura con varias pruebas bajo el brazo, como sus recuerdos en Villa Alpina, San Clemente o La Serranita.

"Mirar arriba nos hace dimensionar un poco dónde estamos parados".

PRIMERA PUBLICACIÓN. Una foto con tonada cordobesa de la aurora boreal

BAJO TIERRA. Aventuras por las aguas subterráneas de Córdoba

Desde otro ángulo

Al momento de emprender la aventura casi a oscuras, no pensó en una producción especial, si no, simplemente en vivir la experiencia. “Conseguimos trajes de neoprene porque el agua estaba a cero grados. Bajamos con linternas, el agua nos entumecía los pies, pero me acuerdo perfectamente de la sonrisa que teníamos. Era una mezcla rara. Uno nunca piensa que el sufrimiento y la felicidad van a la par, pero ahí sí que estaban juntos”, asegura.

Antes de fotografiar un lugar, Gonzalo explica que revisa todo el material que hay publicado para lograr una visión propia, un enfoque diferente a los ya compartidos. Algo muy propio de su estilo es registrar al viajero en acción o la comparación en referencia a un objeto ya conocido para dar una mayor perspectiva.

“No es el lugar lo que importa, si no lo que uno vive. Hay muchos que piensan que por ir a la cascada promocionada, la van a pasar bien. Y capaz al lado de la cascada, hay un arroyito y uno conecta más ahí que con cualquier otra cosa”.

A sus 27 años, lleva alrededor de 15 países recorridos. Confiesa que, más allá de sus proyectos (en noviembre dará la vuelta a Nueva Zelanda), su meta diaria es compartir momentos que inviten a otros a viajar y vivir experiencias en la naturaleza. Un buen ejercicio que propone es hacer fotos, no sólo de cosas nuevas, si no mostrar lo cotidiano “desde otro ángulo”.