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A uno lo conocemos todos, mientras que el otro recién empieza a aparecer en el radar de algunos viajeros.
Cataratas gigantes, campos de hielo, sierras que parecen tapizadas, montañas de colores, paredones rojizos y lagos transparentes: la diversidad de paisajes que tiene nuestro país no deja de sorprender.
De la gran variedad de rincones naturales que vale la pena visitar en Argentina, uno de los imperdibles para cualquier viajero es el Parque Provincial Ischigualasto, más conocido como "Valle de la Luna", ubicado en la provincia de San Juan.
Es una de las formaciones geológicas del Triásico más importantes del mundo, y llama la atención de los turistas con postales que parecen salidas de otro planeta, como la Cancha de Bochas (con esferas perfectas), el Submarino (con una silueta muy curiosa) y el Hongo (que es el emblema del parque).
El circuito por este destino sanjuanino se hace en auto propio, siguiendo a un guía que va a la cabeza del grupo y que realiza paradas en los puntos más importantes.
La versión norteña
A 3.800 metros sobre el nivel del mar y a cinco kilómetros al sudeste de Cusi Cusi, una localidad de Jujuy, existe otro Valle de la Luna que también impacta con sus tonos y sus formas. Como consecuencia de la erosión constante del viento y de la lluvia sobre las piedras, las montañas de este lugar parecen pintadas con tizas de colores.
También llamado "Valle de Marte", tiene paredones de hasta 50 metros de altura, y a pesar de su belleza sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de la Puna jujeña.
