buscar

Miami, de millonarios y ley seca

La siempre atractiva ciudad de La Florida se renueva y ofrece otras alternativas.
La siempre atractiva ciudad de La Florida se renueva y ofrece otras alternativas.

La siempre atractiva ciudad de La Florida se renueva y ofrece otras alternativas a las compras y la playa, como el Design District, Wynwood y el Midtown. Un circuito gastronómico y una recorrida por la Little Havana completan el menú.

Al margen de los vaivenes de la economía nacional; con el dólar en paridad con el peso; con la divisa norteamericana a $ 3, o a $ 8, o a $ 12; con resoluciones de la Afip o sin ellas, lo cierto es que Miami siempre ha despertado el interés, como un enorme imán, de los viajeros argentinos.

Ya sea como escala, a la ida o a la vuelta, de un viaje familiar a Orlando, o como destino final de unas vacaciones, esta ciudad de La Florida sigue atrapando a los turistas.

Un poco de historia

Estas eran tierras de los aborígenes seminolas, los que, luego de tres guerras, fueron derrotados y derivados a reservas. Comenzaron a llegar entonces muchos colonos, entre ellos, Julia Tuttle, quien convenció a un magnate, Henry Flagler (la calle 1, en el Downtown lleva su nombre), para que invirtiera allí, extendiera el ferrocarril y construyera un poblado.

La ciudad fue fundada el 28 de julio de 1896, pero los planes agropecuarios de los granjeros fracasaron, puesto que eran bancos de arena. En 1926, un fuerte huracán terminó con la primera etapa de Miami.

Luego, impulsados por Firestone (el de las cubiertas) llegó un grupo de millonarios y se instalaron con sus mansiones, sus campos de golf y sus lanchas en la zona hoy conocida como MiMo (Miami Modern) también llamada Millionaire\'s Row, esto es en la avenida Collins y la calle 45, entre el océano Atlántico y el canal Intercostero.

Y, posteriormente, llegó la segunda oleada de habitantes, atraídos por el clima y las posibilidades de negocios, sobre todo por la permisividad existente en ese estado ante la famosa “ley seca”. Estos ya no eran millonarios, muchos de ellos, estaban ligados a la mafia.

Luego hubo otras inmigraciones, como la de los cubanos que huyeron de la isla luego de la revolución de Fidel Castro y la de mejicanos, dominicanos, salvadoreños, peruanos y una larga lista de países latinoamericanos, que incluye a argentinos, claro, y que le valieron a Miami ser la “capital latina” de los EE.UU.

Dentro de esas corrientes inmigratorias, también es importante la de los judíos, con mucha influencia en el gobierno y en la economía de la ciudad. A tal punto es importante que, ubicado en un predio situado al lado del Collins Canal, sobre Dade Blvd, entre Meridian Ave. y Convention Center Dr., se encuentra el Memorial del Holocausto, rodeado por el Jardín Botánico de Miami Beach. Es una enorme mano derecha de bronce, que surge de la tierra y se eleva 13 metros.

Compras y playas

La que era el “emporio del shopping” para los argentinos del “déme dos”, sigue siendo un lugar atractivo para hacer compras, pues aún con el 35% sobre los consumos con tarjetas de crédito, si el comprador sabe buscar encontrará precios convenientes, La oferta está y es mucha, hay que saberla encontrar y para eso, nada mejor que ir con tiempo y la calculadora en la mano.

Miami también fue, y sigue siéndolo, un destino de playas. Sus arenas doradas, sobre las  cálidas aguas (en verano) del Atlántico, conforman una propuesta más que atractiva. Recuerde que Miami se divide en Downtown (el centro) y Miami Beach, la zona de playas como su nombre lo indica. Pero Miami Beach tiene dos zonas: South Beach y North Beach y la “frontera” entre ambas está a la altura de la calle 44 y la avenida Collins.

Las más conocidas y posiblemente las más lindas, están en South Beach; en el área de Coral Gable, North Beach, y en Key Biscayne.

Y si de sitios exclusivos se trata, Biscayne Bay (bahía), con su poca profundidad, ha permitido que se levanten varias islas artificiales, Una de ellas es Fisher Island, donde tienen sus mansiones ricos y famosos como Tiger Woods, Tom Cruise, Sofía Loren y otros.

Cambia, todo cambia

Pero, todo cambia y Miami no es ajena a esos cambios. Desde casi fines de los ‘90, la ciudad sumó varios circuitos novedosos, relacionados con el arte, el diseño y la cultura.

Uno de ellos es el Design District (Distrito del Diseño), ubicado en lo que hasta la década de 1990 fuera el barrio Buenavista y hoy es un emporio de grandes marcas de diseño, con fuerte influencia en materia de decoración, mobiliario y estilos y tendencias vintage.

Conectado al Design District, está Wynwood, la moderna zona de las galerías de arte, con más de 70 de ellas en todo su perímetro. Es allí donde se hace, anualmente, el festival de arte denominado Art Miami.

En esta zona se ha impuesto, en los últimos años, la costumbre de jóvenes artistas urbanos de pintar grandes murales con grafitis. Al principio se los perseguía, pero ahora sus murales ya forman parte del entorno.

Y otra novedad que reserva Miami para sus visitantes, es el Midtown, una zona comercial nueva, también recuperada, que alberga tiendas, restaurantes, bares, coquetas plazas y avenidas, con palmeras y otras especies de árboles.

Una caminata por ese barrio permite, entre otras cosas, recuperar energías o descansar un rato en agradables terrazas sobre las veredas, mientras se ve pasar la vida por los alrededores.

Y, finalmente, una de las alternativas que también brinda Miami es la de hacer un tour gastronómico en el área de South Beach, acompañado por una guía que va relatando detalles de los sitios que se visitan y otros por donde se transita.

Caminata por la cocina

a multiplicidad cultural que muestra Miami también se ve reflejada en su gastronomía. Para tener aunque sea un acercamiento a ese abanico de propuestas, lo mejor es hacer un tour gastronómico que, además, es un circuito por los rincones más lindos de South Beach.

Se trata de una caminata guiada y degustación, de tres horas de duración a través de South Beach, que combina alimentos y bebidas con conocimientos históricos, arquitectónicos y culturales.

El recorrido permite evitar las “trampas” para turistas e ir directamente a los restaurantes que frecuentan los lugareños. Todas las degustaciones están incluidas en la tarifa y las paradas comprenden la nouvelle cuisine de Miami, restaurantes étnicos y una fábrica kosher de helados.

A caminar y comer

La guía espera en el 926 de Lincoln Road, corazón del área de playas más conocida de South Beach (o SoBe, como también se le conoce). Allí está The Café at Books & Books, primer paso del tour. Mientras se degustan distintas “tablas” (picadas) con mariscos, quesos, salsas untables, tacos y guacamole, entre otras exquisiteces, se puede hojear un libro, un diario o una revista.

Es una galería, con oferta ecléctica que incluye, al fondo, una tienda de tatuajes y ropa informal.

El segundo paso es en el 1654 de Meridian Ave, donde espera Abuela’s Cuban Kitchen que, como su nombre lo adelanta, es un típico restaurante de cocina cubana. La música, el ambiente, los comensales y, por supuesto, la comida conforman un rincón de Cuba en pleno Miami.

Y para sentirse en Latinoamérica, integra el circuito Boteco Copacabana, con auténtica comida brasileña, en el 437 de Española Way. Y esto merece un comentario aparte.

Española Way es uno de los sitios imperdibles de SoBe. Es un rincón que, como su nombre lo indica, parece detenido en la época colonial española.

Calles con canteros al medio, frondosa arboleda, casas coloniales y algunos patios internos, privados, que hay que estar atentos para descubrir, que se asemejan a los cortijos ibéricos.

La caminata continúa hacia la Washington Avenue y al llegar al 1580 está El Chalán on the Beach, un restaurante de comida peruana. El chalán en Perú es como nuestro gaucho, es decir, el jinete, el que vive y trabaja a lomo de caballo. Los chalanes en Perú son famosos por ser los criadores de los caballos peruanos de paso.

En el restaurante, su gerente general y propietario, Luis Rubio, le hablará de las costumbres peruanas y de los ingredientes de sus platos.

Una recomendación: la parrillada de mariscos.

Y para el postre, The Frieze Ice Cream Factory, en el 1626 de North Michigan Avenue, donde podrá elegir entre una variedad de helados premium, todo natural y kosher, además de lo que llaman sorbete fresco y es nada más que los helados de agua.

Si durante el tour los participantes se mantienen atentos, son simpáticos y “cumplidores”, estarán en condiciones de solicitarle a su guía un premio: un café cubano, de esos que se toman en un vasito pequeño y de cuya dosis dependerá si a la noche puede conciliar el sueño. En Abuela’s.

Pero decíamos antes que este no es solo un tour gastronómico, sino que es un recorrido a pie por la arquitectura, la historia y la cultura de Miami. Luego de cada etapa culinaria y en camino hacia la siguiente, el guía irá desgranando esa historia, con personajes y hechos, e incluso, describirá los estilos arquitectónicos que marcan las distintas etapas de desarrollo de la ciudad, desde los tesoros del Art Decó hasta la actualidad.

Un hotel con pasado legendario

Sobre la avenida Collins, a la altura de la calle 45, en la zona conocida como Millonaire’s Row, está ubicado el Eden Roc, uno de los hoteles clásicos de Miami Beach que en las décadas de 1950 y 1960 fue frecuentado por las celebrities de entonces. Dicen que fue huésped habitual Frank Sinatra, “La Voz”, y que incluso alguna vez cantó allí.

Fue construido en 1956 por el arquitecto Morris Lapidus, justo al lado y como rival de otro hotel histórico: el Fontainebleau.

Con los años, se sumó una nueva torre que le permiten al Eden Roc ofrecer, en total, 631 habitaciones y más recientemente se unió a la cadena Destinations Hotels & Resorts.

Su ubicación le brinda acceso directo al mar y hasta un restaurante, el Cabana Beach Club que, aseguran, es el único de la zona que está sobre la playa, además de sus varias piletas y jardines.

Si algo lo caracteriza es que la barra del bar, en el centro del lobby, está siempre muy concurrida, no sólo por turistas sino también por hombres y mujeres que asisten a eventos y convenciones. El lobby incluye, además, un Starbucks.

Hace pocos meses se inauguró 15 Steps, el nuevo restaurante del hotel inspirado en los 15 pasos que, aseguran, “se necesitan para cultivar una verdura, pescar un pez y cocinar carne perfecta”. La propuesta es de la granja a la mesa, con productos orgánicos que el chef Jeremy Ford se encarga de conseguir en granjas.

Y otra de las novedades es la incorporación, hace un par de años, del Elle Spa, centro de estética asociado a la revista femenina. Dicen que el imperdible del spa es el tratamiento facial rejuvenecedor.

Con sombrero y guayabera

Una visita a Miami implica muchas posibilidades y algunas obligaciones. Una de estas es una visita a la Little Havana (Pequeña Habana), un pedazo de Cuba implantado en esta gran urbe donde los latinos son cada vez más.

Son cubanos llegados después de la revolución, a los que en la isla se los llama despectivamente “gusanos” y se los considera contrarrevolucionarios. Otros ya vivía allí antes de 1959, cuando los “barbudos” de la Sierra Maestra se hicieron del poder, comandados por Fidel Castro y un argentino, Ernesto “Che” Guevara.

Allí, con la calle 8 (SW 8th St) como centro neurálgico, viven poco más de 100 mil cubanos, de varias generaciones, que hablan, caminan y bailan como si estuvieran en la isla, pero saben que no es así. Visten guayaberas, los más grandes; fuman puros; toman mojitos y café, y bailan salsa, merengue y son.

Como el Hollywood Bv. de Los Ángeles, Little Havana tiene su propio “paseo de la fama”, con las estrellas dedicadas a Blanquita Amaro, Celia Cruz, Willy Chirino, Gloria Estefan y Thalia, entre otros, también en la calle 8. La verdad es que uno va leyendo sus nombres y evita pisarlas; sería como mancillar un recuerdo muy querido.

Es que es en esa calle 8 donde se encuentra la mayor cantidad de atractivos, como casas de tabaco donde los artesanos arman los cigarros a la vista; los restaurantes para comer un típico plato cubano, o las tiendas donde se ofrecen en vidriera guayaberas de distintos modelos, telas y colores, y sombreros, también para elegir.

Todo eso inmerso en un permanente fondo musical, bien caribeño, que hace mover los pies sin querer y a medida que uno avanza, invade los oídos. Y uno se imagina que en cualquier esquina se encontrará con Tito Puente en la batería; Bebo Valdéz al piano, y Cándido Camero con sus tumbadoras, poniéndole música a un son bien cubano.

Y también juegan al dominó, principalmente en el parque Máximo Gómez, en la calle 8 por supuesto, esquina con la avenida 15. Es un pequeño solar con techos de tejas a cuatro aguas debajo de los cuales se distribuyen mesas para jugar al dominó y otras con tableros de ajedrez.

Ellos no tienen problemas: uno puede ingresar y fotografiarlos y hasta charlar un rato, pero no mucho porque los distrae de su juego. Son, en su mayoría, adultos mayores, pero hay también jóvenes.

Y de pronto, la sorpresa. Hay un mural sobre una de las paredes laterales, con los rostros de expresidentes de países americanos. En el centro del mural, Carlos Saúl Menem, con una banda presidencial, sonríe al lado de Bill Clinton.

La segunda sorpresa

El bus de excursiones se detiene sobre la calle 8, en plena Little Havana. Descienden los pasajeros y se comienzan a desperdigar con sus cámaras fotográficas en mano y de pronto, un cartel sorprende a uno de los adelantados: en la esquina con SW 14 Av se yergue un cartel con fondo verde y letras blancas, escrito en español: Avenida Libertad Lamarque.

Es que la actriz argentina, conocida en todo el sur del continente como “la novia de América”, tenía entre en el pueblo cubano a muchos de sus más grandes admiradores. Y el homenaje adquiere mayor importancia cuando la famosa calle 8, la columna vertebral de Little Havana, a esa altura lleva el nombre de una de las glorias cubanas: Olga Guillot Way.

Otra visita que no se puede dejar de hacer es al club Cuba Ocho, en el 1465 de la calle 8, una rara mezcla de pub, restaurante, galería de arte y centro cultural.

Música en vivo; una importante biblioteca; pinturas y obras de arte cubanas; el mobiliario de un exclub nocturno de Frank Sinatra al que asistían los mafiosos; un patio con reminiscencias coloniales, y algunos platos típicos de la cocina de la isla y mejicana, conforman una propuesta para pasar un buen momento latino.

La simpatía de mozos, mozas y barman, además de sus dueños, completan el menú. Dicen que la mejor hora para ir es alrededor de las 22.

Lo que hay que saber

Transporte. Desde Córdoba, con LAN, vía Lima. La tarifa final, con impuestos y percepción del 35%, para volar días de semana, en temporada baja, $ 10.835. El vuelo sale de Córdoba a las 5.05 y llega a Miami a las 14.55; de regreso, sale a las 16.30 y arriba a Córdoba a las 5.35.

Alojamiento. Eden Roc Hotel, desde U 600 la noche en habitación doble. www.edenrocmiami.com

Tour gastronómico. Adultos, U 53; adolescentes (de 8 a 12), U 35, y niños (hasta 7 años), U 17,50. El tour dura tres horas y se recorren 1,5 millas (2,4 kilómetros). Está previsto para un máximo de 12 personas y se recomienda vestir ropa liviana y calzado cómodo. www.miamifoodtours.com

Otros datos

Nombre oficial: Estados Unidos de América.

Capital: Washington DC.

Gobierno: República Federal.

Población: 308,7 millones de habitantes, según datos de 2010.

Superficie: 9.826.600 kilómetros cuadrados.

Idioma: inglés.

Moneda: dólar estadounidense.

*Especial