Una visita por Santa Cruz de la Sierra, una encantadora ciudad de Bolivia

Cuando desde Argentina pensamos en Bolivia, es casi imposible no visualizar la altura de los Andes, en su capital, La Paz, la ciudad más alta de América. O las vestimentas típicas de múltiples colores que aparecen en todas las postales del país.

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Bolivia suele ser sinónimo de originario con tradiciones ancestrales arraigadas. También lo asociamos a la historia de la riqueza esquilmada del Potosí, a la fuerte herencia e impronta colonial en cientos de pueblitos escondidos, o en ser el único país de América que no tiene salida al mar.

Lo cierto es que esta especie de isla terrestre, rodeada de tierra americana, es un territorio casi desconocido. Y no son pocos los visitantes que al llegar a Santa Cruz de la Sierra se preguntan si todavía están en Bolivia.

Clima tropical y naturaleza exuberante rodea a la ciudad más pujante de Bolivia

A orillas del río Piraí, en las zonas bajas tropicales del oriente del país, Santa Cruz de la Sierra nace en el siglo XVI pero se consolida fuertemente en el siglo XX como el centro comercial por excelencia de Bolivia.

Los cruceños son conocidos como “cambas” y se caracterizan por tener una personalidad abierta, amable con los visitantes y orgullosos de su tierra. También son emprendedores, industriales y comerciantes, y la ciudad entera está muy bien conectada con el resto de Bolivia y el mundo.

Es cierto, como todas las ciudades fundadas por los españoles en América, en el casco histórico se ubican la Plaza Central, aquí llamada 25 de Septiembre, la Alcaldía, la Casa de la Cultura y la Catedral Metropolitana de ladrillos rosados. Los museos y centros culturales están en las inmediaciones.

Lo que distingue a Santa Cruz es “la movida”. El entretenimiento, los parques acuáticos, los bares, restaurantes y la agitada vida nocturna es tal, y tan diferente de la oferta cultural en las otras ciudades del país, que muchos se animan a compararla con Miami.

Además, Santa Cruz es una ciudad que sirve como punto de partida pata realizar diferentes excursiones y llegar a importantes sitios de interés turístico.

Desde aquí se pueden conocer las Misiones Jesuíticas de Bolivia en la vecina provincia de Chiquitos, declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, ya que a diferencia de las Misiones argentinas o paraguayas, sus edificios siguen en pie. Las misiones son las de San José, Santa Ana, San Rafael, San Miguel, San Ignacio, Concepción y San Xavier.

Mercados y fiestas, una constante en la vida cruceña

En la Manzana Uno, contigua a la plaza central es un coqueto espacio rectangular que se convierte en un hervidero de actividades culturales. Aquí personas y asociaciones realizan sus presentaciones, con una agenda apretadísima.

Festivales de baile, bailes tradicionales, ferias de artesanía, grafiteros, pintores de retratos le dan un concepto diferente al uso de una plaza, que definitivamente está apropiado por el camba, que se enorgullece de presentarla al mundo.

Cualquier calle sirve de excusa para montar un puesto de venta de alguna cosa. Es así como el mercadeo usurpa el territorio de las calles, otorgando a la ciudad una identidad propia, llena de encanto y vida. Visitar el Mercado de La Ramada o el Mercado del Abasto así como el de Las Siete Calles ofrece a la Santa Cruz auténtica.

Al caer la noche la ciudad se engalana con luces y música. Los locales dedicados a la gastronomía y a las discotecas rebosan de gente.

El Arenal y las Lomas de Arena en Santa Cruz

Visitar el Parque “El Arenal” es un paseo obligado en el corazón de la ciudad. Allí existe una laguna central con una isla. La costanera con senderos y palmeras y los paseos en barca ofrecen la postal más “maiamera” de la ciudad.

Si seguimos con las curiosidades de arena, muy cerquita de la ciudad están las famosas “Lomas de Arena”, un intrigante desierto de médanos y dunas en el medio de la selva.