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Desde lagos rosados hasta calles de casitas pintadas en colores suaves: estos son algunos de los lugares más fotogénicos del mundo.
Ya sea por capricho de la naturaleza o por diseño de un pintor, cuando los colores están combinados de forma particularmente linda o inusual se pueden volver el rasgo más característico de un lugar. Esta lista reúne cinco destinos alrededor del globo que parecen sacados de un tablero de Pinterest. Si amás los tonos pasteles, te van a encantar.
Un chapuzón colorido
La avenida Watermelon, en Australia, separa al lago Macdonnell y su impresionante agua salada de color rosado de la extensión de un lago vecino, en tonos celestes verdosos. La calle angosta y perfectamente recta que los divide aporta a la visual, dando la ilusión de un paisaje modelado en plastilina.
Desafiando a la gravedad
Estas casonas inclinadas son una de las imágenes más icónicas de San Francisco, Estados Unidos, lo que suma a la postal es que la mayoría de estas casas fueron pintadas en colores suaves y frescos. Esto, sumado a los frentes antiguos, les da la apariencia de casitas de muñecas. Son conocidas con el nombre de "Damas Pintadas".
Un parque soñado
Ubicado frente al Océano Pacífico en la ciudad japonesa de Hitachinaka, se encuentra el muy bien diseñado Hitachi Seaside Park. Sus jardines repletos de narcisos, tulipanes y rosas están organizados de forma cuidada para que cambien de colores según las flores que abren en cada temporada. Los sectores más llamativos son los que se tiñen de celeste intenso.
Como una pintura
En el altiplano boliviano, entre montañas, se destaca con facilidad la Laguna Colorada. Los minerales y algas que la pueblan le dan un tono rojizo muy peculiar. Curiosamente, es un lugar elegido por bandadas de flamencos que encuentran allí un ecosistema que hace juego con sus plumas color coral.
Encanto parisino
La Maison Rose, en español "Mansión Rosada" es un restaurante considerado uno de los lugares más fotogénicos de París. Se encuentra en una esquina del barrio Montmartre sobre una calle de adoquines y es un imperdible a la hora de pasear, cámara en mano, por la capital de Francia.
