El primer viaje de turismo organizado fue de sólo 18 kilómetros

La palabra turista empezó a usarse a mediados del siglo 18, pero recién se volvió una actividad masiva y popular dos siglos más tarde.

Hubo, en una historia con muchísimos viajeros famosos, un hombre que es considerado el primer agente de viajes, que alquiló un tren para llevar a 500 personas a protestar en contra del consumo de alcohol y fundó sin querer el “turismo moderno”: Thomas Cook.

El 5 de julio de 1841 partió desde el mercado de Harborough en Leicester, rumbo a Loughborough (a 18 kilómetros), un tren alquilado por este empresario para un grupo de congresistas. No fue un gran negocio, pero allí vio la veta comercial que lo convertiría a un monstruo de una industria novedosa. Apenas una década después, Cook movió 165 mil personas a una Exposición de Londres, y poco después ya viajaba a París.

A Cook se le ocurrió la idea de llevar gente a esa convención por una buena causa, ya que él era uno de los fanáticos convencidos de los males que provocaba el consumo alcohol. Nacido en Melbourne, no terminó la escuela y a los 20 años se convirtió en misionero bautista.

Acordó con el ferrocarril quedarse con un porcentaje de cada ticket vendido, y el paquete también incluía los servicios gastronómicos del viaje. Los siguientes años se dedicó a programar esos viajes y organizar excursiones para salir en familia los domingos, hasta que en 1845 formó la empresa que conquistó el mundo.

Tan precursor fue Cook (inventó los vouchers para pagar, además), que en algunos recorridos armados por Europa no existían los hoteles, como el Tour del Nilo (1868) que obligó a llevar una caravana con caballos, mulas, camas y cocinas de campaña.

La noticia, un año atrás, de que este gran emporio quebró después de casi 180 años de vida, fue un sacudón para la industria turística mundial, en tiempos de reconfiguración de la actividad por el impacto digital en la industria.