buscar

En tranvía por Zagreb

La capital croata se presenta como una ciudad que aún guarda su pasado medieval, aunque también exhibe aspectos modernos de estos tiempos.

Sus orígenes se remontan a 1094. La mejor manera de recorrer Zagreb es comenzando por la Donji Grad (Ciudad Baja) y subirse a uno de los pintorescos tranvías con que cuenta el servicio público de transporte para llegar hasta la plaza Ban Jelačić, punto de encuentro de residentes y turistas.

La leyenda dice, al igual que en la Fontana di Trevi, que debemos arrojar monedas a la fuente Mandusevac, ubicada en el centro de la plaza, para ver realizados nuestros deseos. Mucha gente pasea por esa zona porque, además, cuenta con numerosos bares y restaurantes en las inmediaciones. Muy cerca de allí está la catedral de la Asunción de la Virgen y la de San Esteban, con dos torres góticas de 104 y 105 metros, respectivamente.

En el entorno también podemos apreciar la iglesia de Nuestra Señora de Bistrica, representada por una imagen de madera negra, de más de 300 años. Al frente de la catedral se abre un callejón que desemboca en el Mercado de Dolac, abierto todos los días hasta las 13. Allí se puede comprar de todo: ropas, flores, regalos, frutas y comidas al paso.

DATOS. Información útil para conocer Zagreb.

La Ciudad Alta

Por una corta escalera accedemos a la llamada Gornji Grad (Ciudad Alta), donde hay calles angostas repletas de mesas y sillas de bares aledaños. Si es temprano, lo aconsejable es tomarse un café en ese ambiente, acompañado por una kremšnite, tarta rellena de crema pastelera.

Luego, seguimos el paseo por la Puerta de Piedra, la única entrada que se conserva de las cuatro originales. Debajo de ella se levantó una capilla con la Virgen María y el Niño.

Más adelante, llegamos a la plaza de San Marcos, con la iglesia del mismo nombre cuya originalidad llama la atención. Sus techos con tejas de múltiples colores forman, a la izquierda, los escudos de Croacia, Dalmacia y Eslabona y, a la derecha, el escudo de la ciudad de Zagreb. Al frente, se encuentra el edificio del Parlamento Estatal Croata y el Palacio del Ban.

Cañonazos

Si uno no está prevenido, puede llevarse un susto al escuchar al mediodía un cañonazo que se dispara, tal como ocurre desde hace 100 años, desde la torre Lotrscak. El objetivo de este disparo es que los habitantes de la ciudad pongan en hora sus relojes.

Para retornar a la Ciudad Baja, podemos hacerlo en un funicular que desemboca en la calle Ilica. Se trata de la calle principal de la ciudad, la más larga y llena de tiendas y edificios modernos.

El Teatro Nacional Croata y la sede de la Academia de Ciencias y Bellas Artes son dos edificios que se destacan sobre uno de los espacios verdes más lindos de la ciudad. Viene bien conocerlos, antes de dejar atrás a la capital croata.

Placeres croatas

La gastronomía croata se caracteriza por influencias astro-húngaras, con especialidades en carnes y pescados de agua dulce, siempre acompañados de especias picantes como la páprika. Los pescados y mariscos se cocinan con arroz.

En la mesa croata, nunca faltan el aceite de oliva y un buen vino. En la mayoría de los casos, el primer plato es una sopa bien caliente que puede tener cebada y porotos con carne seca y mondongo de ternera. Otros platos sugeridos son el pollo relleno asado, con compota de membrillo, y el pastel de carne y arroz envuelto en hojas de col.

A su vez, existen numerosas konoba, similares a las tascas españolas, donde se puede comer algo más liviano y al paso, como una salchicha con algo de picante, quesos de oveja y jamón de Dalmacia. Como bajativo, los croatas toman rakija, un aguardiente casero con bastante alcohol, o marrasquino, el licor de cerezas.