buscar

En bicicleta de Córdoba a Saldán

(Foto: Valeria Arévalo)
(Foto: Valeria Arévalo)

Un recorrido a uno de los destinos del Gran Córdoba. Un periplo de pocos kilómetros y de fácil acceso. Lo que hay que saber para emprender esta aventura.

Ubicada a tan sólo 18 kilómetros de la ciudad de Córdoba, en las Sierras Chicas, la localidad de Saldán es uno de los destinos más elegidos a la hora de hacer un recorrido en bicicleta y en el mismo día. El paseo no presenta dificultades y gran parte se puede transitar en la ciclovía.

Más allá de su cercanía, Saldán ofrece un atractivo serrano ideal para disfrutar durante el paseo ya sea con amigos, con familia o con la pareja. Es un lugar que preserva la tranquilidad, el ritmo y el alma de un pueblo.

Lo ideal de este recorrido es realizarlo a la mañana temprano para regresar antes que se esconda el sol.

Para emprender la aventura hay que ir por la avenida Rafael Núñez y, una vez ya en la rotonda del CPC de barrio Argüello, hay que tomar la Ricardo Rojas. El extenso camino puede ser realizado, en gran parte, por la ciclovía ubicado a la vera de las vías del ferrocarril.

La existencia de árboles de toda clase como Quebracho Colorado, Espinillo, Lapacho, entre otras variedades, permite que se convierta en un paseo agradable donde se combinan la aventura, el deporte y el contacto con la naturaleza.

A los cuatro kilómetros del lugar de partida, ya en barrio Villa Rivera Indarte, se puede hacer un primer descanso en la Estación de Tren Tristán Narvaja.

A tener en cuenta: el sitio se encuentra frente a un gran emprendimiento comercial en un entorno rodeado de espacios verdes que conservan la gran arboleda del sector. Es un punto estratégico para el uso de sanitarios o para la renovación de una bebida fría.

En el lugar, el aire fresco permite cobrar fuerzas para dar inicio entonces al segundo tramo de la aventura.

Desde allí, el ingreso a Saldán queda apenas a tres kilómetros y medio.

A la segunda parte de la bicicleteada se la puede realizar tanto por ciclovía como por la avenida Ricardo Rojas.

De a poco, el cambio de aire puro nos da señales de que la urbanización quedó atrás. Este camino es de gran disfrute para el pedaleo.

Las grandes copas de los árboles, el cantar de los pájaros, la brisa fresca y el tramo final de la aventura convierten este paseo en un lugar de ensueño.

A poco metros del lugar de destino, un gran curva y luego un camino empinado nos anticipan el punto de llegada donde se asoman finalmente los emblemáticos arcos de Saldán.

Parada obligada para el registro fotográfico en el ingreso de la ciudad.

La icónica e imperdible entrada forma parte del canal de agua que llega del dique Mal Paso construido entre 1888 y 1890 por los ingenieros Cassaffouth, Bialet Massé y Dumesnil, los mismos que diseñaron el dique San Roque.

Dique Mal Paso.
Dique Mal Paso.

El receso del pedaleo es una excusa para bajar al arroyo, lugar que en tiempos lejanos el agua de allí solía abastecer a los habitantes de la región.

También, era un lugar donde los vecinos se llevaban, en distintos recipientes, agua para el consumo familiar.

Hoy, los tiempos cambiaron, pero sigue siendo un bonito afluente para el descanso de los ciclistas. Eso sí, siempre la bicicleta cerca y al alcance de la vista.

El camino puede concluir allí mismo y se emprende la vuelta. Sin embargo, si aún sobra la energía hay dos opciones al cruzar los arcos.

La primera es en línea recta, y luego de dos kilómetros, se accede al dique Mal Paso ubicado en Dumesnil. Es considerado como una de las primeras obras de ingeniería hidráulica de Argentina. Se construyó para regular las crecidas del río Suquía y, la vez, sirve para el riego.

Es un dique de presa ideal para relajar y conectarse con la naturaleza. Si bien no está permitido bañarse allí, hay múltiples actividades que se realizan al aire libre: yoga, caminata, pícnic, pesca, entre otras.

Se puede apreciar el paisaje del lado de la ruta o cruzar a pie del otro lado del puente.

La segunda opción es llegar hasta el corazón de la localidad de Saldán. En ese caso, luego del icónico arco de ingreso, se dobla a la derecha en el primer semáforo. Es un tramo extenso y de gran subida.

Pero como todo esfuerzo, tiene recompensa, la ciudad invita a sentarse bajo la sombra de un Nogal en la plaza Mayor, lugar donde cada año se realiza la competencia del locro. También se puede visitar la Parroquia Santísima Trinidad y Nuestra Señora de Fátima. Además, hay una amplia variedad de quioscos, bares y restaurantes para almorzar.

Las opciones de regreso, en ese caso, son: volver por donde se vino o continuar el camino y regresar por la ciudad de Villa Allende.

Ambas alternativas son magníficas.

De Córdoba a Saldán en bicicleta, y de día. Un paseo económico y de aventura que combina el deporte y la naturaleza para pasar el de día con familia, amigos o en pareja. Eso sí, siempre la bicicleta a la vista.