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Jujuy: de Purmamarca a las Salinas Grandes atravesando la Cuesta de Lipán por la increíble RN 52

La Cuesta de Lipán es un camino serpenteante enmarcado en la Puna jujeña. (Foto: La Ruta Natural)
La Cuesta de Lipán es un camino serpenteante enmarcado en la Puna jujeña. (Foto: La Ruta Natural)

Este circuito sorprende con sus paisajes en altura y es uno de los lugares más lindos para descubrir en la provincia norteña.

La provincia de Jujuy es dueña de algunos de los paisajes más sorprendentes de Argentina. Con montañas de colores, un inmenso mar de sal y hasta piletones con agua turquesa, es un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el turismo aventura.

En ese marco, un buen plan es hacer el tramo de la Ruta Nacional 52 que une Purmamarca con las Salinas Grandes. Este camino atraviesa la Cuesta de Lipán, llegando a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, y regala postales alucinantes.

Para recorrerlo, el punto de partida es Purmamarca, uno de los pueblos más lindos de la Quebrada de Humahuaca. Sus imperdibles son el Cerro de los Siete Colores, la plaza central con el cabildo más pequeño de Argentina y un mercado de artesanías.

Purmamarca es uno de los pueblos más hermosos de la Quebrada de Humahuaca. (Archivo)
Purmamarca es uno de los pueblos más hermosos de la Quebrada de Humahuaca. (Archivo)

Desde aquí inicia la Cuesta de Lipán, un camino que empieza entre cardones y vicuñas y que culmina en las Salinas Grandes a 4.096 metros sobre el nivel del mar.

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Camino a las Salinas Grandes

Este tramo de la RN 52 es una aventura en sí misma. El camino está en buen estado pero tiene pendientes, curvas y contracurvas muy cerradas que generan un poco de vértigo. En total se recorren 60 kilómetros, aunque el tramo que corresponde a la Cuesta de Lipán es de 17 kilómetros.

Una parada obligada es el Mirador de la Cuesta de Lipán, desde donde se aprecia el serpenteante camino en la inmensidad del entorno. Más adelante está el Monolito, ubicado en el punto más alto del camino (4.170 msnm), y a partir de ahí ya comienza el descenso, con la posibilidad de observar llamas y vicuñas.

El destino final del circuito son las impactantes Salinas Grandes. (Foto: La Ruta Natural)
El destino final del circuito son las impactantes Salinas Grandes. (Foto: La Ruta Natural)

El destino final son las Salinas Grandes, un salar de 212 kilómetros cuadrados que se formó a lo largo de millones de años. Ahí se pueden apreciar esculturas de sal, comprar recuerdos en una tienda de souvenirs, observar el proceso de extracción de sal o simplemente caminar en ese paisaje inmenso.