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Historias y leyendas para conocer del Cementerio Recoleta

Cementerio de Recoleta, un verdadero museo a cielo abierto. (Gentileza: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires)
Cementerio de Recoleta, un verdadero museo a cielo abierto. (Gentileza: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires)

Este cementerio es un verdadero museo a cielo abierto por su destacado valor arquitectónico, sumado a los mitos de los personajes que allí descansan.

Declarado Museo Histórico Nacional en 1946, es el circuito turístico más visitado del barrio Recoleta en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por sus numerosos e imponentes mausoleos y sus más de 90 bóvedas declaradas Monumentos Históricos Nacional donde descansan próceres de la Independencia, presidentes de la Nación, valientes militares, científicos y artistas.

Arquitectónicamente está considerado una de las necrópolis más importantes del mundo, junto con Père Lachaise de París; el Staglieno en Génova y el cementerio del Bosque en Estocolmo, entre otros. A lo largo de sus más de 200 años de construcción, muchos de sus panteones son bellas obras de arte diseñadas por artistas italianos, algunas tienen pequeñas capillas y otras cuentan con detalles en mármol de carrara, mosaicos, vitraux, bronce, símbolos masónicos y delicados trabajos de herrería.

“Descansen en paz”, describe en latín el cartel de ingreso del cementerio. Se dice que estas frases son una comunicación entre los vivos y los muertos. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)
“Descansen en paz”, describe en latín el cartel de ingreso del cementerio. Se dice que estas frases son una comunicación entre los vivos y los muertos. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)

Además, es un lugar muy visitado porque allí yacen destacados protagonistas de la historia argentina, como Remedios de Escalada de San Martín, Domingo Faustino Sarmiento, María Eva Duarte de Perón, Juan Facundo Quiroga, Nicolás Avellaneda, Carlos María de Alvear, Guillermo Brown, Manuel Dorrego, Raúl Alfonsín, Juan Lavalle, Bartolomé Mitre, Juan Martín de Pueyrredón, Julio A. Roca, Juan Manuel de Rosas, Cornelio Saavedra e Hipólito Irigoyen, entre otros.

Muchas familias aristocráticas que vivían por la zona lo escogieron como su necrópolis preferida y comenzaron a construir panteones esplendorosos. El cementerio creció hasta llegar a ocupar más de cinco manzanas y cuenta con alrededor de 6.500 sepulcros. Actualmente no dispone de más espacios para la sepultura (sólo en panteones erigidos) y algunos que se encuentran a la venta rondan entre 70 mil a 100 mil pesos.

Una de las bóvedas más originales es la de Tomas Guido, compañero de expediciones de San Martín. Sus bloques de piedra fueron traídos de la cordillera de Los Andes. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)
Una de las bóvedas más originales es la de Tomas Guido, compañero de expediciones de San Martín. Sus bloques de piedra fueron traídos de la cordillera de Los Andes. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)

Otro motivo para recorrer este lugar es conocer las historias de los personajes relatadas en las visitas guiadas y las leyendas populares sobre algunas apariciones de almas por el cementerio y calles aledañas. Porque, tal como resume el mensaje de la película Coco (Disney Pixar), la muerte puede ser colorida, alegre y narrada como una remembranza en honor a esas personas por su paso en esta vida.

De historias

Una de las tumbas más antiguas del cementerio es la de Remedios de Escalada -esposa del Libertador de América, José de San Martín- quien falleció a los 25 años de tuberculosis. En su placa se puede leer el último mensaje que le dejó el prócer: “Aquí yace Remedios, esposa y amiga del general San Martín”. El espacio se encuentra convertido en un cenotafio, ya que ambos restos fueron trasladados a la Catedral de Buenos Aires.

San Martín no llegó al sepelio de Remedios porque se encontraba en Chile. A su llegada, le encargó al ingeniero francés, Felipe Bertrés, una lápida. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)
San Martín no llegó al sepelio de Remedios porque se encontraba en Chile. A su llegada, le encargó al ingeniero francés, Felipe Bertrés, una lápida. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)

Otra parada obligada: el panteón de Domingo Faustino Sarmiento, declarado Monumento Histórico Nacional. Además de haber sido Presidente de la Nación de 1868 a 1874, durante toda su vida trabajó para promover la educación pública en el país.

La más visitada es la tumba de Eva Duarte. Se encuentra repleta de placas conmemorativas y siempre tiene flores frescas en su honor. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)
La más visitada es la tumba de Eva Duarte. Se encuentra repleta de placas conmemorativas y siempre tiene flores frescas en su honor. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)

El nicho más concurrido es el de Evita. Mucha vuelta dio el cuerpo de María Eva Duarte de Perón hasta llegar en 1974 al cementerio Recoleta.

De leyendas

El mausoleo de Rufina Cambaceres es una de las muestras del estilo Art Nouveau. Cuenta la leyenda que Rufina falleció en 1902 a los 19 años. Al día siguiente de su sepultura,

del cementerio encontró el ataúd desplazado. Los familiares pidieron abrir el cajón y hallaron que el rostro de Rufina estaba rasguñado y sus uñas marcadas en el féretro. El relato popular describe que Rufina había tenido un ataque de catalepsia, pero luego murió de asfixia. Por eso la llaman “la joven que murió dos veces”.

Hay quienes dicen que han visto deambular a Rufina luciendo un vestido blanco por el cementerio y otros intentando salir del pórtico central. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)
Hay quienes dicen que han visto deambular a Rufina luciendo un vestido blanco por el cementerio y otros intentando salir del pórtico central. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)

La historia de David Alleno, cuidador del cementerio Recoleta, es otra leyenda que esconde mitos. Él amaba tanto su trabajo que ahorró toda su vida para poder reposar allí eternamente. Contrató un arquitecto italiano quien diseñó en mármol de carrara sus elementos de trabajo (plumero, balde, llaves). Dicen que no pudo contener su emoción por estrenar su nicho y se quitó la vida.

Detrás de los muros

El cementerio Recoleta se emplaza en uno de los barrios más distinguidos y sofisticados de estilo europeo, rodeados de parques verdes arbolados. Atrás de estos muros se despliega una intensa vida cultural ubicada a pocos pasos alrededor: al lado se encuentra el Centro Cultural Recoleta; en diagonal el Palacio Nacional de las Artes (Palais de Glace); cruzando la avenida del Libertador, el Museo Nacional de Bellas Artes y la Facultad de Derecho con sus 118 escalones. Y quienes desean hacer un paseo comercial sobre la calle Vicente López, se halla el Recoleta Urban Mall.

En plaza Francia, los fines de semana está la feria de Recoleta, donde cientos de artesanos exhiben sus productos y hacen demostraciones y los artistas callejeros bailan tango. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)
En plaza Francia, los fines de semana está la feria de Recoleta, donde cientos de artesanos exhiben sus productos y hacen demostraciones y los artistas callejeros bailan tango. (Gentileza: Turismo Buenos Aires Ciudad)

Datos útiles

Qué comer. Frente al cementerio hay numerosos bares y restaurantes que ofrecen menús ejecutivos: La Biela, de $4.900 a $5.600 sin bebida. Parrilladas de $9.500 a $11.800 con bebida.

Ubicación. Junín 1760. Abierto de lunes a domingo, de 9 a 17.

Entrada gratuita. Visita guiada a turistas nacionales: gratis. Internacional: desde $2.834.

Reservas. www.entradasba.buenosaires.gob.ar

Dónde dormir. Frente al cementerio, en Junín 1743, Cyan Recoleta hotel. Base doble $39.000.

Información turística. www.turismo.buenosaires.gob.ar

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