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Un relajado paseo por el tradicional pueblo gaucho Capilla del Señor

El encanto del pueblo chico es lo que mantiene Capilla del Señor, la localidad más antigua de la provincia de Buenos Aires, fundada en 1735. (Gentileza: Cherrutti Pini Travelers)
El encanto del pueblo chico es lo que mantiene Capilla del Señor, la localidad más antigua de la provincia de Buenos Aires, fundada en 1735. (Gentileza: Cherrutti Pini Travelers)

A 83 kilómetros de la capital del país, este pueblo combina su valor histórico y patrimonial con experiencias de campo en los alrededores.

Capilla del Señor, cabecera del partido de Exaltación de la Cruz, es uno de los pueblos más antiguos de la provincia de Buenos Aires. Fundado en 1735 y declarado Bien de Interés Histórico Nacional en 1994, Capilla mantiene el encanto de pueblo chico con una población de poco más de 10 mil almas.

Rodeado de campos que presentan un suave declive, su casco antiguo puede combinarse con posadas de campo y estancias de polo.

El pueblo comienza una vez cruzado el puente sobre el arroyo de la Cruz, paralelo al viejo puente en desuso Brigadier Mitre, de 1861. Este arroyo nace en un bañado en San Andrés de Giles y desemboca en el río Paraná de las Palmas, 70 kilómetros después.

Silencio y tranquilidad es lo que los visitantes disfrutan de este pueblo histórico por excelencia. (Gentileza: Cherrutti Pini Travelers)
Silencio y tranquilidad es lo que los visitantes disfrutan de este pueblo histórico por excelencia. (Gentileza: Cherrutti Pini Travelers)

El pueblo propiamente dicho son ocho cuadras por ocho cuadras. El corazón es la plaza San Martín, donde en una esquina está la Casa de la Cultura, excelente punto de partida del recorrido. Allí desarrollaron una app que lee códigos QR en 20 placas en edificios históricos y atractivos turísticos.

Uno de ellos es el Museo del Periodismo, donde está la imprenta francesa Marinoni que llegó en barco desde Francia en 1871 al puerto de Buenos Aires y en carreta hasta el pueblo. Con ella se imprimió el primer periódico de la provincia, El monitor de la campaña.

Frente a la plaza también están la escuela, el palacio municipal, la iglesia de 1866 y un curioso edificio de 1926 de estilo italiano, hoy clínica privada, con una torre mirador con la inscripción “miralejos”.

Los bares y restaurantes conservan su sello tradicional y allí una cañita y unas manos de truco siguen siendo el pasatiempo preferido. (Gentileza: Cherrutti Pini Travelers)
Los bares y restaurantes conservan su sello tradicional y allí una cañita y unas manos de truco siguen siendo el pasatiempo preferido. (Gentileza: Cherrutti Pini Travelers)

1862 es hoy un lugar para tomar café, pero en el siglo 19 fue casino, sala de juegos, almacén, corralón y dormitorios. Los vecinos llegaban en carroza, de levita y galera. La casa tiene una torre con cúpula recubierta de mayólicas que remata en una veleta.

En el Paseo Arco Iris, junto al arroyo de la Cruz, funciona los fines de semana una feria de productos artesanales donde se destacan los cuchillos y mates. La calle Belgrano termina en un pasaje peatonal que muere en el arroyo. Allí está la casa asentada en barro de Marciano Montalvo, músico y organista de la iglesia desde 1887 hasta su muerte.

Otro edificio centenario, en la esquina de Irigoyen y Fahy, era una cancha de pelota vasca donde se jugaba por dinero.

La tienda La Mar lleva 100 años vendiendo bombachas de gaucho, botas, boinas y sombreros, ponchos, fajas y camisas. En sus orígenes, el abuelo armenio recorría los campos con su hatillo de ropas al hombro. En los cordones de muchas veredas aún se ven las argollas metálicas para atar los caballos. Y cada tanto algún gaucho deja su pingo mientras va al banco o se toma un aperitivo en La Fusta, un clásico abierto en 1964, a una cuadra de la plaza. Frente a La Fusta hay un edificio emblemático con la figura de un león, hoy en restauración. Habla de la rivalidad de su antiguo propietario con otro local que tenía un tigre.

Silencio y tranquilidad es lo que los visitantes disfrutan de este pueblo histórico por excelencia. (Gentileza: Cherrutti Pini Travelers)
Silencio y tranquilidad es lo que los visitantes disfrutan de este pueblo histórico por excelencia. (Gentileza: Cherrutti Pini Travelers)

Las afueras del pueblo es campo puro: lujosos haras, huertas, cría de ganado, estancias centenarias como La Argentina, que perteneció a Julio A. Roca, o la Martín Fierro, donde vivió José Hernández y posiblemente tomó inspiración para su clásico de la literatura gauchesca.

Un día de polo

La estancia La Carona, a 10 minutos de camino rural desde el centro del pueblo, es el lugar para disfrutar de una experiencia de polo. De 42 hectáreas de extensión cuenta con dos canchas de polo, una cancha de arena iluminada para usar de noche, un casco de 1893 y una pulpería.

La estadía incluye un recorrido por los palenques con un guía que explicará cuáles son las líneas de sangre de los caballos, cómo se los entrena, cuáles son las reglas del juego, qué equipamiento utiliza el caballo y el jugador de polo y las distintas técnicas de taqueo. Luego podrá presenciar un juego profesional a cuatro chukkers (tiempos de 15 minutos), con más de 30 caballos.

Cerca del pueblo se puede disfrutar de una experiencia de polo con clases y partido amateur, cerrando el día con una cabalgata al atardecer entre la arboleda añosa. (Gentileza: Cherrutti Pini Travelers)
Cerca del pueblo se puede disfrutar de una experiencia de polo con clases y partido amateur, cerrando el día con una cabalgata al atardecer entre la arboleda añosa. (Gentileza: Cherrutti Pini Travelers)

El día termina con una cabalgata al atardecer entre la arboleda añosa y comenzará la mañana siguiente con una clase de polo y un partido amateur. Quienes no quieran participar, pueden disfrutar de la piscina, caminatas por el inmenso parque, visitar la pulpería y luego compartir un asado espectacular.

Cuando los turistas se van, sus habitantes siguen disfrutando de la tranquilidad y silencio que mantienen hace casi tres siglos.

Datos útiles

Dónde dormir. La Carona Polo Day: ruta 39, kilómetro 11,2, tel. (011) 6738-2422; desde 90 mil pesos por persona el día de polo, clase, partido y asado incluidos con bebidas y traslados desde CABA; www.lacaronapoloclub.com.ar. La Martineta, posada de campo: calle Martín Fierro s/n, Cam. A Diego Gaynor, tel. (011) 3882-1708; desde 90 mil pesos la habitación doble con desayuno; www.lamartinetaposadadecampo.com. Carmine: en el centro de Capilla, antigua casona con patio central, Irigoyen 594, tel. (02323) 49-1833; desde 53 mil pesos la habitación doble.

Más información. www.exaltacionmuycerca.com

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