Bariloche: cuatro propuestas “foodies” que no te podés perder

Invitados a un viaje de prensa por la plataforma Booking, arribamos a la siempre mágica Bariloche. La llegada no puede ser mejor: brilla el sol y una amable brisa nos da la bienvenida. Ya desde el inicio, el clima presagia buenos momentos en esta ciudad ícono del turismo en nuestro país.

Bariloche es dueña de una interesante particularidad que pocos sitios tienen: brinda la sensación de estar siempre preparada para recibir a viajeros provenientes de cualquier latitud.

San Carlos de Bariloche es la puerta de entrada de la Patagonia norte, un destino ligado a muchos de los recuerdos de los argentinos: una escapada, un viaje de egresados, una luna de miel o unos chocolates que nos regalaron, la posicionan indiscutiblemente como protagonista de emociones ligadas a recuerdos emotivos.

La propuesta gastronómica de la ciudad no para de crecer, con diferentes opciones para todos los gustos e intereses. Por eso en tu próxima visita agendate estos recomendados para seguir sumando los mejores recuerdos de Bariloche.

Experiencia I: cata de cervezas y una vista única

Desde hace un tiempo, la propuesta gastronómica barilochense no para de crecer. Es así que nuestro recorrido comienza sobre la mítica Ruta 40, la más extensa y espectacular de nuestro país. El entorno natural atrapa y nos acompaña hacia nuestra primera parada del día: “Cervecería Patagonia”.

Nos recibe Agustín, quien se presenta como “encargado de conocimiento cervecero” y rápidamente nos comparte su primer concepto: “La cerveza se hace acá y se toma acá”. Junto a él iniciamos un viaje “cervecero” recorriendo la historia de la marca, hablando sobre las materias primas que eligen para sus cervezas y registros sensoriales que debemos tener en cuenta para poder disfrutar de manera óptima una cerveza.

Recomendación del especialista: la cerveza helada se sirve con espuma, caso contrario el gas se libera dentro de nuestro estómago y de ahí que proviene esa sensación de hinchazón. Aplaudimos ese tip justo al inicio de una cata de cervezas, una de las actividades que se pueden realizar cuando se visita la Cervecería Patagonia.

Pero no todo es cerveza, la vista panorámica del sitio es absolutamente deslumbrante, la experiencia se completa junto a una gastronomía deliciosa con propuestas para todos los paladares. Un match perfecto: cervezas, gastronomía y paisaje, una verdadera experiencia foodie.

El ambiente está muy bien logrado y se puede optar por comer dentro del lugar o también dentro de un domo que preparan especialmente para grupos donde se puede tener una experiencia “más íntima” .

Cervecería Patagonia es ya un punto obligado de Bariloche tanto para los amantes de la cerveza como para los que no, por la belleza del lugar.

Experiencia II: Arelauquen, fondue en la montaña

El sitio a visitar queda en la pared sur del Cerro Otto, el más cercano al ejido urbano de Bariloche y asiento de la famosa confitería giratoria.

Todos tenemos asimilado el nombre Cerro Otto, pero ¿por qué se llama así? Lorena, nuestra guía, nos ilustra: Otto Meiling es uno de los pioneros de la zona. Este inmigrante alemán nacido en 1902, amante de la naturaleza y de las montañas, fue uno de los primeros guías de montaña, abrió senderos y conectó caminos. Como apasionado y fanático del ski comenzó a fabricar tablas de esquíes y fijaciones, realizó travesías y trabajó como instructor. En 1931 fundó el Club Andino Bariloche y a los 80 años subió al cerro Tronador.

Esta excursión parte desde el exclusivo country Arelauquen y el ascenso hasta el refugio debemos hacerlo en vehículos 4 x 4, ese mismo camino en invierno se realiza en motos de nieve.

Los coihues, árbol típico de la zona, nos llenan la vista mientras realizamos un trekking que será inolvidable. Ya de regreso, la parada será en el refugio propiamente dicho, donde el premio es una fondue por partida doble: de queso para el almuerzo y de chocolate para el postre.

Experiencia III: almuerzo de campo con Lucas Mallman

El apellido Mallman está fuertemente vinculado a Bariloche, fue aquí donde el célebre chef Francis Mallman fue criado, incluso lugar de su primer restaurante. La herencia Mallman sigue vigente en esas tierras, hoy de la mano de su sobrino Lucas.

Lucas Mallman es un fiel reflejo de la abundancia de esos paisajes, su niñez en la chacra rodeado de verduras y frutas finas llegan a la mesa de la mano de un soberbio almuerzo campero.

“Invento sin miedo a faltarle el respeto a las costumbres”, nos dice un Mallman en plena producción de un asado que tiene la familiaridad de los que todos conocemos cuando invitamos amigos y familia.

Lucas nos cocina en su casa y eso se nota, los aromas y sabores se complotan para dar ese toque especial que hace o no que algo quede del lado de los buenos momentos. Deliciosos cortes cárnicos, verduras, colores y texturas acompañan nuestros diálogos en la calma de un entorno que lentamente va creando una experiencia difícil de olvidar y obligada de repetir.

Experiencia IV: Quiven, alta cocina frente al Nahuel Huapi

Sin dudas que vivir la Experiencia Quiven es ir aún más allá de cualquier experiencia gastronómica tradicional. Quiven es arte, poesía, sorpresa y contrastes en armonía. Un viaje gastronómico que recorremos en cinco pasos y donde las materias primas conforman una sinfonía perfecta para todos los sentidos.

Quiven Patagonia House Kitchen es resultado de la pasión de Pablo Quiven, de una extensa y exitosa trayectoria en la gastronomía barilochense y de su mujer Mariana Trujillo, una psicóloga mexicana.

La historia de Quiven es una conspiración del universo para que hoy la experiencia pueda ser vivida, Pablo y Mariana se conocieron por esas cosas de la vida cuando se cruzaron en la Fontana de Trevi, Roma. Hoy juntos y desde una casona frente al Lago Nahuel Huapi deleitan a visitantes de argentina y el mundo cada vez que llevan el paisaje al plato.

Nuestro viaje comienza con platos como ciervo curado con peras caramelizadas y tarteleta de algarroba, texturas y colores espiral de panza con centro de tomates, vegetales frutas y huevos de codorniz, Tempura de kale con tiradito de Trucha cocido en leche de Tigre, lomo de ternera en cocción subid rellena de girgolas y moleña acompañado de vegetales.

Y como no podía faltar en todo recorrido foodie, llegó el turno del postre: un cheesecake de mandarina sobre tierra de cacao amargo que en apariencia es una real mandarina tan tan real que amerita la explicación de su chef en una visita que usted mismo deberá realizar.

Y como si todo fuera poco, recientemente dieron comienzo a otra aventura gastronómica: “Madurado”. En las instalaciones del histórico Club de Regatas de la ciudad de Bariloche abrieron esta propuesta que se basa en carnes, fuegos y los mejores vinos de nuestro país.

La especialidad, nos cuenta Pablo, son las carnes maduradas, que mediante un cuidadoso proceso son deshidratadas por medio de una refrigeración controlada logrando así un resultado final gustoso y tierno.