Cuando la tienda inauguró, se llamaba Le Mistral. George Whitman, su dueño, cambió el nombre al actual en abril de 1964 –en el cuarto centenario del nacimiento de William Shakespeare– en honor a Sylvia Beach, quien había fundado la original Shakespeare and Company en 1919.
Desde el día en que la librería comenzó a funcionar, brinda hospedaje a amantes de los libros que buscan un lugar en donde pasar la noche. En este sentido, se calcula que ya fue el “hogar” de unos 30.000 jóvenes.
Para poder alojarse allí no hay que pagar, pero sí se deben cumplir tres requisitos: trabajar un par de horas en la librería al día, leer un libro y escribir una hoja autobiográfica para que se guarde en la habitación del difunto dueño, Whitman.
Miles y miles de estas autobiografías se han recolectado y hoy forman parte de un archivo impresionante, que captura a generaciones de escritores, viajeros y soñadores.