Voy por el Mundo
Valparaíso, la ciudad donde todo el tiempo ocurre lo inesperado
Ciudad portuaria, cosmopolita, colorida de Chile. “Valpo” es uno de los destinos más increíbles del país vecino. Opciones para descubrirlo.
Oriundos de Rumania, estos hombres se desplazan en dos ruedas por Asia Central siguiendo la legendaria ruta de la seda.
Vali y Theo, padre e hijo, decidieron dejaron atrás su Bucarest natal, en Rumania, para ir en busca de aventuras. El plan era claro: viajar en moto a lo largo de la carretera Pamir y de la legendaria ruta de la seda, en la región de Asia Central.
La elección del vehículo respondió a su voluntad de estar en contacto directo con lo que los rodeara en el camino. En este sentido, prefirieron hacerles frente a las dificultades que supone el uso de la moto (como los cambios de clima, las distancias, el estado de algunas calles) con el objetivo de llegar a lugares inhóspitos; esos destinos que no aparecen en las guías de viajes.
Su periplo comenzó en Ucrania, territorio al que atravesaron de este a oeste, y siguió por la Estepa de Rusia. Desde allí visitarán el macizo de Altái y, cuando lleguen a Almaty, planean continuar hasta la alta cordillera del macizo de Tian Shan y más al sur, hasta Osh. Después, el recorrido indica ir hasta la frontera con China, al paso Torugart, para tomar la Karakorum Highway, que desciende hacia Pakistán. Turkmenistán e Irán también están en los planes, así como las antiguas ciudades de Samarkand, Buchara y Ashgabat; Turquía y el Mar Negro.
Sin embargo, lejos de ser rígida, su hoja de ruta puede ir modificándose en el camino. Y si bien estipularon un tiempo determinado para la travesía, sostienen que nada los aferrará a lo que tienen por escrito, por lo que nadie sabe a ciencia cierta cuál será su próxima parada. Sólo queda la opción de seguirlos a través de su cuenta de Instagram, en la que comparten todas sus vivencias.
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Una visita imperdible muy cerca de la ciudad boliviana, y otras opciones en la zona, como la Laguna Hedionda que no hace honor al nombre.
Bolivia. Visitamos el salar más grande del mundo, donde no sólo es posible maravillarse con el fenómeno natural, sino que se pueden disfrutar de variadas experiencias.