Voy por el Mundo
Si buscás “la vida en rosa”, conocé estas playas rosas que se le parecen bastante
Cuatro playas a anotar: en estos rincones del mundo la arena tiene colores que parecen sacados de un caramelo de frutilla.
¿Tenés planificado ir a Isla Grande? Tomá nota de estos planes.
Lopes Mendes está consagrada como una de las playas más lindas de Brasil: sus tres kilómetros de arena blanca y fina son bañados por aguas transparentes y cálidas. Se encuentra del lado oceánico de la isla, en el sur, y es tranquila incluso en temporada alta. Tips: no hace falta llevar sombrilla porque las ramas de las "amendoeiras" de la costa proveen sombra natural, pero sí es conveniente ir con agua y algo para comer porque, si bien hay vendedores, no cuenta con restaurantes ni bares.
Con 982 metros, el Pico do Papagaio es el segundo punto más alto de Isla Grande, y desde su cima se puede ver toda la isla y parte de Angra dos Reis. Hay que hacer el recorrido con guía, porque el camino es inclinado, con vegetación cerrada y árboles caídos y piedras que pueden desorientar a cualquiera que no lo conozca. Tips: hay que salir bien temprano para hacer este trekking, y llevar agua, lentes y protector solar.
La Cachoeira da Feiticeira es un salto de agua de unos 15 metros con un pozo de agua ideal para refrescarse. La caminata para llegar hasta la cascada es un atractivo en sí mismo, ya que es de dificultad media-baja y concentra ruinas, ríos, puentes, aves, monos y hasta una playa hermosa como Playa da Feiticeira, desde donde los visitantes se pueden volver en barco hasta Abraão. La recomendación es practicar rappel en la caída de la cascada, una excursión muy popular durante la temporada alta.
Ninguna de las dos es una verdadera laguna, pero sus aguas bajas y tranquilas las convierten en piletas naturales. Laguna Azul tiene fondo de arena y es perfecta para nadar, hacer esnórquel o alimentar a los peces que habitan en sus aguas. Cerca de allí, además, hay playas destacadas como Grumixama, Baleia, y Freguesia Sul y Norte. En Laguna Verde, en tanto, el agua cristalina deja ver peces, estrellas de mar, corales verde esmeralda, tortugas y caballitos de mar. Una curiosidad es que cuando baja la marea esta porción de tierra se une a Isla Grande por una franja de piedras y arena.
A través de una escalera por un pasaje estrecho se accede a esta gruta de unos 30 metros de ancho y una altura promedio de un metro. En su interior, una grieta en una piedra costera permite el paso de la luz del sol, que se refleja en el agua turquesa de forma fluorescente, generando un espectáculo difícil de describir. Vale aclarar que no es una aventura para cualquiera, ya que en algunos tramos hay que arrastrarse por el suelo. Tips: hay que llevar linterna e ir en un día soleado para aprovechar el fenómeno en su esplendor. La gruta está en propiedad privada, por lo que hay que pagar para ingresar.
Cuatro playas a anotar: en estos rincones del mundo la arena tiene colores que parecen sacados de un caramelo de frutilla.
La aerolínea alemana Condor presentó aviones decorados con rayas de llamativos colores... y las redes los están amando.
En la página hay circuitos, un calendario natural, una guía, y el detalle de experiencias y recorridos posibles.