Voy por el Mundo
Una visita a Roma, fuera de clichés (o casi)
La increíble ciudad es la puerta de ingreso ideal a Italia. Además de los lugares típicos, hay muchos otros rincones romanos para disfrutar de una estadía.
Es uno de los mayores íconos de Moscú y forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco.
La Catedral de San Basilio es probablemente la primera imagen que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en Moscú. Con sus cúpulas de colores, es un emblema de la capital rusa, y sus casi 500 años de historia guardan muchos secretos y datos curiosos. Te contamos algunos:
A mediados del siglo XVI, Iván el Terrible (zar Iván IV) ordenó que edificaran un templo en el centro de Moscú para conmemorar su victoria sobre los mongoles tártaros. La catedral se consagró el 12 de julio de 1561.
Basilio era considerado un "loco por Cristo" que paseaba desnudo y descalzo por la ciudad, vivía de la caridad y hacía milagros. Además, se creía que era la única persona a la que Iván el Terrible temía. Cuando murió, el zar lo enterró en la Iglesia de la Santa Trinidad, pero años después otro zar trasladó sus restos a la catedral y todo el conjunto pasó a llevar su nombre.
Según detalla la BBC, el ruso Postnik Yakovlev fue el arquitecto detrás de la obra, aunque hay documentos que sostienen que fue un trabajo conjunto con otro colega. El mito dice que Iván el Terrible ordenó que lo dejaran ciego para que nunca construyera nada igual, pero no hay información histórica que lo confirme.
A lo largo de sus casi 500 años de historia, muchas veces estuvo a punto de desaparecer. Se cuenta que sobrevivió a incendios, a la invasión de las tropas de Napoleón e incluso a los planes de los colaboradores de Stalin, que planeaban demolerla para ampliar la Plaza Roja.
Si jugaste al Tetris, seguro recordás que la catedral aparecía al iniciar el juego. ¿Por qué? Porque fue creado en 1984 por el ingeniero informático ruso Aleksei Pazhitnov, quien uso imágenes de varios símbolos de la Unión Soviética, entre ellos, el de San Basilio y sus pintorescas cúpulas.
La increíble ciudad es la puerta de ingreso ideal a Italia. Además de los lugares típicos, hay muchos otros rincones romanos para disfrutar de una estadía.
Historia, gastronomía, actividades en el río o en la costa, todas las opciones para encontrar en esta gran ciudad.
El oasis cordobés que tiene hasta un “Infiernillo” es una oportunidad para pasear en la naturaleza dentro de la ciudad.