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Y comieron perdices, en el mar

Cada vez son más las parejas que eligen casarse a bordo de un crucero, una forma de aunar todo: boda, fiesta y luna de miel. Las compañías ofrecen diversos paquetes, que incluyen desde atenciones especiales a la hora de embarcar, la ceremonia y hasta los servicios de un fotógrafo.

El viajero estaba cómodamente apoyado en la baranda de la terraza que da sobre la cubierta principal del barco, allí donde está la piscina; en su mano derecha dejaba enfriar un poco más el trago que le habían preparado en la barra; a sus espaldas, dejaba pasear morosamente su vista por el horizonte azul del océano Atlántico y, cada tanto, bajaba la vista al ver pasar una linda crucerista en traje de baño rumbo a las reposeras, para tomar sol.

De pronto, cambió la música y de los ritmos caribeños que acompañaban los pasos –inseguros y a destiempo– de una veintena de mujeres, más algunos intrépidos señores, que eran animados por las esculturales chicas del equipo de entretenimiento del crucero, pasó a una melodía de esas de película de Hollywood, con grandes orquestas y a mitad de camino entre un vals vienés y un foxtrot.

Al mismo tiempo, un coro de “¡vivan los novios!”, aplausos y risas detuvieron la escena mientras alrededor de 30 personas salían a la cubierta con ropa de fiesta, rodeando a una pareja, ella con vestido largo color blanco y él con elegante traje gris.

Según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (Clia, por sus siglas en inglés), una encuesta realizada entre agencias de viajes de los Estados Unidos reveló que las bodas a bordo de cruceros habían crecido exponencialmente: más de un 60 por ciento en la última década. Claro que, el mercado norteamericano es más proclive a ese tipo de eventos, pero sin embargo la tendencia también está creciendo hacia el sur del río Grande.

En este caso, se trataba de Romualdo y María Fernanda, una pareja de venezolanos que decidieron hacer el crucero, casarse a bordo, juntar a sus parientes y amigos en el mismo barco y, de paso, liquidar el viaje de bodas.

Las compañías navieras, ni lerdas ni perezosas, descubrieron la veta y la explotan. Es el caso de MSC Cruceros, que ofrece paquetes únicos para organizar la ceremonia de la boda y el festejo a bordo en sus viajes por Sudamérica, con diversos recorridos y días de duración.

Paquetes

Los paquetes son Plata, Oro y Platino e incluyen: asesoramiento para la boda antes de la salida; bienvenida especial para la pareja en el embarque; asistencia personal completa para la ceremonia, por parte del organizador de bodas de MSC; bouquet de flores para ella y flor de ojal para él; salón privado decorado especialmente para la ocasión; ceremonia a bordo en presencia de los invitados y los oficiales del barco; certificado matrimonial conmemorativo firmado por el capitán de buque, y música nupcial.

Esos son los servicios comunes, que en el caso del paquete Plata, por U 613, incluye una botella de Asti (vino espumante) y torta nupcial personalizada con los nombres de los novios.

En paquete Oro, en tanto, por U 986 contempla la botella de vino espumante, dos copas flauta de regalo y canapés servidos en la cabina de los novios el día del embarque; una botella de Moët & Chandon; torta nupcial St. Honoré personalizada con los nombres de los novios; servicio fotográfico durante la ceremonia y en otras localizaciones del barco elegidas por la pareja (1 hora); selección personal de 10 fotografías, y desayuno en el camarote la mañana siguiente a la ceremonia.

Por último, el paquete Platino, por U 988, incluye la botella de espumante, las dos copas y los canapés; la torta nupcial de dos pisos con mouse de chocolate blanco y personalizada con los nombres de los novios; servicio exclusivo en el camarote la noche de embarque (botella de champán Moët & Chandon, dos copas MSC Cruceros y surtido de canapés, y el servicio fotográfico.

Más información: www.msccruceros.com.ar