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Viajar por el espacio y volver para contarlo: entrevista a la astronauta Wendy Lawrence

Wendy Lawrence fue la primera mujer graduada de Academia Naval de los Estados Unidos que voló al espacio (Magalí Gaido).
Wendy Lawrence fue la primera mujer graduada de Academia Naval de los Estados Unidos que voló al espacio (Magalí Gaido).

Con cuatro viajes en su historial, lleva con orgullo la marca de ser la primera mujer graduada de Academia Naval de los Estados Unidos que voló al espacio. Hoy, ya jubilada, mira para atrás recordando su paso por la Nasa pero sin dejar de mirar el futuro: aún sueña con viajar a la Luna. 

Wendy Lawrence ama viajar, pero no por rutas ni por el aire, sino al espacio. Su medio de transporte favorito no es ni un auto ni un avión, sino cohetes y transbordadores. Lo que para muchos es un juego de niños y para otros tantos un sueño de grandes, para ella fue su realidad y su profesión. Wendy supo a sus 10 años que quería ser astronauta. Vio a Neil Armstrong caminando en la Luna por primera vez y ese fue el día en que nació su sueño. Wendy tiene 59 años y cuatro viajes al espacio en su historial. En total, fueron 1200 horas en misiones alejadas del planeta Tierra. Fue la primera mujer graduada de Academia Naval de los Estados Unidos que voló al espacio y también la encargada de encabezar una de las misiones más difíciles de la Nasa: la primera después de la explosión del transbordador Columbia que se cobró la vida de siete astronautas.

Lawrence conversó con Voy de Viaje desde las instalaciones del Kennedy Space Center, en Florida, donde a menudo comparte sus anécdotas con los turistas ansiosos de conocer los detalles de la vida espacial. Desde ese lugar, se encarga de inspirar a los niños y de ayudarlos a cumplir sus sueños, pues siente que esa ahora es su misión.

–¿Qué se siente al ver desde el espacio al planeta Tierra?

–Es un paisaje que nunca te cansas de ver. La tierra es un planeta muy hermoso, y parece como que cada vez que vuelas ves algo que antes no habías notado.  Ves volcanes que hicieron erupción y auroras boreales. Siempre es divertido mirar hacia abajo aquellos lugares que tuviste la oportunidad de visitar y verlos bien desde arriba.

Al mismo tiempo, cuando miramos al planeta Tierra desde el espacio nos impacta enormemente porque podemos ver todo el daño que los humanos estamos haciendo. Mi primer vuelo fue en 1995 y el último en 2005, y pude ver el impacto de la deforestación, sobretodo en la Amazonia. Puedes ver la erosión de la tierra en Madagascar. Es realmente muy triste ver el impacto negativo de los hombres sobre este planeta. Nosotros que podemos verlo desde arriba, sentimos que tenemos la responsabilidad de cuidarlo.

–Usted que estuvo en el espacio exterior, ¿Cree en extraterrestres?

–Aún no hemos encontrado a ninguno (risas)

–La lucha por la igualdad de género imagino que no excede a los puestos en la Nasa. ¿Qué espacio tienen las mujeres allí dentro?

–En las últimas dos clases que la Nasa seleccionó, las de 2013 y 2015, al menos el 50 por ciento eran mujeres. Estuvieron destinadas a ser directoras de vuelo y comandantes. Creo que hay igualdad de oportunidades. Ser mujer nunca fue un problema para mí en este trabajo. Hay muchas mujeres que son astronautas. Hay muchas en el Centro Espacial Johnson de Houston Texas, que trabajan como controladores de vuelo, como ingenieras, como científicas.

–¿Qué es lo que más extraña de la Tierra cuando está en el espacio?

–No mucho (risas). Mi misión más larga fue de una semana y media y usualmente teníamos que lograr tantas metas en cada misión que siempre estábamos muy muy muy ocupados, entonces no teníamos tiempo de pensar en la Tierra. Sospecho que si hubiese tenido la oportunidad de permanecer meses a bordo de una nave espacial probablemente hubiese extrañado cosas como el helado, poder respirar aire fresco, o el olor de la lluvia. Pero lo cierto es que nunca extrañe la Tierra en ninguna de mis misiones.

–Luego de todas las investigaciones que se realizaron acerca de los viajes a Marte, ¿Cuándo cree que eso se va a convertir en algo realizable?

–Es una buena pregunta. No hemos ido a Marte aun porque no es fácil de hacer. Tenemos que mejorar muchas tecnologías antes de poder llevar gente a Marte de manera segura y, lo más importante, para poder traerlas de vuelta a la Tierra. Para desarrollar este tipo de tecnología, vamos a necesitar muchos años más. Para la Nasa, esto implica que debemos lograr el apoyo del Presidente y del congreso de Estados Unidos para que sigan respaldando económicamente estos proyectos a largo plazo y que no cambien de parecer después de unos pocos años. Teniendo en cuenta el actual presupuesto de la Nasa, creo que estamos al menos a 15 años de poder concretar estos proyectos.

–¿Cómo fue su experiencia de ser la primera mujer en liderar una misión, sobre todo después del desastre del transbordador espacial Columbia?

–El primer vuelo después de la explosión del Columbia fue la misión STS-114. Me sentí muy honrada en poder ser parte de un equipo que tenía semejante responsabilidad. Todos estábamos determinados a completar nuestra misión lo mas exitosamente posible y a demostrar que éramos capaces de volar un transbordador de manera segura. Sabíamos que eso era lo que el equipo de la misión STS-107 hubiese querido que hiciéramos. Lo hicimos por ellos y por sus familias, para que supieran que íbamos a seguir trabajando duro para continuar el programa y las misiones que eran muy importantes para sus seres queridos. Queríamos demostrar que podíamos seguir lanzando humanos al espacio exterior de manera segura.

–¿Qué hacen en su tiempo libre en el espacio?

–Miramos por la ventana y fluimos. Al no sentir la presión de la gravedad, es como estar en una pileta flotando. Es increíblemente divertido. Puedes volar, dar vueltas. Disfrutamos mucho de no tener que luchar contra la gravedad.

–¿Y qué hay de su tiempo libre en la tierra?

–Me gusta correr y hacer jardinería. Tomo fotografías, pero en realidad no tengo tanto tiempo libre como desearía. Siempre busco la forma de pasar tiempo al aire libre.

–¿Extrañas el espacio?

–Si, mucho.

–¿Sentís que con el tiempo se ha perdido la emoción en la sociedad por los temas espaciales? 

–Creo en realidad que la gente no tiene la posibilidad de verlo de cerca. Cuando la gente puede venir y experimentar lo que es estar en una estación espacial y observar cómo funcionan las cosas, las naves espaciales despegando y yendo al espacio, eso los emociona siempre.

Simplemente creo que la gente no está expuesta a este tipo de cosas en su día a día y sin embargo, dependen de todo lo que hacemos nosotros, como mandar satélites al exterior, para que puedan tener comunicaciones, para que puedan ver el clima, entre otras cosas.

–El ser humano sueña con lo que no ve, en definitiva con el universo. Usted que ya estuvo allí afuera, ¿Con qué sueña?

–Mi sueño se hizo realidad, y era muy difícil. Yo tuve gente que me apoyó y que creyó en mí. Me siento agradecida y siento que mi rol ahora es ayudar a los niños que tienen este sueño, como alguna vez lo tuve yo. Aunque pensándolo bien, creo que mi sueño ahora es ir a la Luna.