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Sevilla, pasión fiestera

Si algo identifica a la tierra andaluza es la pasión de sus habitantes por la fiesta. También la comida es parte de ese perfil regional.
Si algo identifica a la tierra andaluza es la pasión de sus habitantes por la fiesta. También la comida es parte de ese perfil regional.

Los sevillanos tienen fama de fiesteros, por eso hay que llegar a esa maravillosa ciudad –a tan sólo hora y media por autopista desde Cádiz– para descubrirlo con la propia experiencia, que puede comenzar en el Museo del Flamenco, creado y dirigido por la afamada Cristina Hoyos.

Los sevillanos tienen fama de fiesteros, por eso hay que llegar a esa maravillosa ciudad –a tan sólo hora y media por autopista desde Cádiz– para descubrirlo con la propia experiencia, que puede comenzar en el Museo del Flamenco, creado y dirigido por la afamada Cristina Hoyos.

Sevilla es la ciudad antigua más grande de Europa y cuenta con la tercera catedral más grande del mundo, detrás de la del Vaticano y la Saint JH de Londres. Además, cuenta con el restaurante Berrecita, un buen ejemplo de cocina española tradicional (aunque se permita algunas licencias).

Tiene planes preestablecidos de degustaciones desde 25 euros. Incluye buñuelos, salmorejo, “cola de toro” (así le llaman en Sevilla), jamón a caballo (sobre tosta con un huevo de codorniz frito) y bacalao rebozado (la palabra espectacular le va de maravillas) con salsa tártara.

Para destacar también la “Lágrima de angus”, un corte intercostal de la vaca cocinado en olla y acompañado de corazón de alcaucil en punto y sabor sublime. Este es un lugar para comer y sentirse como reyes en España.

100 años de historia

Córdoba de Andalucía tiene muy buena gastronomía al igual que el resto del sur de España. La Taberna San Miguel da cuenta de ello hace más de 100 años. Hoy está al comando de la quinta generación y se destaca primero por un interior encantador y por unos platos “de la hostia”.

Una visita nocturna a la mezquita (parte del nuevo programa turístico de la ciudad) es un plan recomendable, más si se complementa con una cena en el restaurante Bodega Campos. Al igual que la Taberna San Miguel, tiene más de 100 años de servicio y platos que dan que hablar en la sobremesa.

Por ejemplo: paté de perdiz con aceite de oliva y almendras, croquetas, ensalada rusa con gambas, cardos esparragados (sublimes), arroz con rabo de toro y de postre, una copa helada que bien resume parte de este viaje encantador por Andalucía: helado de naranja (los naranjos están en todas las esquinas andaluzas), gelatina de vino Pedro Ximénez (con un dejo extraordinario a higo maduro), aceite de oliva arbequina y almendras.

Toda esta gastronomía, que suena fascinante, ha nacido de grandes pobrezas. Basta con releer las materias primas para ver de qué estamos hablando. Son más de 100 años de trabajo para darle sabor increíble a productos populares, de todos los días. Una tradición gourmet no se construye de un día para el otro, tiene miles de años cocinándose a fuego lento.

Jamones ibéricos, siempre presentes. En este caso, en Sevilla.
Jamones ibéricos, siempre presentes. En este caso, en Sevilla.

Mercado gourmet 

Tanto en Madrid como en Barcelona y en Córdoba, están de moda lugares que conjugan la venta de productos gourmet con despacho de comidas y bebidas, para comer sentados en mesas comunitarias o de pie.

En Madrid están los mercados clásicos como el San Miguel o el San Antón, y acaba de abrir Platea, uno de los complejos gastronómicos más grandes de Europa, donde uno puede disfrutar de una gran variedad de comidas del mundo en lo que antes era un teatro.

En Barcelona están La Boquería y Santa Catarina (menos turístico) como puntos turísticos fuertes de la movida gourmet y Córdoba (Andalucía) también tiene el recientemente inaugurado Mercado de Victoria.

Hay gran cantidad de puestos, con una gran variedad de productos y de tapas, donde se juntan cientos de personas por la noche, de todas las edades.

Tapas con sardinas frescas y tomate sobre una tostada, en Cardona.
Tapas con sardinas frescas y tomate sobre una tostada, en Cardona.

La mejor tapa española, de un argentino 

Javier Brichetto, cocinero argentino residente en España, ha ganado el Concurso Nacional de Tapas con una creación original denominada “Chori & Pan”, que ha recibido los mejores comentarios de este certamen celebrado días atrás en Valladolid.

Antes de afincarse hace cinco años en España, Brichetto pasó por Chile, Venezuela, Inglaterra e Italia y realizó cursos de perfeccionamiento en El Racó Can Fabes, El Bulli de Ferrán Adriá y Celler de Can Roca.

Brichetto posee dos restaurantes de diferente concepción: uno japonés, llamado Musakaya, en Toledo, y el otro de cocina creativa en Madrid, de nombre Eguinoa. Ha ganado recientemente los más importantes concursos de tapas celebrados en Madrid, por lo que es reconocido como un referente en la evolución de esta modalidad culinaria tan característica de la cocina española.