buscar

San Petersburgo, todo lo que reluce es oro

Matrioskas, las famosas muñecas rusas mal mencionadas como mamushkas
Matrioskas, las famosas muñecas rusas mal mencionadas como mamushkas

Tras visitar Moscú, se puede viajar, en 5,30 horas a bordo del tren rápido diurno Spasón, muy confortable, con servicio de bar, sanitarios y un excelente paisaje para disfrutar, a la otra capital rusa, San Petersburgo.

Tras visitar Moscú, se puede viajar, en 5,30 horas a bordo del tren rápido diurno Spasón, muy confortable, con servicio de bar, sanitarios y un excelente paisaje para disfrutar, a la otra capital rusa, San Petersburgo.

Una vez arribados a la ciudad fundada por Pedro I, “el Grande”, se pueden visitar los lugares más bellos y lujosos, que nos remontan a la época de los zares. Fue fundada en 1703 con la intención de convertirla en capital del imperio ruso y con ventana hacia occidente. Fue la capital durante más de 200 años. Desde 1914. al comenzar la Primera Guerra Mundial, se consideró que el nombre era muy germánico y se la llamó Petrogrado.

Catedral de la Sangre Derramada, levantada sobre la mancha de sangre del zar Nicolás II, asesinado en el lugar.
Catedral de la Sangre Derramada, levantada sobre la mancha de sangre del zar Nicolás II, asesinado en el lugar.

En 1918, al año del triunfo de la revolución, la capital fue trasladada a Moscú y en 1924, con la muerte de Lenin, líder de la revolución, se la rebautizó Leningrado. Durante la Segunda Guerra Mundial, tuvo lugar el sitio de Leningrado, que se mantuvo por 29 meses, durante los cuales los nazis bombardearon constantemente la ciudad y la bloquearon para que no pudiera abastecerse. Muchos monumentos conservan los resabios de esos ataques.

Tras la derrota de Alemania, en 1945, la ciudad fue nombrada Ciudad Heroica por las autoridades soviéticas. Con la disolución de la Unión Soviética y el colapso del comunismo, la ciudad fue renombrada San Petersburgo y se convirtió en un importante centro económico y político de la actual Rusia.

Hoy, San Petersburgo es la segunda ciudad más grande de la Federación Rusa y una de las ciudades más grandes de Europa. El centro de la ciudad, junto a los monumentos en sus alrededores, es considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1990. El zar Pedro tenía formación occidental, por eso eligió un nombre holandés en homenaje a San Pedro, el patrono de la ciudad.

El río Neva atraviesa la ciudad y le posibilita la salida al mar que buscaba Pedro I. Incluso, como algunos puentes quedaron demasiado bajos para el paso de los barcos cargueros, todos los días a la una de la mañana se levantan para que estos pasen, convirtiéndose en un espectáculo para el turismo.

Los canales de San Petersburgo, como en Venecia, y al fondo, la iglesia de la Resurrección.
Los canales de San Petersburgo, como en Venecia, y al fondo, la iglesia de la Resurrección.

Pedro, ni bien conquistó el territorio, levantó una fortaleza, la de San Pedro y San Pablo, que es otro objetivo de visita turística muy interesante en el recorrido por la segunda ciudad rusa.

Podríamos hacer una comparación con Brasilia (Brasil), diseñada para un propósito similar pero en otra época y en otro estilo. Otra ciudad con relativo paralelismo es Venecia, en la cual se inspiró también el zar Pedro, que prohibió los puentes permanentes sobre el Neva para que se asemejara al Gran Canal y fomentó la construcción de canales en las calles, según el patrón de Amsterdam.

En 1710 se comenzó el Palacio de Verano, residencia estival de los zares. Lugar de visita muy agradable, cubierto de flores y fuentes, con estatuas de oro. Uno de los lemas de San Petersburgo es “aquí, todo lo que reluce es oro”.

En 1914 se colocaron en la Fortaleza de Pedro y Pablo los cimientos de la Catedral, de igual nombre, cuya imponente aguja dorada se distingue en la silueta urbana. También se erigió a orillas del Neva el Palacio de Invierno, sede de la revolución de 1917, porque fue tomado por los bolcheviques, y que fue reedificado en diversas ocasiones.

Más tarde se levantó en su lugar el actual palacio, que cuenta con unas 1.100 habitaciones y que hoy forma parte de un céntrico museo estatal, el famosísimo Ermitage. Ambos son centros importantes e imprescindibles para recorrer en cualquier excursión turística.

Tampoco debe obviarse una visita en barco por el río Neva (que nos hace acordar a una vieja publicidad de heladeras en nuestro medio: “Neba, hace frío). Si tocamos sus aguas, nos damos cuenta el porqué. El clima es cálido en primavera, pero un viento polar suele azotar la ciudad y provocar una baja brusca de temperatura. Nada que no pueda ser tolerado.

Matrioskas, las famosas muñecas rusas mal mencionadas como mamushkas
Matrioskas, las famosas muñecas rusas mal mencionadas como mamushkas

También se encuentran las casas del gran escritor Fiódor Dostoievski y el músico Nikolai Rimsky-Korsakov, entre otros artistas nativos de la ciudad.

La catedral de Kazán, con su columnata frontal en semicírculo, impone su presencia y contribuye a que la arteria más famosa de la ciudad, la avenida Nevski, sea considerada una de las más grandiosas del mundo. De fecha posterior es la Catedral de San Isaac, edificada sobre 24.000 pilotes hundidos en el suelo pantanoso y que ostenta una enorme cúpula revestida de 100 kilos de oro puro.

El Zar Nicolás II abolió la esclavitud, lo que provocó la inmigración de muchos trabajadores de todas partes del país para trabajar en la industria. Pero, si bien ya no eran esclavos, eran mano de obra barata e igualmente explotados, lo que dio paso a la formación de grupos sindicales radicalizados, en la segunda mitad del siglo 19. Estos grupos radicalizados emboscaron al zar Nicolás II y lo mataron. La sangre esparcida en la carretera fue dejada tal como quedó y sobre ella se construyó la imponente Catedral de la Sangre Derramada.

San Petersburgo tiene tres rascacielos: la Torre Líder (140 metros), Alexander Nevsky (124 metros) y Atlantic-City (105 metros) y los tres se encuentran lejos del centro histórico, pues la normativa vigente prohíbe la construcción de edificios altos en el centro de la ciudad. La Torre de la Televisión, de 310 metros de altura, es el edificio más alto terminado en la ciudad.