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Pilares del patrimonio cordobés

Compañía de Jesús es la más antigua del país, fue consagrada en 1671. Desde diciembre de 2000, el templo que integra la Manzana Jesuítica es Patrimonio de la Humanidad.
Compañía de Jesús es la más antigua del país, fue consagrada en 1671. Desde diciembre de 2000, el templo que integra la Manzana Jesuítica es Patrimonio de la Humanidad.

Las iglesias Compañía de Jesús y del Sagrado Corazón (Capuchinos) son un contrapunto histórico. La primera es la más antigua del país, la otra, una de las últimas. Dos maravillas locales con muy distintas historias integran un interesante circuito. 

Ambas iglesias son importante soporte del valioso patrimonio histórico, arquitectónico y religioso de la capital provincial, y son el núcleo del circuito denominado Córdoba Iluminada que realiza el Servicio de Guías de Córdoba, asociación civil.

La iglesia de la Compañía de Jesús, consagrada en 1671, en épocas en que tal monumentalidad no existía por todo el territorio de lo que sería luego la Argentina. Por mucho tiempo fue lo más cercano al cielo que se construyó por estas tierras y más de un viajero se asombró con semejante obra.

Se la adjudicó al francés Felipe Lemaire, quien trabajó en astilleros de Europa, Brasil y en el Río de la Plata, donde se unió a la orden jesuita como coadjutor (con pertenencia a la orden sin ser sacerdote) y demostró poseer un gran talento constructor. Alentado por sus hermanos espirituales, conoció de manera paulatina nuevas técnicas en el trabajo y tuvo acceso a bibliografía que le ayudó a perfeccionarse.

La obra de la iglesia no le resultó nada fácil. Hubo que traer maderas de cedro desde las misiones guaraníes y construir el entramado del techo demandó unos 12 años. En esos tiempos, se trabajaba con herramientas rústicas, no se usaban clavos ni tornillos metálicos como en la actualidad, por eso cada madera encastra perfectamente y se acuñó con clavijas de madera que se ataron con cueros de vaca para lograr firmeza y armar la bóveda que sostiene el techo en tijera de tejas.

La Capilla Doméstica, ubicada justo detrás, fue el ensayo para la construcción e incluso para la decoración. Los dos templos muestran la mano de obra de esclavos negros y de nativos de la zona.

También se pone de relieve el trabajo de aborígenes guaraníes y aprendices de la escuela cuzqueña, quienes con tallas y pinturas, respectivamente, dejaron plasmada su presencia en lo que se llamó el barroco americano, un estilo tan bello como único.

El frente de la Compañía de Jesús, reconocido como la fachada de piedra, es una simple, pero genial, idea del arquitecto Carlos Onetto quien, desnudándola del revoque agregado años después, dejó a la vista el esfuerzo y la calidad impresos en las paredes de cal y canto.

Siglo 20 

Ya en las postrimerías de la Belle Époque argentina y con el barrio Nueva Córdoba todavía incipiente, llegó a la ciudad el artista italiano Augusto César Ferrari, que ya había recorrido distintos ciudades del mundo, pero se enamoró de Córdoba. El plástico se estableció junto a su familia, en la ciudad mediterránea donde se propuso hacer su obra máxima: la Iglesia del Sagrado Corazón de los padres Capuchinos.

En la que fue reconocida como la primera Maravilla Cultural de la provincia de Córdoba, aplicó sus talentos y conocimientos de pintura, de escultura, arquitectura y hasta fotografía, una disciplina no habitual en ese entonces en el mundo del arte.

Toda la fachada es una descripción del evangelio y la torre trunca es un misterio. Reciben las esculturas de Moisés, que representa el Antiguo Testamento, y de San Juan Bautista, símbolo de la nueva iglesia; en lo alto, la corona erguida hacia el sur y la figura de San Francisco de Asís (los capuchinos fueron creados en 1525 por Mateo Di Bascio como un brazo de la orden franciscana).

Para la confección de los atlantes que, como símbolo soportan “el peso del pecado”, Ferrari tomó como modelos a los mismos trabajadores de la yesería La Helvética y hasta a su mujer, que se prestaron como modelos en la búsqueda de la perfección del genio italiano.

Al frente se encuentra también la escultura del padre Pío de Pietrelcina que fue canonizado en 2002 como primer sacerdote con estigmas de Jesús.

Al padre Pío se le reconocen curaciones y cientos de milagros en vida y la obra fue realizada por las escultoras Ana Bondone y Martha Bersano, quienes la realizaron con motivo de la llegada de las reliquias del sacerdote al templo, cuando aún era beato.

Alejadas por unas cuadras, las iglesias de la Compañía de Jesús y la del Sagrado Corazón, son representativas de una ciudad que muestra tradición y modernidad en pocos pasos.

Muchas historias se encuentran en el medio que son desarrolladas en una noche en movimiento en un circuito ideal para desentrañar el alma de la ciudad de Córdoba.

Lo que hay que saber

Circuito Córdoba Iluminada. Recorre la plaza San Martín y las fachadas del Cabildo, la Catedral, la iglesia San José de las Carmelitas Descalzas, la Manzana Jesuítica, el Patio Olmos, el Teatro del Libertador San Martín; la avenida Hipólito Yrigoyen, el Arzobispado, el Paseo del Buen Pastor y la iglesia del Sagrado Corazón de los padres capuchinos.

Partida. Desde el ingreso principal del Cabildo Histórico. Sólo con reserva de por lo menos tres horas.

Cuándo. Todos los días a las 20.

Otras visitas. Centro Histórico y Manzana Jesuítica, de lunes a viernes a las 10 y a las 16 con partida en el Cabildo Histórico sobre el acceso de la calle Deán Funes 25. Visitas guiadas en inglés, francés, italiano y portugués.

Informes. Servicio de Guías de Turismo de Córdoba, asociación civil, Deán Funes 25, Cabildo Histórico. Atención de lunes a viernes de 9 a 13 y de 15 a 17. Teléfonos (0351) 155-931700 y fuera de horario de oficina 156-636884.

E-mail: guiasdecordoba@gmail.com

Facebook: guías de turismo

En Internet: www.guiasdecordoba.webnode.com.ar