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Perú: colosal espejo de agua

La inmensidad del lago Titicaca desde Perú. Las típicas embarcaciones de totora de la fascinante cultura de los uros.
La inmensidad del lago Titicaca desde Perú. Las típicas embarcaciones de totora de la fascinante cultura de los uros.

El Titicaca tiene características superlativas. Es el lago navegable más alto del mundo, abarca 8.562 kilómetros cuadrados de superficie, equivalentes a 530 lagos San Roque, y su profundidad máxima es de 280 metros. En el fondo, hay restos de antiguas ciudades incas.

Con una extensión de 8.562 kilómetros cuadrados, equivalentes a unos 530 lagos San Roque, el Titicaca es el lago navegable más alto del mundo.

Las escalofriantes cifras que lo caracterizan marcan una profundidad máxima de 280 metros y expediciones submarinas en 2002 revelaron la presencia de restos de ciudades incas sumergidas.

Muchas culturas desarrollaron sus vidas en esas orillas o en las islas que contiene, tales como los chiripa, pucará, tihuanacota e incas, de los cuales quedaron vestigios ruinosos de construcciones y terrazas de cultivo.

En la actualidad son los urus los habitan los islotes que flotan en esas aguas.

Desde el lado peruano la principal vía de acceso es la ciudad de Puno y desde el boliviano la ciudad de Copacabana. Otros poblados están asentados en las orillas del espejo de agua y cuentan con la infraestructura portuaria necesaria para la navegación.

La ciudad de Puno está ubicada en la zona oeste del lago y una larga dársena conduce a los embarcaderos donde decenas de lanchones esperan en el puerto a los turistas para partir rumbo al nordeste.

Nutridos juncales se observan en la costa donde los nativos los cortan y arman fajos que luego son transportan en lancha.

La calma del viento permite subir al techo de la lancha donde el horizonte se extiende hasta el infinito mientras se respira un aire frío y puro. A lo lejos, se empiezan a divisar las pequeñas islas habitadas por los uros.

El guía cuenta características de esa etnia que ahora se comunica en aymara y antes en la lengua “uro puquina”.

La cultura uru o uro 700 años atrás vivían en tierra firme de la agricultura pero el permanente asedio del inca Pachacutec los obligó a migrar en sus embarcaciones (balsas de totoras) hacia las aguas donde se dispersaron. Se transformaron en pescadores y comenzaron a construir las islas de totoras.

Muchos de ellos eligieron la bahía de Puno para habitar porque el lugar es poco profundo y además no registra grandes corrientes. En la actualidad la población uro es de 2.000 miembros que viven en 40 islas organizadas en clanes de 10 a 15 familias. La actividad principal es la caza y la pesca pero desde hace 20 años, incentivados por pastores adventistas reciben a turistas que le incrementan los ingresos.

El perfil de las chozas de totoras permite observar su distribución en torno a un pequeño espacio común donde se ubica el fuego para cocinar. Al llegar la embarcación varios de los nativos dan la bienvenida y ayudan a atracar la nave. Reciben a modo de saludo con el vocablo “kumisaraki”.

Ya en la isla al pisar y caminar se descubre la superficie blanda y móvil. Viviendas, asientos, artesanías, pisos y medicinas se hacen de totoras.

Salvador es el jefe de esa isla y explica cómo es la vida en el lugar. Cuenta orgulloso que con 53 años tiene un bebé recién nacido, mientras enseña el método para construir las islas. Señala los palos clavados en el lago que sirven de ancla, mientras invita a probar un chullo, tallo de totora blanco, rico en yodo.

Las mujeres se ubican frente a las viviendas para ofrecer sus artesanías mientras sostienen a los hijos pequeños en el aguayo colgado en la espalda.

Participamos de una excursión en lancha con Salvador quien la impulsa con un palo al tiempo que narra leyendas e historias. Un viaje de 20 minutos por 10 soles.

Para la despedida reúne a todos los turistas en el pequeño patio y brinda una norma de convivencia denominada “aymi”: “Hoy por mí, mañana por ti”.

Taquile

Cerca de hora y media demanda llegar a Taquile (Hijos del Sol), distante 35 kilómetros de Puno, una de las islas más grandes junto a Amanti, también del lado peruano.

Desde tiempos prehispánicos estuvo habitada por distintas culturas, y se conservan restos “chullpas” especies de viviendas preincaicas y algunos restos incas.

En el siglo XVI fue conquistada por los españoles y cedida para su explotación a Pedro González Taquilla de donde derivaría el nombre. Funcionó también como prisión hasta que en 1970 pasó a manos del pueblo.

Se desembarca por el lado este donde se extiende un camino de piedra que sube a lo largo de 150 metros hasta la plaza principal. Seis arcos de piedra decorados con rústicas máscaras marcan los accesos a igual número de comunidades que administran de manera colectiva. En un salón exponen artesanías y un restaurante, ofrece gastronomía a los turistas.

Los hombres visten pantalón negro tejido, con blusa blanca, chaleco corto y gruesa faja tejida y las mujeres solteras usan blusas y faldas de colores vivos y se protegen del sol con un manto negro que en el caso de las jóvenes les cubre el rostro. Las casadas y adultas morigeran sus tonos y descubren sus caras.

Pequeñas calles conectan un caserío con otro y las terrazas de cultivo se muestran llenas de flores de papa. En la isla no hay vehículos y se abastecen de energía con paneles solares.

Un ambiente pleno de armonía se respira en la isla, distante tres horas de lancha del puerto de Puno.

Lo que hay que saber

Clima. De noviembre a abril es temporada de lluvia y de amplia amplitud térmica durante el día.

Isla. En la isla Taquile se paga una entrada de 1.50 soles (equivalentes a seis pesos argentinos por persona).

Fotografías. Para evitar conflictos antes de fotografiar personas es aconsejable pedirles el consentimiento.

Excursiones. Desde Puno hay tres excursiones: una de tres horas para visitar la isla de los uros; otra de día completo que recorre Uros y Taquile y una tercera de dos días que visita Uros, Taquile y Amanti.  Se pernocta en la casa de los nativos isleños.

Agencias de viaje. Empresas de turismo están en el puerto y ofrecen excursiones más económicas.

*Especial