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Nueva York: cuando quedan ganas de más

Nueva York no es sólo Manhattan; sus atractivos, fama e idiosincrasia se nutren de los condados que también conforman la ciudad. Harlem, Bronx, Queens, Brooklyn y la “Gran Manzana”, cada punto con sus señas particulares.

La mayoría de los millones de visitantes que llegan por primera vez a la Gran Manzana, lo hace con un archivo mental de imágenes de lugares emblemáticos. El incorporado compacto reconoce sitios como Central Park, el Empire State, los colosales puentes, Time Square y la 5ª Avenida, entre tantos otros, sin haber estado jamás en ellos, a través de películas de todos los tiempos y de famosas series de televisión.

Cuando el aeropuerto JFK queda atrás, por delante una red de autopistas conducen a Manhattan, la isla ubicada donde desembocan los ríos East y Hudson, al norte del puerto de Nueva York y uno de los cinco condados que conforman la ciudad homónima.

Ese universo de rascacielos, que muy pronto comienza a aparecer como horizonte, de a poco se empieza a definir y genera una urgencia por caminar la ciudad. Y esa será una de las maneras de intentar abarcarla, con todos los sentidos y así rever los espacios conocidos en las pantallas, a través de películas y series.

Hay que prepararse para saltear comidas y restar horas al descanso y así aprovechar de la mejor manera la visita.

Atentos al dicho, surgido de ignoto cuño, “la experiencia es la mejor maestra”, con la compañía de Luis de la Colina, que como buen cordobés reconoce los intereses de sus comprovincianos, aunque hace 22 años reside en el estado de Nueva York, se recorrerán los condados de Harlem, Bronx, Queens, Brooklyn y, naturalmente, Manhattan.

Tour de contrastes. El domingo lluvioso no logra atemperar el entusiasmo por participar del “tour de con¬trastes”, que recorre distintos distritos de una amplia diversidad étnica.

Algunos de ellos arrastran como estigma una historia de violencia, en su mayoría superada o al menos controlada, luego del modelo “tolerancia cero” aplicado por Rudolph Giuliani, en sus tiempos de alcalde.

Se arriba a Harlem, para participar de una misa con música Gospel junto a feligreses afroamericanos, en un templo despojado de imágenes religiosas, en la esquina de Sugar Ray Robinson Way y West 142 St. En el recinto se respira un ambiente festivo, generado por el coro, en esa ocasión sólo integrado por mujeres todas vestidas de impecable color blanco, incluso sombreros y zapatos.

No tardan en ejecutar magistralmente una serie de himnos religiosos, que estremecen el alma mientras los cuerpos se mecen al unísono al ritmo de batería, bajo, guitarra eléctrica y piano, y se baten palmas. El gospel nació con los esclavos negros que llegaron a América y luego se fusionaron en la fe cristiana en un sincretismo religioso.

Al terminar el oficio, los comentarios de la experiencia se hacen en uno de los agradables cafés que, como tantos otros, asisten a la renovación de Harlem, reconvertido ahora en un barrio seguro y atractivo.

Nuevamente en el bus, el ¬grupo enfila hacia el Bronx, el barrio ubicado más al norte de la ciudad, donde se encuentra el Yankee Stadium, sede de los New York Yankees, equipo de las grandes ligas de béisbol, y el Zoológico.

En esa urbanización de 117 mil kilómetros cuadrados nació el célebre actor Tony Curtis y tuvo residencia en alguna época Joseph Kennedy, patriarca de la famosa dinastía política de los Estados Unidos.

Una zona residencial de magníficas casonas con jardines soñados, desfilan como postales, entre tranquilas arterias y rotondas flanqueadas por grandes ejemplares de árboles.

Como contrapartida, en el área sur del Bronx, se concentra la mayor inseguridad urbana aunque el índice de delincuencia disminuyó un tercio luego de la era Giuliani.

Pequeña Italia. Muchos coinciden en que la Pequeña Italia (Little Italy) ya no está en Manhattan, entre otras causas porque los descendientes de los residentes originales ya se asimilaron al entorno y los referentes de la tradicional gastronomía italiana se dispersaron por distintos sectores,

a lo que se sumó la expansión de Chinatown, y los sobrevivientes itálicos quedaron absorbidos.

En la actualidad, los descendientes de colonos italianos se encuentran en el Bronx, en especial en la intersección de Belmont y Arthur Avenue. En una cuantas cuadras, coloridos negocios de venta de alimentos se codean con cafés, pizzerías y restaurantes que orgullosos dejan ondear la bandera roja, verde y blanca en vidrieras y fachadas.

Allí se encuentra el Arthur Avenue Retail Market, mercado minorista de venta de carnes, pescados, embutidos, verduras, especias, quesos, pastas, conservas, frutas secas, pan, flores, y otros productos, con el sello de origen de la península.

Se trata de un espacio donde se exacerba una conjunción de colores, aromas y sabores, en contraposición a las insípidas e inodoras mercaderías congeladas de los grandes supermercados.

No son pocos los turistas que se empecinan en identificar la trattoría donde se filmó la escena de la película El Padrino, de Francis Ford Coppola, en la que el protagonista Michael Corleone (interpretado por Robert de Niro) busca un revólver escondido en el baño para ejecutar a dos adversarios. Los intentos resultan fallidos, porque mientras algunos ignoran si el lugar todavía existe otros, aseguran que hoy abre como comercio de otro rubro.

Lo que hay que saber

Cómo llegar. Con Copa; sale de Córdoba a las 1.56; llega a Panamá a las 6.28; parte hacia Nueva York a las 7.42, y arriba al aeropuerto John F. Kennedy a la 13.50. Tarifa final U 1.329 por persona con impuestos incluidos.

Alojamiento. San Carlos Hotel, excelente ubicación en 150 E 50th St, en el Midtown East, a pocas cuadras de Gran Central Terminal; amplias habitaciones con mucha iluminación (seis ventanas); con Wi-Fi gratuito en todo el hotel; business center habilitado las 24 horas; personal que habla en español, y desayuno incluido (detalle no menor), de julio a septiembre 2013, desde U 265, más impuestos, habitación doble Deluxe.

Para comer. Nueva York tiene variadas opciones para distintos presupuestos. Si se trata de algo al paso, un hot dog en alguno de los numerosos quioscos que se encuentran en las veredas de calles y avenidas, con una gaseosa, cuesta U 6. En tanto un sándwich de atún con un vaso de gaseosa, en un local de Subway, por U 7,80.

Si la opción es un Mc Donald, dos Big Mac, con dos vasos de gaseosas y dos porciones de papas fritas, U U 16.

Una buena cena en Bubba Gump, restaurante temático dedicado a Forrest Gump, la película que protagonizó Tom Hanks, en Times Square, consistente en una porción de coconut shrimp (camarones en salsa de coco); una de calamari (rabas) y dos vasos gigantes de cerveza (que luego se los lleva de recuerdo), le saldrá unos U 25, con el tax incluido.

En una de las pizzerías de la cadena Sbarro, dos porciones de pepperoni y dos botellas de Corona, le costarán U 20.

Sentarse con amigos, cuatro en total, en un típico pub irlandés (St Andrews, al 140 de West 46th Street, a pasos de Times Square) y tomar cervezas Stella Artois y Amstel, sumará U 28.

En uno de los innumerables Starbucks, la famosa cadena de cafeterías, un expresso doble y un café latte, con tax incluido, cuesta U 5,14.

La entrada a Top on the Rock, en el Rockefeller Center, cuesta U 27 por persona. Caro, pero su observation deck es el mejor mirador para tomar panorámicas de Nueva York, ya sea hacia Central Park como para el South Manhattan.

Excursiones. Tour de contrastes duración aproximada cuatro horas y media U 85.

Tour Alto y Bajo Manhattan (tres horas y media), U 75.

Recorrido nocturno con observación de la ciudad desde las costas opuestas de los ríos East y Hudson; del Sky Line y paseos. (tres horas y media,) U 85. Tour de compras en outles, U 65. E-mail: argenyctravel@gmail.com

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