buscar

Nevado del Chimborazo: trepada al cordón de fuego

DESCENSO EN BICICLETA.
DESCENSO EN BICICLETA.

A 150 kilómetros de Quito, la capital ecuatoriana, y sobre la cordillera de los Andes, se encuentra el volcán Chimborazo, en la provincia del mismo nombre. Es el más alto de los más de 70 que forman el llamado cordón de fuego ecuatoriano.

El volcán Chimborazo alcanza los 6.310 metros sobre el nivel del mar y es el más alto de los más de 70 volcanes que forman parte del cinturón de fuego ecuatoriano. Su cráter, producto de la última actividad registrada hace miles de años, está cubierto de glaciares que se extienden por sus flancos.

Los aborígenes locales lo llamaron “Shingburazo” (cerro nevado) y presenta cinco cumbres: Whymper (nombre que recuerda al primer escalador que conquistó la cima en 1880), Veintimilla, Central, Politécnica y Nicolás Martínez.

En la actualidad el volcán   forma parte de la Reserva Faunística Chimborazo, ecosistema protegido para preservar a los camélidos nativos de los Andes como vicuñas, alpacas y llamas.

La reserva ocupa 58 mil hectáreas y se reintrodujeron especímenes de Perú, Chile, Bolivia y Argentina en el territorio ubicado por encima de los 3.800 metros, en un ambiente denominado páramo.

Sobre la carretera Riobamba /Guaranda se ingresa al parque que tiene un centro de servicios para el visitante (sanitarios, venta de alimentos y artesanías), e instalaciones para el guardaparque.

La reserva brinda numerosos atractivos como un sistema de lagunas, un sendero denominado de los hieleros, la cueva de Machay y la cascada de la Chorrera.

El más visitado es el ascenso a los refugios, camino a la cumbre del volcán.

A trepar. Como el ingreso se encuentra a 4.300 metros, llegar hasta ese punto ya es dificultoso. Al comenzar el camino hay rocas volcánicas negras y dispersos puntos verdes donde se encuentra la única planta que crece a esa altura llamada "chuquiragua".

Hilos de agua se desprenden de los glaciares, bajan entre rocas y pequeños restos de hielo obligan a avanzar muy lentamente. De tanto en tanto, las vicuñas aparecen como duendes y se esfuman apenas divisan a los extraños.

El primer refugio, llamado Hermanos Louis y Jean-Antoine Carrel, se encuentra a 4.850 metros y es el descanso aprovechado para aclimatarse y tomar té de coca. Alrededor, un monolito con decenas de placas recuerda a los que perdieron la vida en distintas épocas, en el intento de ascenderlo. Una de ellas reza: “sólo quien arriesga llega más lejos y descubrirá hasta donde puede llegar. 1952”.

Cuando el corazón recobra el ritmo continúa la marcha por el sendero de arenisca volcánica y aunque el siguiente refugio está a poca distancia, lleva casi una hora recorrer el trayecto. Alienta la visión de los picos nevados y la enorme base de 20 kilómetros de largo que tiene el volcán. Las nubes por momentos lo cubren y el viento levanta un velo de nieve como bandera.

A todo pulmón se llega al segundo refugio a una altura de 5.000 metros llamado Edward Whymper, que es usado como lugar de aclimatación de los escaladores que pretenden hacer cumbre. Allí hay un salón común, con vistas a la reserva, cocina y dormitorios colectivos. Cada andinista debe llevar su equipo tanto para dormir como para el hielo.

Del alero del techo se desprenden gotas en forma de estalactitas de hielo, y el viento suele ser impredecible y peligroso. De hecho, en varias oportunidades fue causante de la muerte de varios andinistas.

Hay un trayecto más, pero sólo reservado para andinistas avezados ya que en ese punto, la caminata se vuelve intemporal.

Para ellos, están reservadas las vistas de pequeñas lagunas ubicadas a 5.200 metros de altura que ofician de abrevadero de las vicuñas.

Ese es el límite permitido de una visita a la que llegan los escaladores que cumplimentaron con la aclimatación.

Descenso en bicicleta. En ese tramo de la travesía está la opción de descender en bicicleta unos 2.100 metros hasta llegar a la ciudad de Riobamba. El recorrido es por accidentados senderos, llenos de obstáculos.

La partida es desde el refugio de los Hermanos Carrel donde hay que cambiar la indumentaria por una adecuada para el ciclismo.

La primera parte avanza por caminos de arenisca y luego por barrancas, grietas, grandes rocas y senderos de arena. Esos senderos fueron los trazados por los aborígenes para guiar a los animales por el páramo, por momentos desaparecen y hay que volver a encontrar la huella.

No todo es descenso, también hay empinadas trepadas que exigen esfuerzo y más oxígeno. De pronto, una fina lluvia proveniente de la cascada La Chorrera, con la ayuda del viento, humedece los rostros de los ciclistas. Ubicada en el extremo de un cañón, de un kilómetro y medio de largo, el salto de agua es bordeado por el sendero.

No muy lejos, varios caminos vecinales atraviesan comunidades agrícolas como Mirador, Tambo Huerta, Cuatro Esquinas y Pulinqui donde la sorpresiva presencia de rebaños de llamas, alpacas, ovejas y vacas que los campesinos sacan a pastorear exigen mucho cuidado.

Cada animal con una cuerda camina al lado de su pastor, por lo general mujeres, ataviadas con colores y bordados que identifican su pertenencia a una comunidad. Sobre sus espaldas, llevan cargados los hijos o fardos de hierba para alimentar a los cuyes (conejillos).

En la reserva hay unas 20 pequeñas comunidades indígenas y todas brindan alojamiento con la posibilidad de participar en las tareas rurales.

Las comunidades se autogobiernan y se basan en la máxima: “ama killa, ama shua y sma llula” (no ser ocioso, no robar, no mentir).

Final de travesía. El último tramo transcurre por ruta asfaltada que conduce a la Parroquia San Juan, punto final del viaje. Allí, la comunidad presenta un edificio que oficia de centro cultural y comedor llamado La Tertulia donde, entre platos típicos, comparten costumbres, anécdotas y exponen los típicos tejidos artesanales.

Tere, la coordinadora, cuenta la rutina y las leyendas de esas culturas aborígenes.

Las creencias revisten de dones humanos a los elementos de la naturaleza. Tal el caso del   volcán Chimborazo, del que cuentan que en ocasiones abusó de mujeres vírgenes que tuvo como resultado de esas relaciones niños albinos a los que denominan “hijos del Chimborazo”.

Balance final. Hasta no hace mucho se encontraban nieve y glaciares en el primer refugio, pero hoy, debido al calentamiento global, el manto blanco se retiró casi a 300 metros de altura.

Esto tiene como consecuencia una gran pérdida de agua dulce en la región.

Entre los aspectos positivos se pueden señalar por un lado la inserción de camélidos a la reserva que está repoblando el territorio; y otro, es el destacable rol asumido por las comunidades indígenas en la reserva al promover el turismo comunitario.

De esa experiencia los turistas de los más disímiles lugares de origen aprenden a valorar el esfuerzo generacional de las distintas comunidades aborígenes.

Lo que hay que saber

Volcán Chimborazo. Fue declarado Patrimonio Natural del Ecuador.

Ubicación: a 30 kilómetros de Riobamba por carretera asfaltada.

Alturas: ingreso 4.300 metros sobre el nivel del mar. Altura máxima para visitantes: 5.200. Cumbre: 6.310.

Servicios: guías, sanitarios y venta de artesanía. En refugios hospedaje y alimentación.

Actividades: turismo comunitario; ascenso al volcán; visita a cascadas y lagunas y sendero de los hieleros, entre otras.