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Los secretos del Caribe brasileño

El nordeste es conocido como el “Caribe brasileño”, por las semejanzas entre ambas regiones. Allí, en el estado de Alagoas, en Maceió y Maragogi, se encuentran algunas de las playas más lindas de Brasil y la llamada Costa de Corales.

El guía que abre los brazos y sonríe como si fuéramos viejos conocidos, tiene un parecido increíble con Ricardo Bochini, el crack de Independiente que resolvía jugadas en una baldosa. “Bienvenidos a Maceió”, dice en un correctísimo español, y rápidamente organiza la salida hacia el hall del moderno aeropuerto de la capital del estado de Alagoas. Antes de subir a la combi, un breve shock de calor húmedo se pega en la piel de los viajeros y les da su propia bienvenida al nordeste de Brasil.

El “Bocha” brasileño se llama Osmar y no sólo se aguanta el apodo, sino que aprovecha el reflejo futbolístico de los machos alfa del contingente para metérselos en el bolsillo con el dato de que es hincha del sufrido Sportivo Alagoano, el club al que Talleres le ganó en 1999 la final de la copa Conmebol.

El efecto es inmediato, como el de una caipirinha a las 11 de la mañana, mezcla perfecta de alegría y jet lag (desequilibrio entre el reloj biológico y el huso horario al que se viaja). Algunos toman incluso como una señal extra de cortesía, que un brasileño le explique a un grupo de argentinos que en el país de los cinco mundiales también hay equipos humildes.

Risas y aplausos exagerados celebran esa momentánea y ficticia superioridad nacional, que viene bien para empezar a atenuar el impacto de la jornada de vuelos y escalas que demanda llegar a Maceió.

Desde Córdoba, si hay que hacer conexión en Buenos Aires y luego en San Pablo, pueden ser unas 14 horas. En la previa suena a suplicio, pero con la compañía adecuada, un buen libro o un mp3 la cosa no es tan grave y lo que espera al llegar vale la pena.

Unos minutos más tarde, el tema de conversación son las tres variedades de palmeras que se encuentran en el litoral de Alagoas, mientras el mar turquesa se mete de a ratos  por las ventanillas y se empieza a entender por qué la región se promociona con el nombre de “Caribe brasileño”. Corrección: el turquesa vira por momentos al azul claro, depende de la cantidad de luz y de la humedad del aire, pero el tono que predomina durante cientos de kilómetros de costa es un verde esmeralda de aspecto sedoso. Otro dato como para desmayarse: el agua ronda los 26 grados y será una invitación permanente a tomar baños de mar.

Pero no sólo de fútbol y de playa vive el hombre, así que Osmar le reserva a los melómanos la noticia de que uno de los alagoanos más famosos es Hermeto Pascoal, un músico magnífico e inclasificable, con aspecto de brujo albino, que ya es un viejo conocido en Córdoba; de la propia capital del estado es Djavan, enumera Osmar mientras canta Flor de lis, un éxito meloso y bastante triste, y anuncia que Maceió no es ajena a la expansión que ha venido teniendo el forró, una variedad folklórica que en la década de 1980 dejó de ser un ritmo típico del nordeste para convertirse en furor nacional.

La forma clásica de ejecución del forró es en tríos de acordeón, triángulo y zabumba (tambor plano). Se lo considera una mezcla “altamente inflamable” de ritmos africanos y europeos, que se instalaron en Brasil a principios del siglo 19, supuestamente originada en los bailes “for all” (para todos, en inglés, de donde vendría su nombre) y que indicaba el acceso no restringido a las fiestas organizadas por los empleados de las compañías británicas que construían las vías del tren en Pernambuco.

Son letras sobre las taquicardias del amor, el fuego maligno de los celos y algún que otro lamento medio tanguero, pero con un ritmo intenso que invita a las parejas a bailar bien pegaditas e insinuantes, sin rendirse a ninguna melancolía.

Osmar tiene preparada otra jugada de gol: cuenta, como al pasar, que es un buen bailarín del género en cuestión y les promete un momento único a quienes se animen con la excursión nocturna al local de forró a cinco minutos del hotel.

Natural, de noche y de día

Alagoas es uno de los estados más pequeños del gigante sudamericano, pero concentra un alto porcentaje de historia y tiene alrededor de 30 playas que pueden pelear tranquilamente para ingresar al catálogo paradisíaco que se arma cuando uno cierra los ojos y dice mentalmente “Brasil”: arena blanca y extremadamente fina, sol a raudales, aguas cálidas y palmeras cocoteras.

Maceió tiene una infraestructura hotelera de primer nivel y buenos lugares para comer y beber a la vera del mar. La costanera incluye una hermosa ciclovía, perfectamente iluminada incluso para paseos nocturnos.

Sin moverse mucho se puede disfrutar del barrio histórico de Jaraguá, una zona con su bien ganada fama de noche bohemia, y de día existe la posibilidad de hacer excursiones a las famosas piscinas naturales que se forman en las barreras de coral, a pocos kilómetros de la costa.

Desde la playa de Pajuçara, muy próxima al centro, parten las jangadas (balsas muy pequeñas) que hacen el corto trecho hasta las piscinas que forman las barreras coralinas, uno de los mayores atractivos de este destino. Aunque si hablamos de la Costa de los corales, la máxima expresión es Maragogi.

Para tener en cuenta: conviene empezar el día bien temprano, ya que a las 5 de la tarde el sol comienza a caer y a las 6 es prácticamente de noche.

Lo que hay que saber

Paquetes.  Aéreo desde Córdoba a Maceió, con GOL, siete noches de alojamiento, con desayuno, traslados, city tour, asistencia al viajero y bolso playero: Ritz Plazamar(febrero y marzo*), base doble $ 10.925 (U 1.493 + U 307 de impuestos). Aéreo desde Córdoba a Maragogi, con GOL, siete noches de alojamiento, con all inclusive, traslados, asistencia al viajero y bolso playero: Salinas de Maragogi (febrero y marzo*), base doble, $ 16.559 (U 2.421 + U 307 de impuestos).

*Tarifas no válidas para el  período de Carnaval; valor por persona a pagar en pesos, al cambio del día del pago.

Con TAM a Maceió (desde Buenos Aires), cupos confirmados; salidas 4, 11 y 18 de enero; siete noches con desayuno y traslados desde aeropuerto a hotel, y City Tour: Lagoamar, $ 10.479                   Ritz Suites, $ 12.040                     Ritz Lagoa da Anta, $ 15.398

Con GOL a Maragogi, cupos confirmados; salidas 5, 6, 9 y 10 de enero; all inclusive: Grand Oca de Maragogi, $ 17.496.

Alojamiento. Tarifas promedio de habitaciones dobles en hotel de Maceió y en un all inclusive de Maragogi. Grand Oca Maragogi, precios de enero: $ 2.983 por día con all inclusive en habitación doble.

Maceió Mar, con desayuno, $ 1.640 la doble, en enero. Ritz Suites, con desayuno, $ 1.222 la doble por día, en enero.

Costo promedio de una posada en Maragogi: aproximadamente $ 750 por día, con desayuno.

Costo de una cerveza en la playa: aproximadamente R

Más información. Comité Visite Brasil, Embajada de Brasil en Buenos Aires, Cerrito 1350, entrepiso, CP C1010AAB, Buenos Aires. Teléfono: (011)  4515-2422; fax (011) 4515-2403; e-mail: turismo@brasil.org.ar Website: www.visitbrasil.com