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“Los Capuchinos”: exponente del estilo neogótico

Cúpulas en aguja anuncian a la distancia el protagonismo de la iglesia Sagrado Corazón, baluarte del estilo neogótico de Córdoba.
Cúpulas en aguja anuncian a la distancia el protagonismo de la iglesia Sagrado Corazón, baluarte del estilo neogótico de Córdoba.

El templo de los padres capuchinos es referente del estilo neogótico y una de las maravillas urbanas del siglo 20. A lo largo de este mes, la Dirección Municipal de Turismo realizará visitas guiadas gratuitas.

Las cúpulas en aguja aparecen entre los edificios, del ahora barrio estudiantil por excelencia, y domina la vista. Es la iglesia del Sagrado Corazón de los padres Capuchinos, o “Los Capuchinos”, como popularmente se la conoce. Es marca registrada de Nueva Córdoba y convive entre los jóvenes porque ella también es joven. Se inauguró en 1933, en pleno siglo 20, con impronta de catedral medieval europea.

Esta obra neogótica fue diseñada y construida por el arquitecto italiano Augusto Ferrari, quien supo manifestar la belleza de sus líneas enteramente en hormigón armado. Esa capacidad puede entenderse quizás, porque Ferrari era además pintor y fotógrafo y captó de manera acabada la composición visual de su obra, a pesar de sus dimensiones monumentales.

El arquitecto Ferrari nació en Módena (Italia) y cursó sus estudios en la Universidad de Génova. De 1914 a 1922 vivió en Argentina y regresó a Italia por cuatro años. En 1926 se radicó definitivamente en nuestro país para dedicarse al proyecto de la iglesia del Sagrado Corazón en Córdoba Capital y en las ciudades de Bell Ville, Villa Allende y Unquillo. A finales de su carrera, se trasladó a Buenos Aires, donde falleció. La construcción de los Capuchinos se llevó buena parte de su energía.

Los primeros trabajos se iniciaron en 1926, a cargo de personal especializado traído, expresamente por Ferrari, desde Roma para montar la estructura original.

Mensaje del cielo

Desde la misma fachada se pueden conocer los distintos niveles simbólicos que la obra explica a través de sus materiales constructivos y que constituyen mensajes religiosos escritos en un “texto” arquitectónico.

Pueden apreciarse, por ejemplo, las dos torres que flanquean el templo. Una de ellas se yergue hacia lo alto hasta los 53 metros y representa el alma que asciende. La otra, es una torre truncada, que alude a la materia que perece.

Las numerosas columnas distintivas a la altura de las naves, muestran las culturas antiguas que existieron antes de Cristo. Eso explica que en el ingreso se ubiquen las imágenes de Moisés y Juan El Bautista, los profetas que prepararon al mundo para la llegada de Jesús.

A medida que la vista se eleva, los símbolos continúan contando una historia, la gran historia del catolicismo expresada por la orden franciscana: los 12 apóstoles, las virtudes, el Sagrado Corazón y San Francisco de Asís.

La iglesia del Sagrado Corazón es considerada por los cordobeses la otra catedral de la ciudad de Córdoba y fue consagrada por los mismos habitantes de la capital mediterránea como una de las maravillas culturales de la provincia en 2008.