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La huella del Cura Brochero y el Papa Francisco en Córdoba

Catedral, en el camino  del cura Brochero.
Catedral, en el camino del cura Brochero.

A lo largo de este mes, la Dirección Municipal de Turismo descorrerá el velo de detalles históricos poco conocidos, a través de las visitas guiadas que realiza. Las figuras del Papa Francisco y del Cura Brochero, y la imagen original de la Virgen del Rosario serán protagonistas.

En 1856, un muy joven José Gabriel del Rosario Brochero, oriundo de Santa Rosa de Río Primero, arribaba a la ciudad de Córdoba. Con apenas 16 años, ingresó al Seminario Nuestra Señora de Loreto que, por entonces, se hallaba detrás de la iglesia Catedral, en el sector que actualmente ocupa la Plazoleta del Fundador y donde se encuentra su estatua.

Durante 16 años, José Gabriel transitó las calles de esta ciudad, donde cursó estudios de filosofía y teología y obtuvo sucesivamente sus “grados” eclesiásticos hasta el presbiterado, en diciembre de 1966.

En aquellos tiempos, por detrás de la iglesia de San Ignacio, la hermosa Compañía de Jesús, se ingresaba a la Universidad de San Carlos. En sus claustros, Brochero era considerado, por profesores y compañeros, un destacado estudiante, en especial por su voluntad de hierro.

Compañía de Jesús, un recorrido por la historia de la orden.
Compañía de Jesús, un recorrido por la historia de la orden.

Cursaban junto a él otras figuras que lograron renombre tiempo después tal como Miguel Juárez Celman, quien llegó a ser presidente de la República.

En 1867 fue designado capellán de coro de la Catedral por el obispo Ramírez de Arellano. Ese mismo año, una epidemia de cólera arrasó la ciudad, situación que fue asumida por el cura Brochero con integridad y asistió a los enfermos de tal modo que obtuvo el reconocimiento de la comunidad entera y preparó su espíritu para la magnífica obra espiritual que legaría a toda la provincia.

Francisco, el Papa

Muchos años más tarde, la Compañía de Jesús volvió a recibir un sacerdote que con el devenir de la historia marcó los destinos de la comunidad religiosa al proyectarse a nivel internacional, con lo que redimensionó el legado jesuita.

Entre 1991 y 1992, el entonces Jorge Bergoglio se hospedó en uno de los cuartos de la residencia jesuítica.

Oficiaba como confesor de la iglesia y celebró misas hasta que en 1992 fue elegido obispo auxiliar de Buenos Aires.

Fueron momentos de profunda reflexión para el sacerdote jesuita, previos a su obispado en la capital del país y necesarios en su formación, que concluyó con su elección como sumo pontífice de la Iglesia Católica.

La patrona

El 19 de junio de 1595, dos cajas llegaron a flote de manera milagrosa, tras surcar las aguas del océano Pacífico, a las costas del Callao, en Perú. Una de ellas contenía un Cristo crucificado cuyo destino era la iglesia de Salta y una Virgen del Rosario cuyo hogar fue la ciudad de Córdoba.

Esos hechos milagrosos serán narrados en la visita a la Virgen, cuya imagen original se exhibirá desde este domingo 4, Fiesta de la Virgen del Rosario del Milagro, patrona de Córdoba, durante una semana.