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Iguazú: junto al fragor de las aguas

GARGANTA DEL DIABLO.
GARGANTA DEL DIABLO.

Asomarse a las Cataratas del Iguazú desde balcones estratégicamente ubicados es algo sobrecogedor. El salto mayor, con 80 metros de altura, es la Garganta del Diablo, nombre que bien le cabe por el rugir de las aguas y la espectacularidad del lugar.

Las Cataratas del Iguazú, ya antes del 23 de febrero de 2012, eran una maravilla natural del mundo. Y por qué decimos esto, pues porque en esa fecha la fundación N7W (New 7 Wonder) oficializó la distinción y las cataratas pasaron a ser las terceras de las siete bellezas naturales que certificó el premio. Claro que, para esta certificación votaron mil millones de personas, durante cuatro años, lo cual valida el galardón en forma contundente.

Para quien ha estado años atrás, en ese lugar destacado de los destinos turístico argentinos y regresa ahora, la sorpresa pasa por la infraestructura de servicios cada vez más completa y de calidad, acordes a la demanda de viajeros internacionales que lo visitan cada año.

Las cataratas siguen siendo las mismas, pero son tan espectaculares, grandiosas e impactantes que seguirán concitando la admiración del mundo. Por algo la Unesco ya las había declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987.

Descubiertas por Alvar Núñez Cabeza de Vaca en 1541, recién en 1934 se creó el Parque Nacional Iguazú y en 1986 fue declarada reserva nacional.

El escalón del río. El río Iguazú nace en el estado brasileño de Paraná y, al llegar al límite tripartito entre Argentina, Brasil y Paraguay, conocido como la "triple frontera", encuentra un accidente topográfico que da lugar a las cataratas.

Es como un escalón, provocado por los movimientos tectónicos de las placas, que da lugar a un desnivel de hasta 80 metros. El cauce del río, que en algunos momentos llega a 1.500 metros de ancho, cae por ese escalón generando las maravillosas cataratas.

Son 275 saltos, de los cuales el 80 por ciento se ubican en el lado argentino y el resto en Brasil. La caída de agua más alta es la de la Garganta del Diablo, nombre que pinta de manera inigualable ese espectáculo de 14 saltos en forma de herradura, cuyo sonido al romper en el cauce del río, 80 metros abajo, es un rugido audible desde muchos cientos de metros.

La nube de vapor que se levanta, en torno al enorme hueco, reafirma más esa subliminal presencia diabólica.

La magnificencia de ese espectáculo puede ser observada a unos 50 metros de la boca de la quebrada por donde cae el agua, ubicados al frente y al costado de la Garganta del Diablo, con todo el sobrecogimiento que implica. Pero tiene un costo: terminar totalmente mojado por la fina llovizna que rodea el lugar, mientras decenas de vencejos sobrevuelan como jugando en medio de la nube. Con las previsiones del caso, llámese capa o ropa impermeable, vale la pena.

El mirador está en el extremo de una pasarela que demanda una caminata de 1.100 metros y que, a medida que se avanza sobre el cauce de las aguas, se va internando en la selva paranaense de los islotes que atraviesa.

Pero, decíamos antes que son 275 saltos, de los cuales unos 220 están del lado argentino. Para conocerlos a todos no alcanza un día, pero sí para ver los más importantes, como el San Martín, junto a la isla del mismo nombre y vecino del Mbigua y del Bernabé Méndez; o el Bossetti, también allí cerca, o el Dos Hermanas, de inigualable belleza natural.

Un recorrido más o menos completo por el parque implica llegar, pasar por el Centro de Interpretación donde recibirá una completa explicación sobre la biodiversidad de la selva y la cultura local y luego se puede optar por alguna de las tres opciones: dirigirse al sendero para hacer el circuito superior, el circuito inferior o tomar el Tren Ecológico en la Estación Central que, luego de un recorrido por el corazón de la selva, lo depositará en la Estación Garganta del Diablo.

Cruzar a la isla San Martín desde el embarcadero ubicado al final del circuito inferior, le permitirá tener una visión inigualable del salto del mismo nombre, del Mbigua y del Bernabé Méndez. Además, dentro la isla hay un mirador, llamado la ventana, desde el cual es posible admirar el salto Escondido, que por algo lleva ese nombre.

El circuito superior le permitirá observar desde balcones estratégicos, los saltos Bernabé Méndez, Bossetti y Dos Hermanas, además de una panorámica impresionante de la isla San Martín y el salto del mismo nombre.

El circuito inferior, un recorrido con el que se internará en la exuberante naturaleza del parque y lo llevará a obtener numerosas vistas de los distintos saltos, desde abajo. Una forma de experimentar la fuerza de esos enormes torrentes agua.

Otra alternativa es optar por el Sendero Macuco que se interna en la selva y lo llevará, tras poco más de tres kilómetros de caminata, hasta el salto Arrechea.

Los circuitos y senderos del Parque Nacional Iguazú, casi en su totalidad, están preparados para que por ellos puedan circular personas con alguna discapacidad motriz, pues son aptos para sillas de ruedas. También cuentan con cartelería en Braille, para discapacitados visuales.

Lo que hay que saber

Cómo llegar.
Por tierra, desde Córdoba por ruta nacional 19 hasta Santa Fe / Paraná y desde allí por Entre Ríos, Corrientes y Misiones, hasta Puerto Iguazú: 1.400 km.

En avión, con LAN, desde Córdoba, escala en Aeroparque Jorge Newbery (Buenos Aires) y Puerto Iguazú. Tarifa ida y vuelta: $ 2.147.

Dónde alojarse
Iguazú Grand
, 4*, considerado el más lujoso de Puerto Iguazú, en medio del entorno natural de la selva paranaense, con casino, temporada baja: Junior Suite, $ 1.572; Senior Suite, $ 1.729; Paradise Suite, $ 2.123; Suite Panorámica, $ 2.830.

Hotel Panoramic, 5*, situado estratégicamente en una lomada sobre el río Iguazú, ofrece una vista panorámica del punto de encuentro entre Argentina, Brasil y Paraguay, en temporada baja: estándar, $ 1.141; vista al río, $ 1.300; vista al río con balcón, $ 1.470; Junior Suite Río, $ 1.757; Panoramic Suite, $ 2.052. En ambos casos son tarifas de habitación base doble por noche, con desayuno y acceso al spa (no incluye IVA).

Dónde comer. Dentro del Parque Nacional Iguazú hay varias opciones gastronómicas. Una es el restaurante La Selva, que figura entre los mejores de la región. Excelente comida y precios accesibles.

Además, hay tres fast food dentro del área de las cataratas.

Algunos datos. El Parque Nacional Iguazú es un área protegida de 67.620 hectáreas. En su entorno hay 2.000 especies de flora autóctona, 450 especies de aves y 80 especies de mamíferos. La temperatura media es de 15º C en invierno y de 30º C en verano.