buscar

Galápagos, las islas encantadas

Hace 200 años, el naturalista inglés Charles Darwin pasó cinco semanas en el archipiélago ecuatoriano. En la actualidad, las Galápagos son Patrimonio Natural de la Humanidad y uno de los enclaves más atractivos del mundo para los viajeros.

En su legendario viaje de circunnavegación terrestre, Charles Darwin se refirió a las islas Galápagos como un desmesurado paraíso. Deslumbrado por una fauna y una flora que jamás había visto en su largo viaje, el naturalista inglés creyó haber encontrado en aquellas islas las respuestas para la teoría del origen de las especies que publicaría años más tarde y lo haría inmortal.

Según consta en sus memorias, el científico pasó cinco semanas allí durante 1835, hipnotizado por tortugas de dimensiones que le resultaban inconcebibles y lagartos marinos que parecían arrancados de un relato prehistórico. Desde entonces, desde aquel viaje de Darwin y también desde aquella célebre teoría que revolucionaría para siempre las nociones de la evolución biológica, las Galápagos se transformarían en un símbolo inequívoco de naturaleza en estado puro.

A casi 200 años de la navegación darwiniana, las islas Galápagos son uno de los enclaves naturales más atractivos que ofrece el mundo para los viajeros.

Ubicadas a poco menos de mil kilómetros de las costas de Ecuador, país al que pertenecen desde 1832, las Galápagos son una enorme reserva de diversidad biológica en la que conviven casi dos mil especies endémicas, entre ellas las famosas tortugas terrestres gigantes que maravillaran a Darwin y a las que vulgarmente se les ha dado el nombre de tortugas de Galápagos.

Conformadas por 13 islas principales de origen volcánico y un centenar de islotes menores, este archipiélago recibe anualmente a casi 200 mil turistas, un número que crece en forma sostenida en la última década, alentado esencialmente por la enorme cantidad de vuelos regulares que llegan diariamente a las islas desde Guayaquil, ciudad costera de Ecuador que se ha convertido en la casi exclusiva puerta de entrada continental a las Galápagos.

Patrimonio natural

Declaradas en 1979 por la Unesco Patrimonio Natural de la Humanidad, el archipiélago es casi en su totalidad un enorme Parque Nacional, ya que desde 1959 el gobierno de Ecuador determinó que el 97,5 por ciento de su superficie fuera un área protegida.

Las zonas no afectadas como zonas reservadas son ocupadas por las pocas concentraciones urbanas que hay en las islas, entre ellas Puerto Ayora, la principal población de las Galápagos que se ubica en la isla de Santa Cruz y en donde viven cerca de 15 mil personas. Esta ciudad es el eje utilizado por el turismo para sus visitas al archipiélago, ya que desde allí parten casi todas las embarcaciones que recorren las diferentes islas del archipiélago.

Bautizada así como homenaje a un presidente ecuatoriano, Puerto Ayora posee una muy buena infraestructura hotelera y en su periferia se encuentra la estación Científica Charles Darwin, un centro de investigaciones biológicas creado en 1964 que es el principal encargado de monitorear la conservación de los recursos naturales de las islas.

Allí, en ese centro, se encuentran numerosos ejemplares de especies protegidas de tortugas gigantes y lagartos terrestres, dos de los principales representantes de la singular fauna de las Galápagos.

Abierto al turismo, la estación contaba hasta hace muy poco tiempo con el Solitario George, la más emblemática de las tortugas gigantes de las Galápagos que muriera recientemente sin dejar descendencia. Originaria de la isla Pinta, ubicada al norte del archipiélago, esta tortuga era la última de la especie Geochelone abingdoni, una de las 14 especies que habitaban originalmente las Galápagos y de las que ahora quedan sólo diez.

Cercana también a Puerto Ayora, la playa de arenas blancas de Tortuga Bay es otro de los sitios encantadores que el archipiélago ofrece para el turismo.

Desde la ciudad, un muy corto viaje de diez minutos lleva al turista hasta un sitio de aguas calmas y extremadamente claras cuyo nombre refiere a las tortugas marinas llegan a estas costas para depositar sus huevos, especialmente en el mes de enero. Caminar por las costas de Tortuga Bay resulta siempre un placer incomparable para cualquier amante de la naturaleza, perdiendo el rumbo sobre arenas que parecen deshacerse como talco entre las manos y orillando un mar de tonos turquesas en el que oleaje es débil, casi imperceptible.

Todo ello rodeado de cientos de extrañas iguanas marinas de pieles muy negras que recuerdan invariablemente a aquellos lagartos de las viejas películas de monstruos apocalípticos del Hollywood de los años de la década de 1950.

La emoción de navegar el archipiélago

Siempre repleto de embarcaciones de todo tipo y tamaño, el muelle principal de Puerto Ayora suele ser un sitio de ritmos incesantes desde donde parten regularmente docenas de barcos que viajan a casi todas las islas principales del archipiélago.

Hacia el sur la navegación lleva a la isla Española, donde abundan los pájaros bobos de patas azules, una de las aves endémicas más atractivas de las Galápagos. Hacia el este las naves van hacia la isla de San Cristóbal, la más cercana al continente, en cuyas costas septentrionales se encuentran algunas de las mayores colonias de tortugas gigantes de todo el grupo insular. Hacia el norte el rumbo más buscado es el de la isla Santiago, también llamada San Salvador, caracterizada por sus extraordinarias playas, por los leones marinos, las focas, los flamencos y los pequeños pinzones de Darwin, ave de 15 centímetros de color negro y canto muy melodioso.

Y hacia el oeste parten los barcos que van a la isla Isabela, la mayor del archipiélago, distante dos horas de navegación desde Puerto Ayora y en cuya geografía se destacan los volcanes Alcedo, Darwin y Wolf.

En Isabela se encuentra Puerto Villamil, una pequeña y encantadora aldea de menos de 2.000 habitantes en la que hay varios alojamientos de buen nivel que atraen a numerosos turistas que disfrutan aquí de una tranquilidad que cada vez es más difícil de encontrar en Puerto Ayora.

Más allá de las islas principales, hay otras más pequeñas que también forman parte de los rumbos de las embarcaciones que navegan los mares de las Galápagos. Uno de esos destinos es la isla de Seymour Norte, ubicada muy cerca de la isla de Baltra a la que llegan la mayoría de los vuelos procedentes del continente.

Formada a partir de una elevación de lava submarina, este islote está cubierto en su mayoría por una vegetación muy tupida y cuenta con un sendero de dos kilómetros de longitud que permite a los visitantes recorrer gran parte de su pequeña superficie.

En Seymour Norte es posible hallar varias colonias de lobos marinos, fragatas reales, gaviotas de cola bifurcada e iguanas terrestres de intensos tonos amarillentos que suelen verse junto a los cactus que crecen principalmente en la zona meridional de la isla. Además, generalmente tras completar la caminata por el sendero, los turistas pueden hacer snorkeling en las aguas que rodean las costas rocosas.

Sin dudas, las islas pequeñas como Seymour Norte permiten conocer las Galápagos en un estado de naturaleza casi virgen que hoy resulta difícil de hallar en las islas más grandes, en especial aquellas que están pobladas en forma permanente. Controladas celosamente por las autoridades de la Dirección del Parque Nacional Nacional Galápagos, este tipo de islas pequeñas, así como también los cientos de islotes del grupo insular, son reservas casi inmaculadas de biodiversidad a las que sólo accede un número de visitantes siempre limitado.

Las normas que permiten el ingreso del turismo a estos sitios son muy estrictas en cuanto a cupos e, incluso, hay varias áreas del archipiélago que están totalmente vedadas a los visitantes. Abierto al turismo internacional que lo considera una joya única de la naturaleza, las Galápagos son un paraíso al que es necesario preservar de alguna manera para que aquel mundo de tortugas gigantes y lagartos prehistóricos que maravillara a Charles Darwin, hace ya 200 doscientos años, siga como era.

Lo que hay que saber

Aéreo. LAN tiene dos vuelos diarios desde Buenos Aires a las Galápagos, con escala en Guayaquil, con las siguientes tarifas: económica, U 857, y premium, U 1.557. Informes y reservas en www.lan.com

Alojamiento. En Puerto Ayora, el lujoso hotel Solymar tiene habitaciones dobles con vista al mar desde U 245. Reservas en www.hotelsolymar.com.ec

En Puerto Villamil, el excelente hospedaje La Casa de Marita ofrece habitaciones en suite sobre la playa, con precios desde U 130 por persona. Reservas en www.galapagosisabela.com

Tours. Surtrek Tour Operator es el principal operador de turismo y viajes y ofrece todo tipo de paquetes, estadías y navegaciones de lujo en las islas, incluso viajes en cruceros desde U 1.346; en yates de primera clase, desde U 2.346 y navegaciones en barcos especiales, desde U 4.500. Informes en www.surtrek.org