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Galápagos, el destino más visitado

Una piscina natural, formada por piedras junto a una pequeña playa. Sin embargo, el principal atractivo es el contacto con la naturaleza y el ecoturismo.
Una piscina natural, formada por piedras junto a una pequeña playa. Sin embargo, el principal atractivo es el contacto con la naturaleza y el ecoturismo.

El archipiélago de las islas Galápagos, también llamado de Colón, es el destino que mayor cantidad de visitantes atrae en Ecuador. No es casualidad que sea así, ya que la belleza virgen de las islas, la flora y fauna y sus pintorescos poblados, conforman un combo irresistible.

No es casualidad que las islas Galápagos sean el destino más visitado de Ecuador. El archipiélago, también llamado de Colón, ha sido declarado Reserva de Biosfera por su fauna endémica terrestre y marina (alrededor de 2.900 especies marinas, que incluyen 16 tipos de ballenas y 12 de tiburones) y encanta al hombre desde que Charles Darwin puso las islas debidamente en el mapa mundial.

La llegada al árido aeropuerto de Baltra no prepara al visitante para el sinfín de bellezas que lo esperan durante su visita, pero es una señal de la estupenda variedad de vegetación y de escenarios que las islas presentan durante todo el año.

Para ingresar al archipiélago es necesario pagar una tasa de manutención (U 50 para sudamericanos y U 100 para turistas de otras nacionalidades), que garantiza que las islas sigan siendo protegidas y bien mantenidas.

El camino desde el aeropuerto hacia Santa Cruz, la isla principal, ya muestra la magia de Galápagos: tortugas gigantes, en el medio de la carretera; leones marinos, descansando plácidamente en los bancos y plazas de Puerto Ayora (la principal ciudad), y pelícanos intentando robar pescados en el mercado y en los barcos.

En las islas, por supuesto, hay playas, pero eso casi no interesa a los turistas; las principales actividades allí son de ecoturismo y máximo contacto con la naturaleza, de caminatas a buceo, en días que suelen empezar muy temprano y terminar cerca de la medianoche.

Un crucero es la forma que más garantiza poder disfrutar al máximo del archipiélago, ya que suelen visitarse distintas islas en un mismo itinerario. Los programas de distintas compañías son vendidos en general en tres, cuatro o siete noches, y las islas que se visitan varían según cada itinerario.

El yate La Pinta con capacidad para apenas 44 pasajeros, es una buena opción para los que quieren disfrutar de paseos y tours más exclusivos y atención personalizada, con un naturalista que acompaña a grupos de 12 personas.

Las cabinas son confortables y tienen grandes ventanas que permiten admirar el paisaje y la gastronomía a bordo es elaborada con productos locales muy frescos.

Por mar o por tierra

La ventaja del crucero es poder despertar cada día en una isla distinta y moverse entre ellas luego de disfrutar del almuerzo o la cena. Así, los tiempos en cada parada y los paseos son mucho más largos y placenteros y casi no se siente el movimiento del barco. Además, sólo en los cruceros se puede llegar con tranquilidad hacia las islas más alejadas, como Isabella y Fernandina.

Pero Puerto Ayora concentra la mayoría de los hoteles y hostales y hay desde opciones muy simples y económicas, hasta hoteles de súper lujo que operan con el sistema todo incluido. Lo ideal puede ser combinar en un mismo viaje algunas noches en crucero y otras en un hotel en tierra, para disfrutar al máximo de las islas pero también de las playas y la vida de los pueblos. Las islas son seguras y es muy fácil y tranquilo pasear y caminar por ellas.

En San Cristóbal, el Finch Bay Hotel (www.finchbayhotel.com) es buena opción de hospedaje, justo frente al muelle de Puerto Ayora. Son 30 habitaciones en el más antiguo hotel del archipiélago. De onda “verde”, tiene su propia estación de tratamiento de agua, utiliza paneles solares para energía y tiene su propio huerto de vegetales y frutas orgánicas.

Los paseos diarios para visitar islas, como Bartolomé, Plaza, San Cristóbal, o practicar buceo y snorkel en alta mar, se hacen en los dos barcos propios del hotel y todas las comidas están incluidas. Para snorkel es muy recomendable utilizar los trajes secos (wet suits) ya que el agua del Pacífico es siempre muy fría.

La magia de las islas

También es aconsejable quedarse en un hotel y explorar bien la ciudad de Puerto Ayora; visitar sus tienditas de artesanías, el mercado de pescados y mariscos, los puestos que venden langosta frita, y aprovechar un poco de la vida nocturna.

No es mal programa pasar un rato en la playa, descansando de las caminatas, o conocer el cañón Las Grietas, casi al lado del hotel, desde donde “clavadistas” locales se divierten los fines de semana y se puede practicar kayak y snorkel.

Tanto en barco como en tierra, la magia de las islas Galápagos tiene el poder de convertirnos en niños todo el tiempo, fascinados con la riqueza y exuberancia de su fauna y flora; sus animales de tamaños sorprendentes, y el contacto tan natural y primitivo con ellos.

Por supuesto, los animales no se pueden tocar, pero es muy común caminar entre leones marinos y cantidades impresionantes de pájaros e iguanas, en los senderos y pueblos de las islas, así como bucear y hacer snorkel entre rayas, tiburones blancos, tortugas marinas y hasta pingüinos que tienen una curiosidad casi tan ingenua y fascinante como la nuestra por ellos.

Lo que hay que saber

Cómo llegar. Con LAN, desde Córdoba, se puede llegar a Galápagos diariamente vía Lima o Santiago de Chile, con conexión en Quito o Guayaquil. Desde ambas ciudades hay dos frecuencias diarias a los aeropuertos de San Cristóbal o Valtra, en Galápagos. Tarifa; desde $ 8.000, precio final, ida y vuelta, con impuestos incluidos (www.lan.com). Crucero, La Pinta, cruceros de 3, 4 ó 7 noches por las islas del archipiélago. Precios, desde U 2.681. www.lapintagalapagoscruise.com.

Alojamiento. Hotel en Galápagos, Finch Bay, desde U 399 por noche, para dos personas. www.finchbayhotel.com.

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