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En territorio boliviano

Fascinante oferta de artesanías en la calle 6 de Agosto.
Fascinante oferta de artesanías en la calle 6 de Agosto.

Tres horas de viaje en ómnibus con partida en Puno deposita en Copacabana, la ciudad boliviana que se asoma al lago Titicaca.

Tres horas de viaje en ómnibus con partida en Puno deposita en Copacabana, la ciudad boliviana que se asoma al lago Titicaca.

Desde el paso fronterizo se recorren nueve kilómetros hasta encontrar la avenida 16 de Julio, que hace de terminal de ómnibus en la ciudad, que tiene 15 mil habitantes y está flanqueada por el monte Calvario al norte y la costanera que bordea al lago Titicaca hacia el oeste.

La calle 6 de Agosto es la de mayor movimiento y concentra alojamientos y restaurantes, comienza en la costa y termina después de la plaza principal rodeada por la Catedral. Allí se agrupan numerosos puestos de artesanías y comida al paso.

De manera perpendicular cruza la avenida 16 de Julio (que da acceso a la ciudad) y donde se encuentran las agencias que organizan tours por el lago e islas.

Copacabana fue fundada por el inca Tupac Yupanqui, quien hizo construir templos dedicados al sol, al relámpago y al trueno. En la actualidad, más allá de ser la principal puerta boliviana al Titicaca es un centro de peregrinación de los devotos de la Virgen de La Candelaria.

La catedral sobresale por su magnitud y estilo de influencias moriscas y se construyó entre los años 1601 y 1640.

En la actualidad cientos de personas llegan para hacer bendecir sus autos en un ritual denominado “challa”. Adquieren guirnaldas, ramos de flores y sidra que les arrojan a los rodados hasta que un sacerdote entre las 10 y las 14 hace un ceremonial.

También es habitual que adquieran objetos que se desean en miniatura y peticionarlos a la Virgen de la Candelaria que, según un devoto, “si se tiene fe en seis meses la Virgen cumple”.

Para Semana Santa se acostumbra peticionar por viviendas y para ello se venden casitas de juguete, en tanto numerosas ancianas se ofrecen a rezar mediante el pago de un puñado de pesos bolivianos. Esta costumbre es una constante diaria de fieles provenientes de todo el país, de Argentina y Perú.

Daysi es una joven colla que bajo un par de sombrillas atiende a numerosos comensales. Su oferta es café o mate de coca y un sándwich de huevo frito con queso por tres pesos bolivianos. Alrededor, otros cuentapropistas venden variopintos caldos al paso.

Mercado y circo

La calle 6 de Agosto es una mezcla de mercado y circo muy cosmopolita. Un paseo entretenido entre malabaristas, músicos y artesanías.

Puerto

Una treintena de pasajeros conforma el pasaje de la lancha y de pronto surgen charangos y tambores que llenan de música y mates el viaje de casi dos horas con rumbo a la isla del Sol.

Poblada por mil habitantes divididos en tres comunidades: Yumani, Challa y Challapampa, tiene una bahía de arena rodeada de laderas con terrazas de cultivo y casitas desperdigadas.

La isla, lugar mitológico para los pueblos precolombinos, hoy alberga a agricultores que aprovechan las terrazas dejadas por los incas con plantaciones de papas, maíz, quinua, habas y cebada entre otros. Esa es la base de su economía hasta que llega el verano y los turistas.

El arribo simultáneo de cuatro lanchas al pequeño puerto congregó a un grupo de niños que ofrecen habitaciones en alquiler. Sin embargo, la mayoría de los mochileros que integraban el pasaje optaron por acampar en la playa norte. En nuestro caso tomamos una habitación con vista a la playa. Cada chola se ubica frente a su casa con una pequeña mesa para proceder a la venta de sándwiches, cerveza natural y agua caliente.

Caminata 

Seguimos el antiguo sendero inca, de piedra en su mayor parte, que comienza en subida entre terrazas sembradas llenas de flores, corrales de ovejas y casas.

Pasamos por Piedra Sagrada, importante hito de la mitología inca y después de una marcha de media hora arribamos a la parte alta de la isla que proporciona panorámicas increíbles.

Poco más y se llega a una meseta donde se conserva la mesa ceremonial (enorme laja de piedra sobre cuatro pedestales), rodeada de unos cubos en círculo, más allá, el lago y en el horizonte, la cordillera nevada.

Lo más impactante son las ruinas del laberinto o Chinkana, con numerosas salas y pasillos semi subterráneos en una suerte de laberinto. Más distante, los silos para semillas y alimentos.

El viento frío nos obligó a volver. Algunos fogones brillaban y los tambores sonaban.

A la mañana siguiente, regresamos a Copacabana para continuar viaje en ómnibus hacia La Paz.

El Titicaca también puede ser visitado desde el lado peruano. La vía principal de acceso es la ciudad de Puno. Otros poblados están asentados en las orillas del espejo de agua y cuentan con la infraestructura portuaria necesaria para la navegación.

Lo que hay que saber

Excursiones. En lancha a Isla del Sol Partes a las 8 y a las 13. Costo: 20 pesos bolivianos (equivalentes a $ 45 argentinos). El viaje es de aproximadamente dos horas según el clima. También se hacen en lujosos catamaranes con menos adrenalina. El regreso es a las 8.30; 10 y 12.30.

Clima. Hay una gran amplitud térmica y las noches son frías.

Llevar. A la isla conviene llevar alimentos y agua para abaratar costos.

Alojamiento. En isla del Sol hay hostel, pensiones y casas de familias que alquilan cuartos desde 30 pesos bolivianos. Se puede acampar de manera gratuita en la playa de la comunidad de Challapampa en Puerto Norte. En Puerto Sur hay alojamiento pero menos oferta que en Puerto Norte.

Visita a ruinas. Se paga un bono de dos pesos bolivianos. Se puede desayunar y cenar en pequeños comedores familiares.

Caminatas. Desde Puerto Norte a Puerto Sur en un trekking de montaña (a 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar), de alrededor de tres horas.