buscar

En búsqueda del volcán

Último tramo de ascenso hacia la cima del Lanín, inolvidable experiencia para quienes se animan.
Último tramo de ascenso hacia la cima del Lanín, inolvidable experiencia para quienes se animan.

Ya es tendencia escalar o acercarse a los pies de los volcanes. Junín de los Andes recibe a cientos de turistas que desafían la cumbre del Lanín. 

La adrenalina se percibe, flota en el aire, recorre en silencio, las calles de una Junín de los Andes que no sabe de apuros, pero sí de atenciones, paisajes y calidez de buenos anfitriones. Un grupo de personas provenientes de todas partes del mundo, comparte un café y se prepara para el gran desafío de alcanzar la cima del volcán Lanín de 3.776 metros de altura sobre el nivel del mar.

“La tarde previa a la salida,  nos reunimos para chequear el equipamiento que cada uno tiene o entregarlo si no lo tienen, en las oficinas de Junín de los Andes. Nos fijamos que las cosas sirvan y estén en condiciones”, relata Andrés Holzmann, propietario de la agencia especializada en el coloso neuquino.

Conquistar la cumbre del volcán Lanín, puede encuadrarse como una expedición de montañismo de dificultad técnica baja o media, pero exigente desde el punto de vista físico. Es recomendable únicamente para gente con buen estado físico o entrenamiento específico para este tipo de actividades, no es necesario ningún conocimiento previo de montañismo.

Al día siguiente, por la mañana es la partida hacia Tromen, la base del Lanín, donde después de cumplir con el registro de cada excursionista, se entrega el equipo técnico y la comida.

A continuación comienza la caminata hasta el primer refugio que puede demorar entre cuatro y cinco horas.

El ritmo es lento y constante. Se descansan 15 minutos, después de cada hora de ascenso. Al arribar al refugio, en los domos que dispone la empresa, se reponen energías, se regulan grampones y se organizan entre ansiedades, los detalles para el próximo día.

Hacia la cumbre

El día que se fija para hacer  cumbre hay que levantarse entre las 2 y 3 de la mañana, de acuerdo a la época del año en que se realiza la excursión, al estado de la montaña y al clima.

Se desayuna, abriga y empieza el ascenso.

Esa jornada los tramos a caminar son mayores y con más inclinación, las primeras tres horas se sigue la huella aún de noche.

Aproximadamente, cuando el grupo se encuentra a los 3.000 metros de altura estará amaneciendo y se vivirá uno de los mejores amaneceres de la vida de cada uno, afirma Andrés, quien carga sobre su espalda, la increíble experiencia de haber conquistado el Lanín decenas de veces, con cientos de turistas.

Ya después de los 3.000 metros, con el sol que calienta las caras, el grupo se dirige hacia la segunda parte del ascenso.

Se encara con energía la “canaleta del silencio”, y luego de la “rimaya” se llega a la cumbre. Una experiencia fantástica, ya que después de todo el esfuerzo realizado se tiene una vista de 360º.

Desde la cúspide, se observan los lagos, Tromen, Quillen, Huechulafquen, Epulafquen y Paimun del lado argentino y los gigantes chilenos como el Villarrica, el Quetrupillan, el Osorno, el Llaima, el Mocho Choshuenco y el volcán Puyehue.

"El Lanín es una montaña y una experiencia que genera un antes y un después en la vida gente”, sentencia Holzmann, mientras recibe los equipos de los hombres y mujeres que por primera vez lograron llegar al cielo de la Patagonia.

Lo que hay que saber

Cuándo.  Este ascenso se puede realizar desde fines de septiembre a finales de abril. El verano es la época más templada y con menos nieve. En el ascenso, la empresa Alquimia Viajes, brinda los siguientes servicios: guía de montaña, todas las comidas, transporte, seguros, servicio de domos, grampones, piqueta, polainas, bastones y casco.  También se pueden alquilar botas, cubre pantalón, campera, guantes, mochila, bolsa de dormir y aislante.

Más información en los teléfonos (02972) 49-1355 y 154- 611568.

En Internet: www.alquimiaturismo.com.ar

Facebook: https://www.facebook.com/Alquimiaturismo