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El bulevar de los sueños rotos

THE STRIP, O LAS VEGAS BOULEVARD.
THE STRIP, O LAS VEGAS BOULEVARD.

Joaquín Sabina, en Por el bulevar de los sueños rotos, canta descarnadamente “... desconsolados van los devotos” y más adelante cuenta: “Se escapó de cárcel de amor, / de un delirio de alcohol, / de mil noches en vela...”

Cuántos sueños rotos habrán caminado por Las Vegas Boulevard, desde la puerta de un casino hacia un destino incierto de solo pelusas en los bolsillos.

Pero The Strip, como también se conoce al bulevar, es un escaparate de lujo, modernismo, exuberancia y una fauna humana difícil de encontrar en otros destinos.

Mucho de eso está en los hoteles que, a modo de collar de perlas, se encadenan sobre el bulevar. Los más grandes, como The Venetian y su vecino Palazzo, que suman 7.400 cuartos; el MGM Grand, con 5.690; el Luxor, de 4.400; el Mandalay Bay, con 4,340, en cuyos jardines hay una piscina con playa de arena, y el Excalibur, de 4.000 habitaciones. O el Aria Resort & Casino, proyecto del arquitecto tucumano César Pelli, con 4.004 habitaciones, inaugurado en 2009, y donde Cirque du Soleil presenta el espectáculo Viva Elvis.

Pero también está el Bellagio, con sus 3.933 cuartos y su enorme fuente donde cada media hora se puede disfrutar de un espectáculo de luces, sonidos y aguas danzantes; o el París, con un letrero de neón con la forma del globo Montgolfier, dos tercios del Arco del triunfo, una réplica de la Plaza de la Concordia y la torre Eiffel, y el New York New York, con réplicas de la estatua de la Libertad, del Empire State Building, del edificio Chrysler y del puente de Brooklyn.

Y en el extremo norte de la ciudad, en el Downtown, allí donde Las Vegas Boulevard cambia de sur a norte, está Fremont St. Y qué tiene de particular esta calle. Entre el bulevar Las Vegas y Main St, a lo largo de cuatro cuadras, es una peatonal techada.

Es la zona donde se instalaron los primeros hoteles de Las Vegas y abrieron los primeros casinos. Luego, la acción se movió hacia el sur, donde hoy están los principales y más grandes hoteles y casinos y la zona entró en una etapa de ostracismo. Pero, alrededor de 1990, la ciudad decidió revalorizar la Fremont St y se decidió peatonizarla y dotarla de un dosel, tipo bóveda, y un show de luces y colores impactante.

Baste mencionar que desde 2004, esa bóveda cuenta con 12,5 millones de luces LED y más colores que pantalla original y es manejada por una central de control que usa 10 computadoras. Casinos; hoteles; salas de juego; shows de strippers, y festivales de música públicos y gratuitos, son algunas de sus atracciones.

Si alquila un auto, que sea con GPS. Si viaja a una ciudad que conoce, pero no a fondo, y tiene previsto manejar un automóvil, hágalo provisto de un GPS. De lo contrario, le puede pasar lo mismo que a dos amigos, Oscar y José, que viajaron a Las Vegas y rentaron un auto en Alamo. Cuando lo fueron a retirar, en el aeropuerto, preguntaron si tenía GPS y les dijeron que no, que esa herramienta tecnológica se cobraba aparte, a un costo de 70 dólares por los siete días que iban a tener el auto. Se miraron, hicieron cálculos y convinieron en que no lo necesitarían.

Oscar dijo: “Mirá, Las Vegas es fácil, todo pasa por The Strip (el bulevar Las Vegas) y dos o tres cuadras a derecha e izquierda”.

Y allá fueron. Retiraron una nave impresionante, con caja automática, un baúl como un departamento y aire acondicionado “a full”. El primer problema lo tuvieron al intentar salir de la enorme playa donde se retiran los autos: se perdieron dentro del estacionamiento.

Recibidas las indicaciones pertinentes por parte de un empleado del lugar, encontraron Las Vegas Boulevard, o sea, The Strip, ruta obligada para llegar al hotel asignado. El viaje fue corto, pues el aeropuerto internacional McCarran está muy cerca de esa zona hotelera.

La segunda discusión fue si estacionaban siguiendo las indicaciones de “self parking” (hacerlo uno mismo) o dejar el auto en manos del “valet parking”, a cuyo empleado hay que darle un tip (propina) cada vez que trae el auto hasta la puerta del hotel. Contra la opinión de Oscar, por suerte, se optó por esta alternativa.

Los días subsiguientes fueron fatales. Oscar conducía el auto, mientras José, Juan Armano, Santiago Calle y Carlos Miranda, los acompañantes, discutían o adivinaban si había que doblar a la derecha, izquierda o seguir. Invariablemente, se perdían.

Buscar un outlet para conseguir ropa a buen precio, se convirtió en una aventura; encontrar un BestBuy para comprar electrónica, un enigma; llegar hasta el Centro de Convenciones de Las Vegas, un albur, y visitar un local de artículos para el hogar, en busca de un espejo para baño, un desafío.

Conclusión: para no sufrir como Oscar, a quien sus compañeros de viaje le endilgaban toda la responsabilidad, no hay que ser amarrete. Si alquila un auto, a razón de U 235 por una semana, no ahorre U 70: que esté equipado con un GPS.

Récord para el Pow Wow 2013. Del 8 al 12 de junio pasado se realizó en Las Vegas la 45ª edición del International Pow Wow, la mayor feria de turismo de los EE UU. Fueron tres intensas jornadas de encuentros de negocios y actividades sociales, con un récord de 6.300 delegados de 74 naciones y alrededor de 600 periodistas de todo el mundo.

Como todos los años, hubo anuncios referidos al programa de “visa waiver” con una buena noticia para Chile, que será incluida próximamente, y no tan buena para Argentina, que una vez más quedó al margen del programa. Además, el ente público - privado Brand USA anunció millonarias campañas de publicidad en el exterior.

El resultado del encuentro se calculó en más de U 3,5 mil millones en negocios a futuro y en una gran plataforma promocional para la ciudad sede, Las Vegas.