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Córdoba: postales urbanas de verano

Catedral y Cabildo, desde la plaza San Martín.
Catedral y Cabildo, desde la plaza San Martín.

A lo largo de este mes, la Dirección Municipal de Turismo recibirá a aquellos visitantes que lleguen en búsqueda de historias que bucean en el pasado profundo y que, a través de relatos, recrean a distintos personajes que cobran vida en distintas visitas gratuitas.

Que Córdoba es una ciudad turística, ya todos los saben. Pero que el ritmo urbano late de manera especial en verano, pocos lo cuentan. Gracias a su excelente conectividad con las Sierras, la ciudad se mantiene despierta con los cordobeses que se quedaron y los visitantes que arriben desde los centros turísticos cercanos, para pasar la noche y disfrutar de la cultura.

La Ciudad No se toma vacaciones
La Ciudad No se toma vacaciones

Todos los que arriban a la ciudad en verano, tienen la oportunidad de llevarse las postales de las calles más representativas como el paseo La Cañada, que serpentea de lado a lado el casco antiguo, el Centro Histórico, el balcón del Obispo Mercadillo y el clásico campanario de la iglesia Catedral.

La obra de sistematización del arroyo La Cañada tiene más de 70 años y es considerada la Segunda Maravilla de Córdoba y quizás, sea la imagen más representativa de la ciudad, después de la iglesia Catedral.

Catedral y Cabildo, desde la plaza San Martín.
Catedral y Cabildo, desde la plaza San Martín.

Esta muralla de piedra encauza un hilo de agua que en días de lluvia se transforma en un río bravo y que fue causa de devastadoras crecientes durante los siglos XVI y XVII. La construcción del calicanto, durante la gobernación de Ángel de Peredo, fue un paliativo que consiguió cierta tranquilidad para los habitantes pero no logró frenar la furia del agua. Recién en 1944, con la obra definitiva, el arroyo fue “domesticado” y La Cañada pasó a ser sinónimo de plácidas tardes a la sombra de sus tipas.

Centro histórico

El Centro Histórico conserva la traza del casco antiguo de la ciudad, la denominada “primera cuadrícula” urbana diseñada por el fundador, Jerónimo Luis de Cabrera.

La Córdoba de la Nueva Andalucía, era apenas un cuadrado de 10 cuadras de largo por siete de ancho que, desde la Plaza Mayor, irradiaba hacia sus lados los edificios más importantes, como la iglesia Catedral y el Cabildo de la ciudad.

El Cabildo, antigua sede del gobierno, fue alternativamente cárcel, central de policía y sede de la Municipalidad. Hoy alberga el Museo de la Ciudad y en sus patios se puede respirar la paz de la época colonial, gracias a los gruesos muros que lo protegen de los ruidos del tránsito.

Fachada de la que fue la casa del obispo Mercadillo.
Fachada de la que fue la casa del obispo Mercadillo.

La Catedral, joya arquitectónica, tardó 200 años en construirse y reunió a lo largo de su historia la aplicación de arquitectos, artesanos y artistas que dejaron su huella. Destacan los hermosos campanarios, especialmente el Norte, cuyo acceso está permitido este mes. En él descansan cuatro de las ocho campanas de la iglesia Mayor, una de ellas con la inscripción en latín que la consagra a Nuestra Señora de Nieva, para proteger a la ciudad de las inclemencias del tiempo. Las campanas se escuchan en la actualidad antes del Ángelus, una vez cada hora durante todo el día y previo a cada oficio religioso.

Al frente de la Plaza San Martín, aún se conserva el portal de ingreso a la casa del Obispo Mercadillo. El edificio, que ya no existe, fue primero una casa colonial de barro y paja. El paso de los años y sus importantes propietarios históricos mejoraron la estructura originaria y culmina con la fachada de estilo barroco americano adornada por pilastras y una gran puerta con tachones.

La Cañada, paseo emblemático de Córdoba.
La Cañada, paseo emblemático de Córdoba.

Imposible no reparar en el precioso balcón de hierro forjado tipo panzón, con motivos florales, que permite al visitante asomarse a la plaza, tal como hicieran sus antiguos moradores en el pasado.