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Conciliar el sueño en el avión

Dormir suele ser una tarea difícil para muchos viajeros.
Dormir suele ser una tarea difícil para muchos viajeros.

Un buen descanso ayuda a combatir el jet lag. En tanto, no dormir bien puede impactar negativamente en el humor y en el funcionamiento corporal.

Para muchos, resulta una tarea difícil. Asientos que se reclinan poco, turbulencias, falta de privacidad y espacio personal, aire seco, vecinos movedizos, parlantes, pantallas que brillan y la ansiedad de llegar a destino. Dormir en un avión suele encontrarse con todos estos obstáculos que atentan contra el buen descanso.Y cualquier pasajero lo sabe: viajar en Clase Turista no se asemeja en nada a la habitación de casa o de un hotel.

Si bien es cierto que apenas uno aborda y se acomoda en el avión suele ser invadido por un efecto sedante, la tarea compleja consiste en sostener ese estado somnífero frente a los contratiempos.

A continuación, enumeramos algunas recomendaciones a tener en cuenta para dormir de forma natural y sin necesidad de tomar medicamentos.

En lo posible, elegir bien el asiento

El mejor asiento es el que se ajusta a las necesidades. En general, se recomiendan los del medio, ni adelante ni atrás, porque están lejos de los ruidos de la cocina y de los baños. Ir pegado a la ventanilla permite recostarse contra el costado y no ser molestado por los carritos del servicio o los vecinos que quieren levantarse. Además, es posible controlar la luz que entra por la ventana.

Por otro lado, si lo que se quiere es más espacio, los asientos de la salida de emergencia son una buena opción, aunque no suelen ser reclinables. Otra alternativa son los que están detrás de las mamparas del inicio y los situados con salida a los pasillos. Siempre se puede consultar el portal www.seatguru.com para ver cuál es el mejor lugar.

Un inmejorable golpe de suerte es que la fila de asientos no esté completa.

Enemigos íntimos

Existen dos grandes barreras para dormir que dependen del viajero: el estrés y la ansiedad. Es que estar “encerrado” a miles de metros de altura con cientos de personas no se presenta como una situación soñada. Además del miedo a volar, hay otra razón que mantiene a muchos viajeros despiertos: la presión por conciliar el sueño. Según los expertos, lo mejor es “tratar de no pensar en dormir”, sino intentar crear una sensación de privacidad y espacio que ayude a paliar el estrés por quedarse dormido.

Con respecto a la ansiedad, una estrategia para mitigarla implica “volar” mentalmente a otro lugar, saliendo de la sensación claustrofóbica que puede generar un avión. Para eso, puede ser de gran ayuda una máscara para los ojos y auriculares que bloqueen los ruidos y aporten alguna melodía relajante.

Beber poco alcohol

Disfrutar de alguna bebida con alcohol durante el vuelo no es la mejor opción. Si bien proporciona cierta desinhibición y algo de sueño, la deshidratación hace que uno se despierte más rápido. Una copita sí, varias no, a no ser que se esté dispuesto a aterrizar con dolor de cabeza.

Ropa cómoda, esencial

Advertencia para los más coquetos: centrarse en la comodidad. Mucho mejor es ponerse ropa amplia o elastizada que permita moverse con soltura. Hay que evitar los accesorios grandes y molestos.

Un tema aparte es el calzado. Lo ideal es que sea fácil de poner y de sacar, ya que durante el vuelo los pies se hinchan por la falta de movimiento y por permanecer con las rodillas flexionadas. Esto provoca que la sangre no circule correctamente hacia el corazón y se acumule en los pies.

En tanto, ir descalzo mejora la circulación, pero hay que acordarse de llevar medias para mantener los pies calientes y, por supuesto, evitar disgustos con otros pasajeros.

Evitar pasar frío

Arriba suele hacer frío. Entonces, apenas uno se embarca debe pedir una manta y una almohada. Cuidado, porque, generalmente, no hay suficientes para todos los pasajeros. Mantenerse calentito ayuda a conciliar el sueño. Es aconsejable llevar algún jersey o pañuelo para, en caso de no conseguir abrigo, poder taparse.

Tomar algo caliente

Las bebidas calientes que no llevan mucha cafeína o teína son buenas compañías. En ese sentido, las infusiones de manzanilla o el té de tilo contienen un aminoácido llamado glicina que actúa como sedante sobre el sistema nervioso. Estas bebidas también resultan una buena opción para hidratarse y llenar el estómago sin provocar indigestión.

Evitar las pantallas brillantes

En tiempos donde estamos cada vez más conectados a los aparatos tecnológicos, la tablet, el celular y la pantalla del avión son muy tentadores como métodos de entretenimiento. Sin embargo, la luz brillante que emiten estos dispositivos permanece luego de ser apagados, haciendo más difícil poner en off al cerebro. Por lo tanto, se recomienda atenuar la luz de la pantalla.

Un kit básico

Evitar los ruidos en los aviones es casi imposible. La tarea se vuelve menos tediosa si se tiene a mano un kit básico que incluya tapones para los oídos, un antifaz para los ojos y una almohada de cuello.

Los tapones crean un entorno más tranquilo y silencioso. A su vez, contribuyen a controlar el cambio de presión en aterrizajes y despegues. El antifaz permite despejar luces molestas. Y la tercera opción ayuda a encontrar una mejor posición.

Horario de vuelo

Una alternativa para los viajeros que tienen serias dificultades para conciliar el sueño es comprar pasajes que permitan llegar a destino por la tarde-noche. Esto ayuda a no tener que descansar forzosamente durante el viaje. Además, en lugares donde el horario es completamente diferente al propio, esta idea es muy recomendada para combatir lo máximo posible el jet lag.