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Colonia: ayer es hoy

El Real de San Carlos es también como se conoce a la zona donde la plaza de toros está situada y que resultaba un punto estratégico a la hora de brindar apoyo militar, por la profundidad que el río tenía en ese sector.

El Real de San Carlos es también como se conoce a la zona donde la plaza de toros está situada y que resultaba un punto estratégico a la hora de brindar apoyo militar, por la profundidad que el río tenía en ese sector.

Por esta razón se edificó allí un hospital, para atender a los soldados, y también la Capilla de San Carlos que luego pasó a llamarse “Capilla de San Benito” en honor a San Benito de Palermo, más conocido como el Santo Negro, hijo de padres moros pero que profesaban la religión católica, que según señalan las creencias era afecto a las precipitaciones.

A fines del siglo 19, el empresario naviero Nicolás Mihanovich se propuso crear lo que, de haberse concretado en su totalidad, habría sido el mayor complejo turístico de la época: el Hotel Casino; un muelle, para que los barcos pudieran atracar directamente en el complejo; la Plaza de Toros; la cancha de pelota vasca; el hipódromo; una usina propia, y un desvío de la línea Central del Ferrocarril del Uruguay con un ramal que llegara al corazón del Real de San Carlos.

Lamentablemente no se completó el desarrollo del proyecto y escasos años después de haberse inaugurado la Plaza de Toros fue prohibida la matanza de animales con fines lúdicos, con lo cual la zona cayó en el olvido por mucho tiempo.

En la actualidad se puede apreciar desde afuera su arquitectura mudéjar, pero lamentablemente aún no se han estimulado proyectos que permitan un mayor aprovechamiento de tan fastuosa construcción. El mismo destino sufrieron el muelle y la usina eléctrica. El Frontón Euskaro, en cambio, fue restaurado en 1974 cuando el país fue sede del Campeonato Mundial de Pelota Vasca.

Para contrarrestar el olvido y restituir el protagonismo que alguna vez tuvo el Real de San Carlos a la par que su ferrocarril, nació en 2004 el proyecto “Recrear la historia”. La ideóloga e inversora del mismo adquirió tres vagones en los remates que la Asociación del Ferrocarril del Estado realizaba.

En este inusual espacio hoy tiene sede el Museo del Ferrocarril Recrear la Historia. Consta de varios vagones que funcionaron como dormitorio de primera clase y comedor y dos salones recreados como sala de jefe de estación y galpón de remesa. Hoy se puede visitar el coche comedor, el coche habitación y la sala de jefe de estación, todo equipado con el mobiliario original, con revistas, libros y vestimenta de época.

Se ofrecen tragos y snacks, picadas, té, tortas y masas y, los fines de semana y previa reserva, servicio de cena. El encuentro con la historia se acompaña con un paseo al paladar de la mano del agradable chef Julio Palacios.

En un mismo estímulo de revalorización del pasado y encuentro con los pequeños placeres, está el proyecto de Cecilia Jarufe. Nacida en Riachuelo, Chile, la vida la llevó a instalarse en Uruguay hace 27 años.

Durante mucho tiempo desarrolló otro emprendimiento situado en el Barrio Histórico y relacionado con la reutilización de materiales. El impacto que tuvo su iniciativa la llevó a buscar nuevos horizontes. Así, y en compañía de su cálida familia, formó “Antik, objetos con alma”. Ubicada en la ruta 1 a la altura del kilómetro 165, se trata de una tienda de muebles y antigüedades en donde funciona también una casa de té.

La particularidad del lugar es que el mismo mobiliario y vajilla que se utiliza es el que luego, si es de nuestro agrado, se puede adquirir. Frío y lluvia no es la mejor combinación para conocer la fantástica vivienda de Cecilia, que amablemente abre sus puertas para mostrar lo que parece ser un vergel construido por una muy rica imaginación.

De mirada franca y transparente confiesa: “Del bajón hay que volcarse a la creatividad”. Su calidez y atención hacen desaparecer cualquier recuerdo climático adverso. Una vez que sus delicias ya forman parte nuestra, Cecilia cuenta que el negocio familiar comenzó de la mano de un amigo restaurador de muebles y luego en conjunto ampliaron el rubro a la cerámica y objetos de India.

Antik puede visitarse en invierno únicamente los fines de semana y en verano todos los días hasta el anochecer.