:format(webp)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/grupoclarin/DHDQ5II3YFHVNF4UO7FXCJUQIU.jpg)
El paisaje que rodea a Esquel está ahora cubierto de nieve y propone la práctica de deportes blancos, además de actividades culturales y de esparcimiento a través de circuitos regionales. El próximo martes se celebran 150 años de la llegada de los galeses.
La nieve como compañera de ruta entrega un marco paisajístico único en la cordillera chubutense. Esquel y alrededores proponen actividades para gozar del espíritu blanco. Cascadas, lagunas congeladas, cabalgatas en la nieve, y el té galés, hacen una propuesta completa y muy interesante hasta el inicio de la primavera.
La Trochita y La Hoya son dos clásicos de la provincia del Chubut, sellos distintivos que reconocen en el territorio nacional e internacional a Esquel, como destino turístico en la cordillera patagónica, pero las actividades invernales ofrecen la posibilidad de redescubrir el destino más allá del Viejo Expreso Patagónico o del esquí y el snowboard.
Esquel, perla cordillerana del Chubut, cuenta con escenarios naturales privilegiados, raíces culturales profundas y una ubicación estratégica que permite recorrer desde esas coordenadas diferentes circuitos regionales.
Marco natural
Esquel al estar asentada en un valle de origen glacial, se encuentra rodeada de laderas con alturas entre 200 y 500 metros con respecto a la ciudad, a las que se pueden acceder con facilidad y disfrutar así de las panorámicas que ofrecen a través de seis propuestas de senderos periurbanos, que constituyen cada una experiencias memorables.
Se suma a estos atractivos, la Reserva Natural Urbana La Zeta a cuatro kilómetros de Esquel. Es una de las pocas en su tipo en Argentina y constituye uno de los paseos más bellos del city tour. Nuestro patio, nombre con el que identifican los esquelenses a la hermosa reserva. A ella se puede llegar en automóvil, en bicicleta o a través de caminatas, según las preferencias y la experiencia devuelve un paisaje increíble acompañado del avistaje de la flora y fauna del lugar.
La Hoya
Más allá del flujo de deportistas que atrae el cerro La Hoya en esta temporada invernal, para quienes no practican las disciplinas deportivas de nieve, se propone un paseo de 12 kilómetros hasta el cerro.
El recorrido sinuoso es alentado por las asombrosas vistas y en la Curva de los Guanacos sorprende y conmueve a los visitantes con grupos de camélidos que custodian el lugar.
A caballo por la nieve
Sin necesidad de contar con experiencia, el trepar al cerro Nahuel Pan, cubierto de un manto blanco, es para los principiantes una de las experiencias más sorprendentes de la Patagonia andina, y para los más experimentados, representa una aventura cargada de diferentes sensaciones.
Los guías encuentran para cada ocasión, los senderos apropiados para que el paseo deje una huella imborrable en los turistas que disfrutan de la narración de anécdotas e historias de la importancia de la vida rural en esas latitudes.
Como si todo esto fuera poco, apenas a 15 kilómetros de Esquel es posible realizar turismo rural en la comunidad Alto Río Percy, habitada por no más de 25 familias.
En el lugar se realizan actividades de aventura y ecoturismo como trekking. Al mismo tiempo se puede aprovechar para adquirir exquisitos productos regionales como dulces, vinagres saborizados, licores, quesos y chacinados.
Se destaca la elaboración del jamón de capón, único en Argentina y que de a poco se está haciendo conocer como un sabor diferente que identifica a la región.
Esquel es un imperdible, por su diversidad turística un destino ideal para las familias, parejas y amantes de la naturaleza. Su aire puro y su paisaje natural, son una excelente opción para esta temporada de invierno.
