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Vino y olivos, las vedettes de la Ruta Gourmet

Los viñedos de la bodega Altos de la Ballena donde sus dueños, Paula Pivel y Álvaro Lorenzo, cultivan Merlot, desafiando a la cepa uruguaya por excelencia, el Tannat (Fotografías gentileza Mario Cherrutti)
Los viñedos de la bodega Altos de la Ballena donde sus dueños, Paula Pivel y Álvaro Lorenzo, cultivan Merlot, desafiando a la cepa uruguaya por excelencia, el Tannat (Fotografías gentileza Mario Cherrutti)

Tomando la ruta 12 hacia Minas, con la laguna del Sauce a la izquierda, el terreno comienza a ondularse y aparecen las primeras chacras, los cultivos, las vacas. 

Tomando la ruta 12 hacia Minas, con la laguna del Sauce a la izquierda, el terreno comienza a ondularse y aparecen las primeras chacras, los cultivos, las vacas. En el kilómetro 16, está la bodega Altos de la Ballena, donde los dueños, Paula Pivel y Álvaro Lorenzo, cuentan su historia de cómo cambiaron sus oficinas en Montevideo por estas 20 hectáreas hace ya 16 años.

Si bien las regiones vitivinícolas tradicionales de Uruguay son Canelones y Montevideo, analizaron el terruño y se jugaron por plantar Merlot. Desafiaban así no sólo la región, sino la cepa, el Tannat, de la que los uruguayos son verdaderos fanáticos.

Entrada a Pueblo Edén, tranquilo caserío. El cartel lo advierte (Fotografías gentileza Mario Cherrutti)
Entrada a Pueblo Edén, tranquilo caserío. El cartel lo advierte (Fotografías gentileza Mario Cherrutti)

Le encargaron al estudio de arquitectura estrella mendocino Bórmida y Yansón la construcción de la bodega, la que aún falta completar. Lorenzo en persona guía la caminata entre las vides y su mujer dirige después la degustación, en un mirador desde donde se ven los viñedos en la colina y el último tramo de la laguna del Sauce.

A veces la francesa Isabel Bardouillet aporta unos sabrosos quesos de cabra orgánicos, respetando recetas francesas como el crotin y chavignol.

La próxima parada será Pueblo Edén, un caserío nacido recientemente que ya desde la entrada advierte “este es un pueblo tranquilo, andá despacio, no vueles”. La plaza central frente a una iglesia tan blanca que encandila, aún es de pasto. El único restaurante es La posta de Vaimaca, que se especializa en carnes, sobre todo de cordero.

Finca Babieca, donde se produce un excelente aceite de oliva. (Fotografías gentileza Mario Cherrutti)
Finca Babieca, donde se produce un excelente aceite de oliva. (Fotografías gentileza Mario Cherrutti)

Del otro lado de la ruta, un camino de ripio es el comienzo de la “ruta del olivo”. Además de olivares, se puede ver el Parque Eólico Sierra de los Caracoles, blancas y etéreas siluetas que hacen trabajar al viento y que han puesto al Uruguay en el primer puesto de los países con mayor porcentaje de energía eólica.

Una familia vasca compró 100 hectáreas de esta tierra pedregosa y en pendiente y comenzó a plantar olivos en 2006. La nombró Finca Babieca, en honor al caballo del Cid Campeador, apostando a que ganarían la batalla. Y nos les fue nada mal.

Una década más tarde, producen con éxito aceites de oliva de excelente calidad, ya sea de una sola variedad de aceituna o de más de una. Isabel Mazzucchelli, uruguaya, ingeniera química a cargo de recibir a las visitas, explica junto a la tolva que la calidad del aceite depende del tiempo que pasa entre que se cosecha y se prensa.

Nunca debe superar las 24 horas, pero ellos lo hacen dentro de las ocho horas. También elaboran aceites saborizados con jengibre, naranja, laurel, romero o ajo, echando estos ingredientes junto con las aceitunas en la prensa.

Iglesia de Pueblo Edén, con su blancura que contrasta con el verde. (Fotografías gentileza Mario Cherrutti)
Iglesia de Pueblo Edén, con su blancura que contrasta con el verde. (Fotografías gentileza Mario Cherrutti)

Después de ver todo el proceso, la ingeniera enseña a degustar el aceite, primero a calentarlo con las manos, percibir los aromas y las distintas notas con la lengua o la garganta. Imposible no llevarse un par de botellas.

Un bulevar gourmet

En 2013 nació la idea de organizar el “bulevar gourmet” en la avenida Pedragosa Sierra, desde Roosevelt hasta Laureano Alonso Pérez. Se pintaron todas las columnas de rosa y se colocaron banderines.

De ambas veredas, entre jardines y pinos, se suceden casi 20 propuestas para todos los paladares y presupuestos.

Se pueden encontrar desde el popular Chivipizza, cadena uruguaya que sirve chivitos (como nuestros lomitos) y pizzas, al sofisticado La Bourgogne del francés Jean Paul Bondoux.

Además, Boca Chica convoca los fanas de la parrilla; L\'Incanto y Floreal, a los amantes de las pastas, y Félix Café aporta el toque dulce con tortas y pastelería.

Se suma a la propuesta el hotel boutique Awa, con un restaurante de cocina de autor junto a la piscina.

Organizan ferias en una plazoleta en La Paloma y Pedragosa Sierra donde, por una suma fija, se pueden probar platos de todos los restaurantes.

La última edición fue el 22 de enero y habrá otra para fines de febrero o principios de marzo, con fecha a confirmar.

Más información: Awa Hotel, Pedragosa Sierra y Ciro Chico. Teléfono (+598) 4249-9999