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Historias de fe en barrio General Paz

Capilla del  Sagrado Corazón, de 1875. Hay visitas guiadas  por el templo y distintas salas.
Capilla del Sagrado Corazón, de 1875. Hay visitas guiadas por el templo y distintas salas.

La orden religiosa se instaló en 1882 con el fin de proteger a las mujeres más desvalidas de esos tiempos y abrazó la educación como meta. Asistió al cura Brochero en sus tareas de atender la Casa de Ejercicios Espirituales y de impartir conocimientos en Traslasierra.

Desde hace varios años, el barrio General Paz de la ciudad de Córdoba viene mudando su tradicional fisonomía de grandes y tranquilas viviendas a altos edificios de departamentos. La tendencia instauró una puja entre el progreso avasallante y la preservación del paisaje urbano tradicional. Sin embargo, hay un punto donde se conjuga el desarrollo de nuevos emprendimientos con el respeto al patrimonio histórico a través de un cuidadoso equilibrio.

Esto se observa desde fecha reciente en la manzana de las Esclavas del Corazón de Jesús, orden religiosa nacida en Córdoba en 1872 y que se encuentra sobre calle David Luque 560.

Su fundadora fue la religiosa Catalina de María, declarada Venerable por Juan Pablo II el 17 de diciembre de 1997.

La casa madre de la orden se encuentra en una hectárea de terreno donada por don Augusto López, fundador del “Pueblo”, hoy barrio General Paz. Allí se instaló la orden en marzo de 1875 cuando el edificio ya tenía el terreno cercado por un muro de ladrillos, tres patios, portería, salas, celdas de las religiosas, comedor, despensa, y capilla.

En esas coordenadas también se fundó en 1882, el asilo San José para alojar niñas y mujeres desde los 12 años en adelante y que actualmente agrupa al convento, la capilla y el Colegio de María, que imparte educación de niveles preescolar, primario y secundario.

Cerca de la casa madre, donde está la clínica Reina Fabiola, abrieron una casa de Retiros Espirituales.

Las monjas, que antes fueran damas de la sociedad cordobesa, se encargaban de atenderla con gran dedicación en los trabajos más humildes. En la actualidad la clínica Reina Fabiola recuerda ese pasado con el aire tan conventual de su fachada.

Protectoras de mujeres pobres, en 1882 abrieron en las cercanías el Taller de la Sagrada Familia, donde enseñaban diversos oficios.

Hacia Traslasierra

Desde la casa madre, partieron las hermanas que viajaron al valle de Traslasierra por pedido del cura Brochero, para abrir en aquellas soledades una escuela de niñas y atender la Casa de Ejercicios Espirituales que él fundara.

Varias de las religiosas tuvieron que aprender a cabalgar en prácticas efectuadas en la gran quinta del convento. Hasta que a lomo de mulas, las más mansas que Brochero consiguió, un día pudieron iniciar el cruce de las Sierras Grandes.

Fueron tres jornadas de frío y cansancio, que en algunos lugares escarpados las obligó a caminar y llevar las cabalgaduras de las riendas.

No fueron pocas las ocasiones en las que Brochero debió animarlas con un aguardiente que, previsor, llevó durante el viaje. Hasta que lograron arribar a Villa del Tránsito (antiguo nombre de Villa Cura Brochero) donde realizaron desde entonces una misión educativa y religiosa.

El paseo

El 6 de mayo pasado se inauguró el nuevo emprendimiento comercial, cultural, y recreativo Paseo General Paz, de 1.160 metros cuadrados, tres ingresos (uno por calle David Luque y dos por Sarmiento).

Ocupa uno de los costados de la manzana histórica, sobre la avenida Sarmiento al 1100 y parte de las calles laterales, Pringles y David Luque, sobre el sector del convento donde estuvo el asilo San José.

En su interior, tres patios llamados De la Fuente, De la Recova y Patio Seco van uniendo en su recorrido a 12 locales comerciales.

El edificio muestra viejos techos con vigas de madera. Paredes y pisos fueron recuperados con respeto al estilo original y casi todos los comercios tienen acceso desde el interior del Paseo, lo que le otorga un carácter intimista.

Y si algún observador encontrara ciertas similitudes con el museo Caraffa y el Paseo del Buen Pastor, esto se debe a que la empresa constructora fue Henisa, la misma que realizó la restauración y la concreción del proyecto.

Museo Catalina de María 

En el interior del paseo se puede visitar el museo Catalina de María. Consta de dos salas y un auditorio y el objetivo es mostrar la vida y lucha de la fundadora a través de imágenes, cartillas informativas, videos, y acceso virtual a otras dependencias.

Asimismo, el museo es testimonio de la vida social e histórica de la Córdoba del siglo 19; la historia de mujeres en un mundo gobernado por hombres y la ciudad de Córdoba y el barrio General Paz en esos tiempos. También destaca a personas e instituciones relacionadas con la orden como la Compañía de Jesús y los cofundadores, el sacerdote jesuita José María Bustamante y el presbítero David Luque.

Aparecen en el museo personajes muy ligados a la congregación tales como Brochero, monseñor Pablo Cabrera, quien fue capellán de la casa madre entre 1884 y 1896 y el pintor Genaro Pérez, maestro de artes de las primeras alumnas y autor de fiel retrato de la madre Catalina.

La capilla

Hay visitas guiadas que recorren las salas y la pequeña capilla de 1875, primer templo en el país dedicado al Sagrado Corazón.

El templo tiene una construcción en bóveda con tres altares, coro alto y coro bajo. Visitarla es un privilegio porque en la actualidad sólo se abre para celebraciones especiales.

Un vitral, originario de Austria, muy delicado, de suaves colores rosa y celeste, está encaramado en el coro alto central, donde fue colocado en 1922 en ocasión de celebrarse el 50 aniversario de la fundación del instituto.

Los coros volados de las alas laterales de madera se construyeron en 1898.

El interior del templo guarda los restos de la madre Catalina, que antes se encontraban en una tumba cercana al altar y en 1972, al cumplirse el centenario de la fundación, fueron exhumados y trasladados a una urna. Al pie del altar mayor, una lápida señala el lugar donde descansan los restos del presbítero David Luque.

Desde el 12 de junio de 2015 una pequeña estatua de Brochero se exhibe junto a una reliquia que le perteneciera al religioso, mientras otra de Santa Margarita María de Alacoque, religiosa francesa del siglo XVII depositaria de las visiones del Corazón de Jesús, se encuentra a un costado del altar mayor.

A partir de ella, que tuvo como director espiritual a un jesuita, Claudio de La Colombiere, se propagó por el mundo el culto al Corazón de Jesús.

Ese es el origen del nombre del instituto Esclavas del Corazón de Jesús, decisión que tomó el religioso José María Bustamante.

Completa la ornamentación, una obra de Genaro Pérez sobre una pared lateral que muestra a un Cristo pintado sobre latón.

Ligeros detalles y placas de bronce señalan el cariño de la gente a la institución y sus principales impulsores.