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Con la brisa marina en la cara

Playa Forte, de complicado acceso pero vale el esfuerzo visitarla. Arenas blancas y aguas cristalinas al pie de los morros.
Playa Forte, de complicado acceso pero vale el esfuerzo visitarla. Arenas blancas y aguas cristalinas al pie de los morros.

Como en todo lugar a visitar, en Florianópolis es  aconsejable contar con un mapa de la zona, que se puede solicitar en la Oficina de Turismo ubicada al lado del Mercado.

Como en todo lugar a visitar, en Florianópolis es  aconsejable contar con un mapa de la zona, que se puede solicitar en la Oficina de Turismo ubicada al lado del Mercado. De esta manera se facilita la planificación de la visita a cualquiera de las playas que nutren los 58 kilómetros de largo por 18 kilómetros de ancho que la isla.

Si se opta por avanzar hacia el sudeste se toma la ruta BR 406, y se arriba a Barra da Lagoa, quizás una de las más concurridas por sus cálidas aguas y extensa playa.

En esa zona urbana hay numerosos bares y restaurantes junto a sitios de estacionamiento de automóviles que por 20 reales pueden estar todo el día. Una interesante propuesta es acomodarse en uno de los restaurantes que ocupan la playa y poder utilizar durante toda la jornada, mesa, sillas y sombrillas, con la única condición de consumir comidas y bebidas de ese establecimiento.

Otra opción es alquilar por separado todos esos elementos, que cuestan 10 reales cada uno.

Al avanzar por la ruta se abordan distintas playas como Galheta, ideal para el naturismo; Mole y Joaquina, con aguas tranquilas, y Campeche, con la isla del mismo nombre, al frente, sitio ideal para quienes practican surf y buceo.

Hacia el norte

Hacia el norte por la BR 401, aparecen Cacupé, Sao Antonio de Lisboa y Sambaqui, puertos muy pintorescos, en los que la pesca es la principal actividad, y donde se comen los mejores pescados de la isla, en un marco de netas reminiscencias portuguesas.

En esa última población, sobresalen la antigua iglesia y a su lado un cementerio que parece un jardín por la abundancia y variedad de flores.

Un poco más adelante, está Daniela, pequeña playa con aguas muy tranquilas, y escasa infraestructura que suele colmarse de gente por la cercanía con el centro de la ciudad.

La playa Forte es realmente hermosa, pero de complicado acceso ya que se debe atravesar un morro a través de un camino de una sola mano y bastante sinuoso. En ese recorrido se  atraviesa la antigua Fortaleza de Sâo José da Ponta Grossa, cuya función en el pasado fue proteger la bahía.

Por BR 402 se llega a Jurere Internacional, lugar de gran nivel inmobiliario y económico, con imponentes residencias siempre acompañadas de lujosos vehículos.

Ese sector de playa es muy atractivo, con aguas bastante tranquilas e infraestructura gastronómica de calidad.

Cuenta con una moderna área peatonal con restaurantes y venta de indumentaria.

Sin embargo, donde más se concentran los visitantes, especialmente argentinos, es en Canasvieiras con extensas playas, complejos turísticos de excelente categoría, y puerto de salida de los tradicionales barcos “piratas” que hacen permanentes viajes a las islas vecinas en un combo que incluye bebidas y música a bordo.

Canasvieiras tiene un gran centro comercial e intensa vida, diurna y nocturna, al igual que en Ingleses, ubicada más adelante.

Párrafo aparte merece la playa Brava, que como su nombre lo indica, es propicia por su oleaje, para el surf y el kitesurf.