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Arakur, lujo y aventura

La piscina in-out del Arakur, en su exterior infinity, permite estas vistas de la ciudad de Ushuaia. Con el agua a 40º, es posible bañarse aun con nieve.
La piscina in-out del Arakur, en su exterior infinity, permite estas vistas de la ciudad de Ushuaia. Con el agua a 40º, es posible bañarse aun con nieve.

Imagine un hotel de lujo, sobre el cerro Alarkén, que ofrece una vista impactante y variedad de aventuras en la montaña. Cálido y familiar, tiene como “yapa” una pileta al aire libre para bañarse... bajo la nieve. Es el Arakur Ushuaia.

Imagine un hotel de lujo, sobre el cerro Alarkén, que ofrece una vista impactante y variedad de aventuras en la montaña. Cálido y familiar, tiene como “yapa” una pileta al aire libre para bañarse... bajo la nieve. Es el Arakur Ushuaia.

Son las 23 de un sábado y la luz del sol sigue alumbrando a la ciudad más austral. Es verano y por eso los días se alargan hasta alborotar el biotipo del recién llegado. Un grupo de periodistas camina por la orilla del lago Escondido, es de día en la noche fueguina.

Hasta ahí ha llegado la excursión de un viaje diferente. Excursión que, al final, hará base en un refugio en el medio del bosque, entre las hayas que buscan el cielo y las turbas que cubren el piso. Y que terminará con un asado gourmet a la luz de las velas y acompañado de buenos vinos. Todo después de un paseo “batidora” en una Land Rover 4x4 sobre caminos imposibles, que comenzó nada más llegar al llegar al hotel Arakur.

Un fin de semana en “el fin del mundo”, tal como le gusta decir a los habitantes de la capital de Tierra del Fuego, puede ser una experiencia llena de aventura y lujo, todo al mismo tiempo, si la decisión fue reservar en el Arakur.

Ubicado en el centro del cerro Alarkén, la mole de cemento y cobre (el techo es una excentricidad verde y oscura) se erige sobre un balcón natural a 250 metros sobre el nivel del mar. Con una vista privilegiada hacia el canal de Beagle de un lado, y una reserva natural propia de 100 hectáreas hacia la cordillera de los Andes del otro, el hotel parece diseñado en un contexto casi irreal.

La reserva natural del Arakur posibilita caminatas a pasos del hotel.
La reserva natural del Arakur posibilita caminatas a pasos del hotel.

Arakur es madera y vidrio, con ambientes amplios y una tonalidad marrón cálida, pero sobria. Todo es lapacho, palosanto (se huele en los ascensores), incienso. Las 100 habitaciones tienen todo para descansar (con detalles tecnológicos de última generación, como la pantalla táctil para regular la temperatura del cuarto) y ofrecen ventanales como cuadros multicolores de la ciudad, allá, al pie de la montaña.

El Arakur pone a prueba el espíritu campestre. Para eso, uno puede contratar excursiones como la detallada al principio de esta nota. Sólo hay que acercarse al front desk del hotel y del resto se encargará el personal. Si la idea es sumergirse en el paisaje de Ushuaia, entre castores (no siempre se dejan ver), lagos y nieves eternas, sólo es cuestión de pedirlo. Una vez acordado el horario, habrá que convertirse en explorador new age junto a los chicos de Terra Turismo, agarrarse fuerte en el cockpit de la camioneta y dejarse llevar hacia la montaña.

Pero si sólo hay tiempo, o ganas, para una caminata por el bosque, desde una de las puertas de salida del Arakur se abre un camino en el que, entre lengas y calafates, un guía adentrará a los turistas por un lugar de ensueño. Y la vista al final paga el esfuerzo de la última pendiente hacia el cielo (Nota: el precio incluye este tipo de salidas).

La piscina in-out del Arakur, en su exterior infinity, permite estas vistas de la ciudad de Ushuaia. Con el agua a 40º, es posible bañarse aun con nieve.
La piscina in-out del Arakur, en su exterior infinity, permite estas vistas de la ciudad de Ushuaia. Con el agua a 40º, es posible bañarse aun con nieve.

También hay servicio especial para bajar hasta el centro de la ciudad. Comprar chocolates, tomarse una cerveza frente al puerto (la especialidad local es imperdible) o elegir ropa de invierno (la variedad de guantes es única): Arakur tiene un servicio de transporte que, cada media hora, lleva y trae a sus huéspedes sin costo.

A la hora de comer, el restaurante La Cravia combina bufet, platos internacionales y parrilla argentina (si hasta el asador es cordobés) y por supuesto la centolla, el cordero o la merluza negra, clásicos de Tierra del Fuego.

Ushuaia así es una experiencia sobresaliente. Su fisonomía de postal turística tiene el valor agregado de un hotel que la reconvierte en un destino de lujo, aunque familiar. Y eso que dejamos para el final la pileta de agua caliente al aire libre. Probar el in-out en el spa es delicioso. Se empieza al descender desde el interior del edificio y se termina cuando uno sale al exterior, a cielo limpio, para seguir el baño.

Bajo la nieve (diciembre da sorpresas), los 40 grados de la piscina hacen que nadar sobre un balcón no tenga nada que ver con lo que se conocía hasta ese momento. Después de eso, Tierra del Fuego no volverá a ser la misma.