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¿Y qué hacen los papis a la noche?

Vacaciones en Orlando y en Miami. Los chicos, diversión asegurada, pero qué hacen los padres después de los parques y las compras.

Ya son casi un clásico las vacaciones familiares que tienen como destino los parques de diversiones de Orlando, combinadas con unos días en Miami, para aprovechar los precios siempre convenientes, pese a la Afip.

En Orlando, pasar un día entero en uno de los parques puede resultar –de hecho resulta– agotador. Pero, si pese a ello, por la noche todavía queda un resto de energía como para salir, los adultos tienen dónde ir por una copa, una cena o una fiesta.

Por ejemplo, el Downtown, Church Street Station y sus alrededores han sido siempre el centro de la vida nocturna en Orlando, con una amplia y variada oferta de bares, clubes nocturnos, restaurantes y fiestas callejeras.

Uno de los sitios recomendables es el histórico 33 West Church Street, una casa que alberga tres de los mejores bares de la ciudad: en el primer piso se puede disfrutar de un trago en Chillers; en el segundo piso, vale la pena tomarse una cerveza en Big Belly Brewery, y en la terraza admirar una panorámica de Orlando en Latitudes.

Para seguir o para volver a la noche siguiente, a pocos pasos está Orange Avenue y sobre esta, Wall Street Plaza. Allí se paga una entrada con la cual se puede acceder a los ocho bares del distrito, tres de los cuales son al aire libre, con fiestas en las calles y música en vivo.

Y los mismísimos parques temáticos de Orlando, no son sólo para chicos ya que, tanto Walt Disney World Resort como Universal Orlando Resort, tienen su propia vida nocturna en los complejos.

Por ejemplo en Disney, donde en el Boardwalk se despliega un menú de lugares para comer, locales comerciales y una activa vida nocturna. Lo mismo ocurre en Downtown Disney, donde hay mucha diversión y a toda hora, como en Downtown Disney West Side, Downtown Disney Marketplace y Pleasure Island.

Por su parte, Universal Orlando propone CityWalk, un complejo de entretenimiento con una docena de lugares para divertirse, entre los que se destacan bares, clubes y restaurantes.

En Miami

En el balneario más famoso de La Florida, Miami, así sea la primera o la última etapa del viaje, la propuesta nocturna es vastísima, pero hay algunos sitios que no se pueden dejar de conocer. En South Beach, por ejemplo, es imperdonable no tomarse un Martini bajo las estrellas, mientras se cultiva el costado más “cholulo” en busca de alguna de las celebridades que suelen mostrarse por allí.

Se puede comenzar la noche con un café al aire libre, en la deslumbrante Lincoln Road o, si quiere más tranquilidad, busque uno de los sofisticados bares de los hoteles sobre avenida Collins.

Ahora, si la intención es conocer y experimentar la verdadera noche de South Beach, tendrá que trasponer el grueso cordón de terciopelo (negro, rojo o dorado) en la entrada de alguno de los clubes de baile.

Cameo es una legendaria discoteca de South Beach que fue rediseñada por completo para el nuevo milenio. Se la considera la mejor de todas por sus DJ de todo el mundo y los sorprendentes conciertos de rock en vivo que suele albergar.

Si la salida es para cenar y no le tiembla el bolsillo (o no se derrite el plástico de su tarjeta), lo recomendable es el restaurante de mariscos más famoso de Miami: The River Seafood & Oyster Bar.

Se trata de un lugar de ambiente descontracturado y divertido, ubicado en el 650 de South Miami Avenue, en la zona de Brickell y muy cerca del río Miami.

Cuenta con una amplia selección de vinos, champán y cerveza fría; ofrece su consabida happy hour (hora feliz) y se puede comer en la hermosa barra de caoba o reservar una mesa.

Y si está allí y no visita el Art Decó District y la calle más famosa, Ocean Drive, no diga que estuvo en Miami. Se extiende desde la calle 1 a la 15, junto a las playas más lindas y de día es un desfile incesante de cuerpos esculturales; mujeres bronceadas que circulan en rollers y muchachos en sus skate, y la más variada “marea” humana que se pueda imaginar.

De noche, el paisaje cambia pero no pierde su encanto: los edificios art decó iluminados, las palmeras, las terrazas de bares y restaurantes, y la música latina que hace mover los pies sin querer son un cóctel tan fuerte como los que pueden tomarse en alguno de esos bares. Si caminó por Ocean Drive, de día y de noche, podrá decir que estuvo en Miami.