Vacunas y cobertura médica para viajar a Brasil

Resulta indispensable contar con un seguro en el caso de presentarse una emergencia, muchos de los cuales están incluidos como un servicio de algunas tarjetas de crédito y que para activarlo sólo hace falta una comunicación.

Lo primero que hay que armar es un botiquín de primeros auxilios con los elementos básicos para el viaje, al que se debe agregar los protectores solares, repelentes y la medicación necesaria para toda la estadía en el caso de que la persona esté bajo tratamiento prolongado.

Lamentablemente, los cambios climáticos y la “tropicalización” de nuestros climas nos enfrentan a nuevos desafíos. Dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla ya no son cuestiones de lejanas tierras y se nos presentan a través un transmisor en común: el mosquito.

Si bien todas las personas podemos correr riesgos de contraer estas enfermedades, las mujeres (y sus parejas) que estén embarazadas o planificando un embarazo deben pensar cuidadosa y responsablemente la decisión de viajar.

Las autoridades del área de Salud del Gobierno de la Provincia de Córdoba, a través del Servicio de Infectología del Hospital Misericordia, han establecido el Servicio de Medicina al Viajero. Este servicio gratuito brinda asesoramiento antes, durante y después del viaje.

Las autoridades de salud desalientan a las mujeres (y sus parejas) que estén pensando en un embarazo dentro de los próximos seis meses.

Para ingresar a las playas del sur de Brasil

Haberse vacunado contra la fiebre amarilla no es un requisito obligatorio, pero sí recomendable, en especial si se va a pernoctar en el trayecto antes de llegar a la zona costera (lo que resulta casi ineludible).

Cabe recordar que en el Hospital Misericordia se puede colocar esta vacuna (hay tres días por semana) y que la inmunización se adquiere a los 10 días de aplicada la dosis.

Más allá de las mujeres que quieren ser madres, todas las personas podemos ser picadas por un mosquito infectado. Este insecto tiene mayor actividad en horas crepusculares, al inicio y al final del día.

El uso de repelente es necesario. Hay que fijarse en el porcentaje del DEET (componente activo) para ver el grado y tiempo de protección que otorgan (recomendable del 25 por ciento para arriba), colocarlos en forma correcta (mejor si otra persona lo rocía como spray) y no aplicarlo en forma conjunta con el protector solar. Para los más pequeños adoptar medidas de barrera es muy recomendable, al igual que descansar con el aire acondicionado encendido que hace que la persona se tape.

El Servicio de Medicina al Viajero no sólo brinda asesoramiento previo al viaje sino que también evacúa consultas ante alguna eventualidad durante el viaje.

Uno de los grandes problemas de estas enfermedades es que en muchos casos la persona no presenta síntomas. Pero hay que estar atentos al regreso, hasta 30 días después, por si se presenta algún malestar o fiebre para acudir en consulta al médico.