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Una ciudad para exploradores

La calle empedrada, mesas en las veredas, grandes aleros y perfil de zona bohemia son los rasgos distintivos del Meatpacking District, en el West Side de Manhattan.
La calle empedrada, mesas en las veredas, grandes aleros y perfil de zona bohemia son los rasgos distintivos del Meatpacking District, en el West Side de Manhattan.

Todo destino turístico que esconde rincones o sitios para descubrir lo hace propicio de ser explorado. Nueva York es, en ese sentido, sorprendente, ya que no importa las veces que se vaya, siempre que se la visita tiene algo para mostrar, como el Meatpacking District. 

Si atiende al título de la nota, no es necesario que se vista como Harrison Ford en Indiana Jones. Según la temporada, póngase la ropa adecuada: pantalones cortos, camisa liviana, gorra para el sol y calzado cómodo, si es durante el verano neoyorquino. Si es otoño o cerca del invierno boreal, abríguese bien porque el frío cala los huesos, aunque invita a caminar.

Este viaje exploratorio que le proponemos es por algunos rincones de Manhattan, que merecen dedicarle al menos un día de su estadía en la Gran Manzana.

Distrito bohemio

El Meatpacking District tiene el encanto y el misterio de haber sido un área industrial, frecuentada sólo por trabajadores, proveedores y clientes de antiguos frigoríficos. En una urbe que crecía, y crece, en proporciones geométricas, la demanda de alimentos era proporcional.

Delimitado por la W 14th St, Hudson St, Gansevoort St y la 11th Ave, hoy se ha convertido en un polo de moda, donde sientan sus reales diseñadores, arquitectos y artistas movidos por las tendencias de vanguardia, la sofisticación y la cultura urbana, lo cual le otorga un perfil bohemio y ecléctico.

El lugar es centro de la actividad nocturna, con tiendas, restaurantes, bares y boliches donde se dan cita quienes buscan ropa de diseñadores, cocina de autor, música y diversión.

Sin embargo, la zona conserva su carácter histórico con su arquitectura original y sus calles empedradas.

Su origen de zona proveedora de alimentos a la Gran Manzana y alrededores, exigía una vía rápida de transporte de esos alimentos hacia los puntos de consumo. Y qué más económico y efectivo que el ferrocarril.

En la década de 1930 se construyó una línea férrea elevada, que nacía en Gansevoort St y se prolongaba hasta la 34th St, al norte. Dejó de utilizarse en 1980 y 23 años después, en 2003, se comenzó a proyectar su recuperación.

Así, en 2009, nació el High Line Elevated Park, que tiene más de dos kilómetros de largo y es uno de los paseos más recomendable de Nueva York. Está dividido en tres secciones y se puede acceder a él por distintos puntos a lo largo de su recorrido sobre la ciudad.

Cámara fotográfica y calzado cómodo son indispensables para caminar por el parque, a 10 metros sobre el West Side, mientras se sigue el antiguo trazado de las vías, aún presentes, escondidas en algunos tramos en una profusa vegetación de árboles, plantas y césped. El High Line pasa por debajo y a un lado de varios edificios, algunos de ellos de arquitectura vanguardista y fachadas no convencionales, como placas de titanio.

Durante todo el recorrido del parque hay bancos para sentarse o recostarse a descansar o disfrutar del sol, mientras que de un lado se obtienen hermosas vistas de la ciudad y del otro panorámicas del río Hudson.

Pero, si antes de subir al High Line se da una vuelta por el cercano Chelsea Market (75 9th Ave) no se arrepentirá. El actual centro de tiendas, con preponderancia de productos de diseño y gastronomía, es la antigua fábrica de galletas Oreo, reconvertida en un mercado tan o más visitado que el museo MoMa.

Alojamiento

Quien haya viajado a Nueva York sabe que uno de los temas más importantes a resolver es el alojamiento. Si bien la ciudad cuenta con una oferta más que abundante, hay detalles que condicionan una buena elección, como la ubicación y si el desayuno y el servicio de Wi-Fi están incluidos en la tarifa.

La búsqueda dio un excelente resultado, ya que a través de la cordobesa Sandra Camponogara (sandra.c@interconnect-usa.com), conseguimos el San Carlos Hotel (www.sancarloshotel.com), ubicado en 150 E 50th St, entre las avenidas 3ª y Lexington, Midtown, Manhattan. Muy cerca de todo.

Es un hotel de cuatro estrellas, con 147 habitaciones muy espaciosas y cómodas. Además, si tiene problemas con el idioma inglés, para eso está el hondureño Gabriel, quien con mucha simpatía y amabilidad le dará las soluciones.

La tarifa publicada es de U 236 la habitación doble por noche, con desayuno (U 25 por persona por día, promedio) y Wi-Fi (alrededor de U 18/20 por día) en ambos casos incluidos, pero hay que estar atento porque varía según la fecha y hay ofertas especiales.

Y a la hora de hacer algunas excursiones por Nueva York, necesarias para conocer mejor la ciudad, otro cordobés, Luis de la Colina (ArgeNYC Travel, manager@argenyc.com, teléfono local 0351-568-0505) es absolutamente recomendable.