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Una ciudad ideal para caminarla

Los paseos en barco prometen otra perspectiva de la ciudad de Brujas. El recorrido lleva hasta el lago del Amor, donde apaciblemente circulan patos y cisnes.
Los paseos en barco prometen otra perspectiva de la ciudad de Brujas. El recorrido lleva hasta el lago del Amor, donde apaciblemente circulan patos y cisnes.

La ciudad de Brujas muestra un entramado de viviendas y edificaciones medievales donde coexisten locales comerciales de las principales marcas internacionales, característica que suele ser un atractivo especial para ciertos visitantes ávidos de compras.

La ciudad de Brujas muestra un entramado de viviendas y edificaciones medievales donde coexisten locales comerciales de las principales marcas internacionales, característica que suele ser un atractivo especial para ciertos visitantes ávidos de compras.

Si bien Brujas es ideal para ser caminada, otra forma muy popular de circular es en bicicleta. Los ciclistas gozan de la prerrogativa de tener absoluta prioridad para el tránsito, aunque por la cantidad, en ocasiones tornan dificultoso el caminar.

Los cultores de este medio de transporte, tan popularizado en muchas ciudades europeas, tienen su propio monumento con una escultura en la que se aprecia a toda una familia circulando en dos ruedas. Está ubicada frente a la Oficina de Turismo.

Estos rodados se pueden alquilar y así conocer la ciudad sobre dos ruedas libremente. Sin embargo, no hay que descartar los circuitos guiados que llevan a los turistas no sólo por la ciudad sino también por pueblos vecinos con todo el encanto que eso significa.

En barco. Los canales son navegables y entonces no hay que desaprovechar la oportunidad de subirse a uno de los tantos pequeños barcos con motor que parten desde cinco embarcaderos y así lanzarse a descubrir todos los rincones de Brujas con otra perspectiva.

Los recorridos pasan por debajo de numerosos puentes, hasta llegar al imponente Beatario, con sus amplios jardines que representan un paisaje escapado de la Edad Media cuando estos recintos funcionaban para acoger a las viudas y huérfanas que dejaban Las Cruzadas.

Este edificio fue construido en 1245 y actualmente está ocupado por las monjas benedictinas.

El paseo en barco se prolonga hasta el denominado lago del Amor, un lugar muy romántico, poblado por numerosos cisnes y patos.

Gastronomía. La gastronomía de Brujas es muy especial. Se destacan los tomates rellenos con camarones y los mejillones al vapor con papas fritas, aunque estas últimas, muy tradicionales también se pueden comer en alguno de los varios quioscos que hay en las calles.

La importancia de la papa frita en la dieta flamenca es tal que tiene su propio museo, el Friet Museum cuyo eslogan es van patat tot friet, o sea “de patata a frita” y en el que se exhiben más de 400 objetos antiguos utilizados en la manipulación de la papa.

El museo funciona en un impresionante edificio del siglo XIV la visita cierra con la degustación de exquisitas “fritjes” en una bodega medieval.

Si se llega a Brujas cuando hace frío se recomienda también paladear las nutritivas sopas que se ofrecen como entrada en todos los restaurantes de la ciudad.

Como últimas consideraciones valga el siguiente consejo: no hay que perderse una visita al distrito de Sint Annakwartier, convertido en el centro mundial del encaje. Es que la artesanía más famosa de los belgas es el encaje donde se consiguen variopintos estilos que tientan a más de uno, incluso en la mayoría de los escaparates céntricos.

A la hora de la despedida de Brujas el balance es indudable: se trata de uno de los lugares más románticos de Europa.